De: “rosario_peralta@sendmail.com”
Para: leandro_alvarez@estudioalvarez.com

Asunto: Leo!

Leo!!

¿Cómo estuviste todo este tiempo? Mi querido leo! Este fin de semana voy a estar por capital federal después de tanto tiempo. Acá en Madrid todo sigue bien por suerte, ya me acostumbre a esta ciudad y además esta lleno de Argentinos aquí, me siento como en la época de la facultad conociendo todos los días gente que esta en la misma de nosotros. Te escribía para comentarte que justamente el próximo lunes estaré por Buenos Aires, es el aniversario de casados de mis padres y no puedo dejar de ir. Espero poder vernos en el bar de siempre como hace tantos años, el martes a las seis. Lleva fotos de tu familia que no conozco al más pequeño de tus hijos. No te extrañes si notas en mi algún pequeño acento español, se me ha pegaooo.


Un beso. Rosario


Al terminar de leer el correo, a Leandro le volvió a correr el mismo sudor frío que recorre su espalda cada vez que tiene noticias de Rosario.
Ambos, estuvieron hace algunos años profundamente enamorados, Leandro se moría de amor por Rosario y viceversa, solo que fallas en la comunicación impidieron que Leandro le declarara su amor a Rosario producto de aquel primo de ella que apareció en su cumpleaños numero veintidós, el cual nadie conocía y todos entendieron (incluso Leandro) que se trataba del novio de rosario, justo cuando Leandro había decidido pedirle a ella que no se vaya a España, que la amaba y que no sabia como iba a hacer para vivir sin ella.
Rosario amó en secreto a Leandro durante toda la secundaria y el tiempo que estuvo viviendo a unas diez cuadras de la casa de él, en épocas de la facultad.
Ambos formaron sus familias, Leandro termino formando pareja con una compañera de trabajo que conoció en sus tiempos de Becado en el ministerio de Economía, una joven santafesina de buenas formas y encantos que le permitieron al tragar el sabor amargo de la partida de su amada. Como para mantenerse ocupado y asignarse responsabilidades.