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Como Roger Dark escapó del Shadowdemon

"El Shadowdemon se desencadena y tanto demonios como ángeles corren a refugiarse, los héroes del Ángelus fueron un obstáculo que Stlein logró vencer fácilmente.

Con esto se desató la “Revolución del ángel X” pero solo dos héroes habían logrado escapar de este terror, Jonh Rey y Roger Dark.

Jonh Rey logró alejar el poder de Dios en su totalidad de Stlein, y Roger por su parte formaba un ejército de jóvenes demonios para vencer a Stlein.

He aquí unas partes relatadas por Roger Dark de su huida y su muerte fingida."


Jonh acababa de volver y al parecer por unos problemas que tuvo con Mónica Dark esta peleando ahora con ella, ellos dos solo se entienden así, pero algo más grande se está desatando.

Justamente iba a ver a Jonh y me dirigí al Paraíso para verme con él y discutir, pero todo se salió de control, momentos antes de mi partida tuve que regresarme al Infierno, nos hallábamos bajo ataque y debía estar al frente, el enemigo era Stlein.

Me había enterado de que Stlein había sido un aprendiz de Jonh, este sujeto Stlein tiene una habilidad única, absorber el poder de aquel que mata.

El Infierno se salvó pero era obvio que para la próxima tendríamos que rendirnos, Lucifer cayó en batalla y siendo el único para sacarnos del pozo virtualmente moriremos, En unos meses logré reconstruir parte del Infierno y Stlein reconstruyo parte de su ejercito, la llamadas de auxilio no dejaban de llegar desde el Paraíso y emprendí vuelo hasta allá.

Stlein había asaltado el castillo de Dios y cuando llegué Jonh regresaba de no sé dónde y me anunciaba que Mónica había sido destruida y Stlein tenia un espada llamada Gristol, una enorme pieza irrompible con tres metros de largo, no había nada que hacer, el Paraíso había caído y nosotros huíamos al Infierno, que en este entonces se veía mejor.

Moríamos, nos sentíamos débiles como mortales, nos refugiamos en casa de Jony Rey, bisnieto de Jonh allí también se hallaba Linda Dark, que en realidad era una extensión independiente de Mónica.

- Roger – dijo Jonh con una mirada fría quien contiene sus emociones, pensando como vencer a Stlein – Stlein volverá y tomará el Infierno, escapa de aquí, debemos distanciarnos, recoge a pequeños huérfanos y entrénalos, ya no podemos hacer nada mas por nadie, solo preparar a los guerreros del Shadowdemon.
- Jonh – contesté – no pienso dejar de pelear, así que guárdate tus...
- Cállate, aquí hay más que tu estúpido orgullo en juego, esta en juego el futuro del Infierno y del Paraíso; para eso Stlein debe creer por cien años que ha ganado.
- ¿Cien años? ¿Cuál futuro? es cuestión de tiempo para que seamos vencidos
- Roger, ya hemos sido vencidos, solo podemos huir y preparar una trampa a Stlein, ya que el Apocalipsis no se dio en el mundo mortal debemos evitar que Stlein lo encuentre y lo controle.
- ¿Cómo?
- A decir verdad aun no lo sé pero tengo un siglo para pensarlo.

Salí de allí a toda prisa, y como me habían indicado estuve buscando niños para entrenarlos y volverlos los héroes del mañana, pero volví a toparme con Jonh, quien traía un bebé en brazos.

Me explicó que Stlein ya los había detectado y atacó la casa de Jony y Linda, Jonh fue el único que logró escapar y Jony le confió lo único valioso que tenían, su hijo.

- ¿Cómo se llama el pequeño? – le pregunté.
- Seto, él es Seto Rey y también nos ayudará pero su enseñanza debe ser diferente, Stlein no lo debe encontrar.
- Entonces déjalo donde menos sospeche
- ¿Dónde?
- Con una familia de campesinos en el Infierno, Stlein tal vez lo haga pasar momentos terribles pero por lo menos estará vivo.

Jonh se marchó con el niño, al parecer siguió mi consejo, voló rumbo a los campos del Infierno, en épocas pasadas los campos del Infierno fueron ciudades, el ataque de Stlein fue tan devastador que penetro la tierra y destruyó cuanto cimiento se halló en su camino.

Stlein había logrado conseguir seguidores, tenía su ejército de demonios, y los pocos que nos rebelamos contra él estábamos siendo cazados como animales.

Recuerdo que cuando las cosas aun estaban bajo control, la primera persona en enfrentar a Stlein fue el hijo de Jonh, Omar.

Me hallaba de incógnito en el Paraíso y Stlein había revelado su verdadera personalidad, Omar Rey lo retaba a un duelo.

A pesar de ser un duelo reñido fue el miembro de la familia Rey quien salió perdiendo este combate, no obstante me sirvió para darme cuenta de algo muy importante.

Stlein llevaba en el pecho un emblema, similar al emblema negro de Fred que apareció en el Ángelus, únicamente que su forma era romboide y de color celeste.

Había llegado a la ciudad de Sombras, una de las pocas libres del control de Stlein, entré en uno de los pocos y pobres bares del lugar.

Los bares se habían convertido en centros de reunión de rebeldes que deseaban volver a los tiempos de antaño, y enfrentarse al Paraíso y no a Stlein.

Sin embargo, la paz no duró mucho, al salir y ver a lo lejos al ejército de Stlein, me sentí perdido y sin esperanzas.

Me rendía a la muerte convencido de la pérdida total del Infierno, afuera del bar aun lado de la puerta caí al suelo y cabizbajo esperé la muerte, cuando la luz baño al infierno y por primera vez se libraba una batalla en ayuda a los espíritus.

Guerreros de Soliajan, Fairogoin, Restoc, Alfenus, Sergiazan, Kalior, y muchos otros venían en nuestra ayuda; una luz de esperanza se pudo divisar, Me levanté y con espada en mano me uní a ellos en la lucha.

Nuestra victoria fue arrolladora, las pocas vidas que se perdieron fueron honradas, todos demonios claro, y entre todos entramos en un bar y festejamos la victoria, con bebidas y bailes.

Un festejo muy diferente a los demoníacos, era mas bien un festejo multicultural, todos los bailes y los cantos se unían en un Mix de alegría.

Al día siguiente seguí mi caminata, por las calles de Sombras y encontré lo que buscaba, entre un montón de pequeños peleando entre sí, uno tenia potencial de guerrero.

Separé a los chicos y a él lo llevé conmigo a un lugar apartado, su nombre era Xieron, huérfano como casi todo demonio, aceptó el venir conmigo y el ser mi aprendiz.

Unos pocos días después me enteré de que el último ángel había caído, solo Jonh y Seto quedaban como vestigios del Paraíso y ninguno era un ángel puro.

Salimos de la ciudad de Sombras y tuvimos que vadear los límites del hoyo del Infiernillo, donde la atmósfera que había quedado producía tormentas increíblemente grandes, capaces de acabar con la tierra, forzándonos a caminar.

Al salir de la tormenta se podía ver el castillo del Infierno, lo cual me traía tristes recuerdos, a toda marcha nos dirigimos a un lugar que no era precisamente del Infierno, el Purgatorio.

Los demonios de las ciudades circundantes al Purgatorio se habían visto forzados a retroceder y ascender a aquel lugar grisáceo.

- Señor, ¿Puedo hacerle una pregunta? – me interrumpió Xieron
- Sí, pregunta lo que quieras.
- Sí, ¿usted conoció a Fred Shadow?
- Sí – le contesté ¿era posible que ese niño fuera su descendiente? – los dos luchamos juntos por el Infierno y por los espíritus, ¿a qué se debe tu pregunta?
- Verá señor, mi nombre completo es Xieron Shadow, y soy nieto de Fred.
- Estate orgulloso de llevar ese apellido.

Llegamos al Purgatorio. Donde quiera que uno mirase el paisaje lúgubre lo envolvía y no dejaba rastro de felicidad, no era brillante como el Paraíso ni oscuro como el Infierno, los demonios heridos se amontonaban en calles y casas abandonadas.

Había detectado el poder de un posible guerrero aquí en el Purgatorio, tenía deseos de irme, sabia que Stlein me seguía.

Lo hallé cerca de un pozo, aunque mejor es decir que la hallé, no era más que una niña, cuyo rostro lleno de grietas mal formaban su cara, se veía en sus ojos dolor y sufrimiento.

Logré enterarme que su padre estaba defendiendo el Purgatorio en esos momentos, Stlein estaba atacando, era en vano, Stlein mismo lideraba a sus tropas.

Convencí a los pocos que quedaban de rendirse a Stlein, era necesario que él creyera en su falsa victoria.

La niña llamada Sashara, en un principio se rehusaba a irse y dejar a su padre, no fue sino hasta que un guerrero que huía de la batalla le comunicó la defunción de su progenitor, que decidió seguirme, con el ferviente deseo de vengar a su padre, partimos del Purgatorio, cuando el cielo se ennegrecía y su estrella se ocultaba, ya varios kilómetros un destello de luz rompió la noche y pude ver come el Purgatorio desaparecía, es lugar que fue creado por inspiración del libro de Dante se había hecho humo.

La noche caía y nuestro viaje no acababa, ni un mísero débil poder se podía sentir, creía que ya todo estaba perdido que solo Xieron y Sashara podrían salvar a este Infierno.

En medio de mi desesperación sentí una luz, un poder recién surgido, no, eran dos se hallaban al sureste, debíamos llegar allí y rápido.

Llegamos a la ciudad de Astrum Tenebrosus, Las calles habían sido destruidas, pero no se comparaba al Infiernillo, aun se podía rescatar algo de entre las ruinas.

Los hallamos bajo un montón de escombros, las paredes al desplomarse una sobre otra habían formado un cubil donde los niños habían quedado atrapados.

Logramos levantar las paredes, una pareja de mellizos, raro en los espíritus y muy común en mortales, un niño y su hermana, que en ese momento se hallaban desmayados.

Los recostamos en las frías piedras y al despertar trataron de huir, tuve que calmarlos y lloraron por sus padres, descendían de una familia bien acomodada, famosa en el Infierno.

Giney y Fernan, como se llamaban los chicos, aceptaron la cruda realidad que vivían y sin mayor discusión, se pararon y viajaron con nosotros buscando un mejor mañana.

Su poder lo sentí al salir de la ciudad, era mas fuerte que el de los otros cuatro niños, era nuevo e iba en aumento, debía encontrarlo.

Se movía de un lugar a otro, demasiado rápido, los niños no podían volar mas, descansamos, pero de repente y como si me hubiera leído el pensamiento comenzó a dirigirse hacia nosotros.

Lo veía a lo lejos, era un niño y llevaba una espada, venía a atacarme.

- ¿Qué te propones niño? – le dije al bloquear su ataque con mi espada.
- Tú, tú eres Roger Dark, no pudiste salvar el Infierno, yo lo haré con esta espada y pagaras por fallarle a todos.
- Niño, Stlein no es un guerrero cualquiera, y sí pienso acabar con él, pero no es hora aun.
- Mientes... – saltó con su espada listo a acabar conmigo, de una bofetada lo mandé contra una roca.
- He perdido mucho también, parece que ya no hay futuro, pero siempre hay un camino, Jonh Rey lo tiene planificado, siempre ha sabido que hacer y no fallará, lo sé a pesar de detestarlo.
- ¿Cómo puedes confiar en un híbrido?
- Ese híbrido no suele fallar, además ¿conoces a alguien más que pueda enfrentar a Stlein?

Partks, así se llamaba el niño, aceptó venir con nosotros; con él ya eran cinco los niños que debía instruir.

El 80% de los adultos del Infierno habían sido liquidados y los sobrevivientes le servían a Stlein, los niños por su parte se hallaban en una generación de poco potencial guerrero.

Presentía que ya no había nada que buscar, que solo estos cinco niños serian la esperanza del porvenir, pero deseaba mas esperanza, tal vez por el deseo de sobrevivir y de ganar.

Mi camino al azar me llevó así a la ciudad de Focus de illa noctis, en medio de la ciudad me di cuenta de lo que pasaba, el grupo de Stlein me venía siguiendo y ya habían dado con mi paradero.

Nos superaban en número, y yo era el único capaz de enfrentármeles, nos rodeaban, había que correr.

- Niños, vayan juntos y busquen un lugar seguro, no se preocupen por mí, tengo asuntos que cumplir.

Los niños asintieron y corrieron buscando un lugar para esconderse, entraron en una casa y pasaron de ventana en ventana, a tiempo pues el ejército de Stlein me apuntaba con unas ballestas.

Flechas espíritu salieron disparadas hacia mí las evité como pude y me acerqué para poder liquidar a algunos de esos infelices.

Corrí en dirección a un callejón sin salida, estaba atrapado, un soldado disparó una flecha en el momento en que una casa se venía abajo, me travesó un costado junto al corazón, la tuve cerca.

Escuché un grito desde lo alto de una casa de al lado, polvo comenzó a caer y fui jalado al interior de la casa, los niños habían acabado con un soldado que venía por arriba.

La tierra dejada por el soldado se hallaba en el lugar donde yo había recibido el flechazo, me dio una idea, saqué la flecha de mi pecho y la lancé al montículo de polvo a tiempo, porque llegaban los soldados.

- Manden mensaje al señor Stlein – decían – el general de las fuerzas demoníacas Roger Dark a muerto, vamonos de aquí chicos.

He entrenado a los cinco niños, y han pasado ochenta y nueve años, esta noche Seto Rey se acerca a dirigirnos a la victoria, Jonh Rey ya no esta en vida, pero él pudo salvar el Paraíso.

No moriré hasta que muera Stlein.




Fin

Texto agregado el 16-05-2007, y leído por 203 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
30-07-2007 me gustan tus títulos (y gracias por los comentarios de mi novela) psicke2007
17-05-2007 Vaya, es evidente que tienes imaginaciòn desbordada. Tu historia es atrayente, no pude dejar de leerla hasta el final. Te felicito. Realmente me gustò. jazzista
 
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