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Mucho se dice de la filosofía. Y se dice bien de ella cuando se toma por filosofía al triste pensamiento mecanizado y abstraido del hombre común. Pero ¿No es la filosofía, además de eso, todo lo contrario, es decir, el cuestionar esa definición no es también un acto filosófico?
Tendemos mucho a desvincularnos de la filosofía, ya sea porque es "simplemente un eterno discurso que no deviene progreso para la humanidad" o bien porque nos molesta pensar (también porque sentimos que no conduce a nada). Sin embargo, esa misma tendencia, esa negación adquirida no es otra cosa que un razonamiento muy erróneo de los primer mundistas pasados. Cuando se originó este pensamiento, se hizo con el oculto poder del miedo. Se les dijo a las personas que para lograr la felicidad, era necesario el saber. Y que lo contrario, es decir, la ignorancia, nos llevaría a la tortura, al mal a la negación del ser humano, pues de éste se dijo que inherentemente buscaba la felicidad. Desde ese momento, hasta todavía hoy, se ha mantenido la idea de que poseemos un sentido, que podemos conocer y que todo lo que causa dolor, es un mal, es propio de una mala vida, puesto que el sufrimiento proviene de cualquier acto que niegue la vida. Hay quienes, hace un tiempo, comenzaron a cuestionar este razonamiento, dejaron de lado el temor y curiosamente se percataron de que el goce es mucho mayor cuando se acepta la existencia como un todo, que no escinde ni cuestiona por bien y mal, si no que es como tiene que ser, un conjunto de tormentos y brillos. En otras palabras, estos pensadores se percataron cómo todo el pensamiento metafísico que dominó (y aún domina) por dos mil quinientos años negó la vida, quitándole lo que no le causaba placer y asumiendo eso como error, como un mal camino que el hombre nunca debiera transitar. Para que esto dejase de ser una simple conjetura, se inventó una divinidad única que castigaba al alma que no seguía tal doctrina. (Nótese que antiguamente los dioses representaban no sólo lo correcto, y muy sabiamente rendían culto al desenfreno, al arte tanto como simetría y locura). Para lograr el poder de esta corriente, no bastó solamente el lenguaje, hubo que condicionar durante dos milenios a la humanidad, castigándola si se oponía, pero castigándola siempre en nombre del bien.
Actualmente, aunque se habla de pluralismo y libertad de pensamiento, continuamos aferrados (como buenos simios) a las ideas de bien y mal, y no aceptamos de buenas a primeras que alguien obre diferente a como se nos ha enseñado. Nos cuesta comprender que nuestra vida no ha sido otra cosa que un acatamiento de estas leyes, creyéndolas intrínsecas del hombre. Por eso seguimos en búsqueda del placer. Se podrá decir ante esto, que muchas de las ideas pasadas de la vida, se han ido extinguiendo, o bien modificando. Es cierto, el modo en que nos desenvolvemos ya no es el mismo, es peor, pues la única diferencia es que ya no se ejerce un poder tan carnicero como el de antes, mas el poder está ahí, vendiéndonos la idea de que podemos actuar de diversos modos y pensar individualmente, pero siempre siguiendo una estructura donde nos parece natural la vida como búsqueda de la satisfacción, y la satisfacción es asumida como un placer inmediato, de dudoso y remoto progreso para la humanidad.
En cuanto a la filosofía que se contrapone a la anterior, sabe o comprende que todo intento humano, efectivamente debe buscar un bien, pero este bien no radica en un sufrimiento terrenal ni en un placer burdo. Si no en modificar la idea de filosofía, crear una nueva (a fin de cuentas todo nuestro razonar es posible, pero saliendo de nuestra cabeza, conjetura nada más) que no conlleve a una mala vida ni a una destrucción de la especie. Esta consistirá, básicamente, en educar nuevamente, en discernir el conocimiento del mundo y vivir, ante todo vivir cuestionando honestamente, sin anhelos de poder ni deseos de instaurarse como nuevo dominio. Educar no es la burda tarea de explicar lo demnostrado, es eso y mucho más, otorgar el derecho a todo humano de ser humano y, por lo tanto, poder pensar y acordar cuál es la disciplina más factible y razonable que implique a todo individuo como un conjunto.
(Esta historia continuará...)

Texto agregado el 21-10-2007, y leído por 135 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
21-10-2007 pido excusas, el estado actual me hizo errar Mardion... usté sabe... apatrida
21-10-2007 Madrion, que todo es tan cierto como queramos creerlo. Que definitivamente creo y además siento que educar de verdad podría hacer la diferencia. Coincido. apatrida
 
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