En un gran Apamate vivían un par de pichones y un a pequeña ardillita. La pequeña ardillita sofocándose de tanto calor decía _ cuando vendrán las lluvias, si sigue este inclemente sol, todos vamos a desfallecer_. Los pobres pichones piaban sin cesar. Tenían mucha hambre. Su madre había volado en busca de comida y no había vuelto. Los pequeños pichones, decían _ las chicharras todavía no han empezado a cantar, eso quiere decir que todavía va ser largo este verano_ La ardillita como era de buen corazón decidió buscar algo de comer para darle a los pobres aves. Bajo rápidamente del gran árbol, y se dispuso a buscar aunque sea unas pequeñas lombrices. Pero lamentablemente el suelo estaba tan árido. De repente en su corto caminar se encontró un par de bachacos.
_ Que haces tú por acá_ le preguntaron los bachacos. Por aquí todo es árido, no hay árboles. Estos no son tus terrenos le dijo un bachaco rojo como el sol. – Vamos, no seas tan antipático, le dijo el otro_ Como los pequeños bachacos no tenían idea de proporciones le dijeron a la vez – Porque no te vienes a mi hormiguero hasta que empiecen las lluvias_. El otro le dijo: - No le ves el tamaño. Si es más grande que todos los caramelos que hemos cargado el día para nuestra casa._. Yo solo quiero conseguir un par de lombrices, son para unos pichones que habitan en aquel Apamate. Porque no le dices al turpial que habita en esa mata de mango para que te haga el favor le dijo los bachacos de malos modos.

Hola amigo turpial_ le dijo la ardillita y disculpe que interrumpa su trinar. Necesito que me consiga unas lombrices. Son para un par de pichones, y como esta haciendo tanto calor si no comen pueden morir._ El turpial muy orgulloso le dijo: - Porque he de ayudarte_. No te das cuenta que yo soy el ave nacional. – Es cierto, pero si eres la reina de las aves de aquí, si se mueren no tendrás a ningún ave que gobernar ni a quien deleitar con tu música. – Tienes razón, en el fondo de esta mata, hay bastantes lombrices, puedes cazar algunas_ le dijo el turpial. Tu si que eres gracioso, no te das cuenta que yo soy una ardilla, como se las llevaría. Vamos hacer un trato, tú buscas las lombrices y se la llevas a ese par de pichones y yo busco la manera de que llueva. Al turpial le pareció muy justo.

La pequeña ardilla se dirigió a las nubes y les dijo: _ No estén ustedes tan holgazanas. Porque no fabrican un poco de lluvia, ya llega Mayo, y ustedes de las más tranquilas sin ofrecer una gota de agua.- Le dijo la Ardilla. – Porque nos despiertas- les dijeron las nubes. La ardilla muy astuta les dijo: - sabían que si ustedes no dejan caer la lluvia, el sol las va castigar y se van desfallecer_. Una de las nubes que era muy miedosa. Dijo- ¡ uy! De verdad nos hemos quedado dormidas. Ya pronto es mayo, y nosotros de lo mas tranquilas. – vete tranquila ardillita. Pronto llegara las lluvias. La ardilla de lo más contenta se fue al Apamate en donde los pichones estaban disfrutando de las lombrices que les había dado el Turpial. De repente empezó a relampaguear y cayó un gran chaparrón. Llovió, llovió sin cesar. Al día siguiente la lluvia había vestido de colores todos los árboles. Y el gran Apamate se vistió de unas hermosísimas flores de color lila. Y dicen que siempre en el mes de mayo florecen todos los Apamates gracias al ingenio de una pequeña ardillita que se atrevió a retar a las nubes para que se adelantaran las lluvias

Glosario

Apamate: Un gran arbol que habita en las zonas centricas de Venezuela y que florece con flores rosadas durante el mes de Mayo.
Bachacos: Hormigas grandes de color rojo.
Turpial: Ave Nacional de Venezuela . Es de color negro con franjas amarilla. Tiene un bello sonido al trinar.
Chicharras: Insectos parecidos a los saltamontes que chillan incansablemente antes de que empiecen las lluvias
Caramelos: dulces o golosinas.