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Inicio / Cuenteros Locales / Heraclitus / El catolicismo como protagonista literario.

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Engels dice que...”todas las religiones no son más que el reflejo fantástico en el cerebro humano de las fuerzas exteriores que dominan su vida cotidiana”.

El tema y el objeto de este pequeño ensayo es: comentar la influencia que tuvo la religión católica en dos escritores, Agustín Yáñez y Juan Rulfo, en su obra literaria.

Al filo del agua ( 1947) de Agustín Yánez está considerada, junto a Pedro Páramo (1955) de Juan Rulfo y Los de abajo (1916) de Mariano Azuela, como las mejores novelas mexicanas del siglo XX.

Tanto Agustín Yáñez (1904 -1980), como Juan Rulfo (1917 -1986), fueron contemporáneos, ambos del estado de Jalisco. Agustín Yáñez, hijo de una familia burguesa, nació en la ciudad de Guadalajara y tuvo una educación formal hasta recibirse de abogado, después estudió en la ciudad de México en la Escuela de Filosofía y Letras; por lo que tuvo una preparación muy completa a diferencia de Juan Rulfo que nació en Pulco, municipio de San Gabriel, distrito de la ciudad de Sayula, estado de Jalisco; él quedó huérfano y su abuela lo educó hasta los diez años, ella al no poder hacerse cargo del niño lo puso en un orfanatorio y su educación terminó en la preparatoria, no pudo seguir con los estudios de derecho y para vivir tuvo que trabajar en diferentes actividades. Lo que Juan Rulfo dominaba con excelencia era el quehacer literario (es útil la educación hasta el doctorado de ser posible, pero para escribir lo que se necesita es talento para hacerlo sin importar los estudios que se tengan).
Los dos escritores tienen algo en común: el catolicismo que les fue inculcado desde niños, una religión católica a ultranza, ya que el estado de Jalisco siempre se ha caracterizado por la intensa religiosidad de sus habitantes, que en el siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX fue preponderante. Hay que recordar la revolución cristera (1926 -1929) en donde el estado de Jalisco fue uno de los principales focos de rebelión.
Ambos escritores se dieron cuenta de que está religiosidad era mayor entre más ignorante era la población sobre todo en comunidades pequeñas, donde llegaban hasta el fundamentalismo (en la acepción religiosa de inalterabilidad de la doctrina católica), también comprendieron que lo que les daba sentido a la vida de las gentes en estos pueblos era la religión y todas sus actividades giraban alrededor de ella.

“Pueblo de mujeres enlutadas.”

Así comienza Yáñez su novela Al filo del agua, donde para los habitantes dice el autor: “Se vive la agonía de debatirse entre hacer lo que se anhela: concupiscencia, o lo que se debe: arrepentimiento”.
Ya dijo Einstein: "En el hombre primitivo es fundamentalmente el miedo lo que produce ideas religiosas: miedo al hambre, a los animales feroces, a la muerte".
Y podría añadir Yáñez el miedo a perder el alma y que ésta tenga como aposento en lugar del cielo prometido los tormentos del infierno. El cura Dionisio Martínez en la novela se encarga de recordar a todos los habitantes del pueblo el temor a un Dios vengador y terrible que con cualquier desviación de la carne: la belleza, el gusto por satisfacer los sentidos, incluso el pecaminoso pensamiento al ver una mujer es motivo de condena eterna, pues el peligro al que le temía el cura: “era lo que estaba debajo de la ropa renegrida de las mujeres”.
Aunque la religión le da sentido a la vida, le brinda a los seres humanos una razón para vivir y hacerlo correctamente -como el Dios lo indica- y con felicidad, dándole además una guía práctica de normas morales, las que le ayudaran a vivir con esta corrección y felicidad, pero, en la novela sólo el presbítero Abundio Reyes piensa que la religión puede ser felicidad, porque en contraste con los otros sacerdotes, Reyes es un pensador liberal, que considera que el cuerpo es algo que Dios les dio a los humanos y que no es malo satisfacerlo con mesura.
La religión mal entendida: mortificar al cuerpo para salvar al espíritu permea en toda la novela, sin embargo las necesidades de la carne son tercas, incluso el cura Martínez tiene un hijo escondido: Gabriel. Y lo que le da unidad a la novela es este pensamiento religioso de sus habitantes y explica las vicisitudes de los mismos.
Este sometimiento en el que se encuentran los habitantes del pueblo, encubre un anhelo de libertad que va incubando una rebeldía que termina en la revolución mexicana. Sin embargo a pesar de que una sobrina del cura se fue de guerrillera, el cura Dionisio sigue en su labor pues está convencido que es su deber salvar a su grey y tiene que inculcarles el temor de Dios. Ministros como el cura Dionisio María Martínez (que de una manera magistral lo describe Yáñez) son los que han conservado por más de dos mil años a la iglesia católica.
El principal protagonista de la novela es el sentimiento religioso.

“¿Conoce un lugar llamado Comala?”

Pregunta Juan Preciado, uno de los protagonistas de la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo, y cuando Juan Preciado llega a Comala encuentra un pueblo fantasma en un terreno yermo, raso y desabrigado: un páramo. Todos los habitantes están muertos y Juan al darse cuenta se muere de miedo.
La novela es ficción y se considera dentro del realismo mágico, el relato está dentro de un ámbito macabro y poético. Este libro se organiza mediante la superposición de distintos planos narrativos, de forma que el presente (la búsqueda de Juan Preciado) y el pasado (las conversaciones de Pedro y Miguel Páramo muchos años antes) se entrelazan a través de las voces y los recuerdos de los distintos personajes.
Lo característico de la novela es que muchos de ellos son almas en pena y se encuentran en el purgatorio, que Rulfo trasladó a Comala.
En la época de Rulfo existía para la iglesia católica el limbo donde iban a dar todos los recién nacidos que no estaban bautizados, esto cambio en 2004: “Papa Juan Pablo II, quien ya encomendó en octubre de 2004 al actual Pontífice Ratzinger la creación de esta comisión. «El limbo ya no existe» y por la gracia de Dios los niños no bautizados ingresan al cielo.” (1)
El purgatorio aún en estas fechas para la iglesia católica existe: “El Purgatorio y el Infierno son dos realidades sobrenaturales de las cuales se habla poco y se conocen mucho menos. Sin embargo, como católicos sabemos que después de morir, nuestra alma puede irse al Cielo, al Purgatorio o al Infierno: depende de cómo fue nuestra vida en la Tierra”. (2)
La novela transcurre entre almas en el purgatorio que necesitan que los vivos recen muchos rosarios para disminuir su castigo. Rulfo juega con el sentimiento religioso, el bien y el mal, donde la religión católica y sus dogmas tienen a mi juicio un protagonismo relevante.

(1)http://www.20minutos.es/noticia/70065/0/Vaticano/limbo/decidido/%3C/blockquote%3E.

(2) http://es.catholic.net/conocetufe/424/905/articulo.php?id=1579



Texto agregado el 01-11-2009, y leído por 367 visitantes. (1 voto)


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