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Inicio / Cuenteros Locales / pablopoeta / APUNTES SOBRE LA EDUCACIÒN DEL PUEBLO DE LA CALETA Y LA CONSTRUCCIÒN DE LA ESCUELA MANUEL CRUZ ÀLVAREZ.

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RECUENTO HISTÒRICO.

El pueblo de la Caleta tiene su origen alrededor del 1850, ya que existen evidencias cartográficas que así lo confirman; algunos compueblanos, por darle también un valor mitológico, lo sitúan en épocas precolombinas motivados por el hallazgo de importantes yacimientos arqueológicos, consistentes en osamentas y alfarería indígena.
Dentro de sus primeros habitantes resalta la figura de José Desiderio Carvajal y sus cuatro hijas, las cuales al casarse, diseminaron los cuatro apellidos más comunes del pueblo y que aun se preservan; estos son: Los Cedeño, los Carvajales, Los Castro, y Los Ozuna.
El pueblo se formó como una pequeña aldea de pescadores ubicada a todo lo largo de la costa, bordeando la playita conocida como La Caleta, de donde se le impregnó el nombre a toda la comarca, ya que a la parte norte de lo que es hoy la Autopista Las Amèricas, se le denominaba como Hatos de Toro.
El primer movimiento de personas o desalojo que sufrió el pueblo, se llevó a cabo alrededor del 1953, para dar paso a la construcción del Aeropuerto de Cabo Caucedo en donde, se recuerda, el mismo hermano del Generalísimo, Negro Trujillo se apersonó dándole hasta cien (100) pesos a los residentes del lugar, y conminándolos a que se fueran “Monte Adentro”, dando origen así al sector más importante con que contamos y que hoy constituye la Común Cabecera del Distrito Municipal de La Caleta.
El medio de vida para estos primeros habitantes era la pesca, pero los hubo que no dejaron nunca de cultivar la tierra, que aunque rocosa en algunos lugares y arenosa en otros, no dejaba de ser prodiga y muchos vivían de ella, así como también de la fabricación de hornos de carbón y de cal.
La construcción del aeropuerto trajo consigo a muchas personas de otros lugares del país, sobre todo del Cibao, quienes comenzaron a interactuar con la gente y a quedarse, trayéndose luego a sus familias. Esto provocó una ampliación del pueblo hacia el este dando origen a lo que hoy se le llama “Calle Cibao”.

EL ORIGEN DE LA ESCUELA

Manuel Cruz Álvarez, acostumbraba visitar a la poeta Aída Cartagena Portalatin, en la casa en que ella se recreaba en La Caleta. Oriundo de San francisco de Macorís, al parecer fue uno de los que llegaron tras la bonanza del nuevo aeropuerto. Era un hombre de amplios conocimientos ya que dominaba varios idiomas, incluyendo el francés, pues había trabajado como traductor en una importante compañía extranjera.
Su primer esfuerzo social, fue unificar a los residentes en la necesidad de llevar el pan de la enseñanza a los niños del lugar, la mayoría, hijos de padres también analfabetos.
La primera escuelita construida con el esfuerzo de todos, fue una enramada de una agua, que más adelante se convertiría en un caserón sin divisiones; allí comenzó a tomar forma la naciente educación formar del pueblo de la Caleta.
Al paso del tiempo, aquella hermosa iniciativa fue tomando forma; un proyecto del gobierno norteamericano, denominado Alianza Interamericana de Desarrollo (IAD) comenzó la construcción en la parte norte, de una nueva escuela de tres aulas, la cual seria inaugurada en el 1967, y que llevaría el nombre del insigne maestro Manuel Cruz Álvarez, dando con ello un empuje definitivo a la educación formal en el pueblo de la Caleta.
A partir de allí, el proceso educativo se fue desarrollando de manera tortuosa. Las inmigraciones no paraban, y el pueblo se expandía cada vez más. Las necesidades de aulas fueron tales, que hubo que dividir por la mitad la resiente escuela, elevándose a seis sus ofertas de aulas.
En el 1974, el gobierno del presidente Joaquín Balaguer, inauguró en La Caleta, un nuevo barrio para los desalojados de lugares donde se estaban llevando a cabo distintos proyectos de importancia para el país. Uno de esos proyectos era el parque Nacional De La Caleta, para el cual se había desalojado toda la franja que habitaba el antiguo pueblo. Queremos decir con esto, que las necesidades de aulas en la Escuela fueron evidentes, ya que se hizo un hacinamiento tal, que cada subdivisión de las aulas llegó a albergar alrededor de ochenta (80) alumnos. Esa situación se mantuvo por mucho tiempo. Por esa causa surgieron algunos colegios Privados que llegaron a ser una verdadera opción en el orden educativo.
En el 1979, el gobierno de Antonio Guzmán, construyó un anexo, justo al lado de la vieja estructura, sirviendo de desahogo a aquella perentoria situación.
Pero aquel desahogo duró poco, y hubo que construir otro anexo, ahora con el apoyo de la comunidad, a través de la Asociación de Padres y amigos de la Escuela. Este nuevo anexo techado de zinc se dividió en tres aulas más, pero dado la rusticidad de la construcción le daba a la escuela un aspecto de arrabalizaciòn que aumentaba aun más la necesidad de un cambio radical en su estructura física.
Hubo distintos grupos de carácter comunitario que tuvieron una gran incidencia social tras las conquistas de sus reivindicaciones, como serian el Frente Progresista Caletero (FRENPROCA), La Asociación de Desarrollo Caletero (ASODECA), La Junta De Vecinos Vista Alegre, y La Junta de Vecinos “Los Pinos”; pero para lo que nos concierne, de las mencionadas, fueron la primera y la última las de mayor incidencia en la educación.
Estas organizaciones Sociales llevaron a cabo importantes jornadas de lucha reivindicativas que trajeron momentos de tensión e incertidumbre al pueblo; la cercanía del Aeropuerto Internacional de Las Amèricas, protegía a esta zona con el orden de “seguridad Nacional”, por lo cual, cualquier movimiento llevado a cabo era repelido inmediatamente por los militares de puesto en el área aeroportuaria. Esas jornadas, aunque no lograron nunca su objetivo, crearon la conciencia social necesaria para que más adelante se ejecutaran las acciones pertinentes en el orden jurídico y político que terminaría haciendo realidad tan anhelado sueño. Fruto de ello, visitaron dicha escuela: Jacinto Peynado, Ángel Locward, y Doña Ligia Amada Melo De cardona, entre otros. Todos ellos en plena campaña política.
La aprobación oficial de la Escuela Manuel Cruz Álvarez, se da mediante el oficio No. 5977, del 19 de octubre del 1994, dirigido al Ing. Bienvenido Martínez Brea, a la sazón, Encargado de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras Del Estado. Esa nueva planta física, de ejecutarse seria de doce (12) aulas, y tendría además un multiuso, cocina, biblioteca, Cancha Deportiva y Verja perimetral.
Una de las grandes limitaciones que impedía la construcción de una nueva estructura, era que el terreno contemplado para ésta era muy pequeño, y se necesitaba por lo menos el doble de lo que ocupaba la vieja edificación. Eso trajo como consecuencia que el proyecto de construcción cayera en el limbo, y que los sueños y afanes de desarrollo de todo un pueblo se vieran seriamente afectados par verse hechos realidad.
Durante parte del tiempo transcurrido en ese largo proceso de la educación lastimosa de nuestro pueblo, se fueron dando acontecimientos importantes en el orden social, que transformarían el espectro y la composición de la sociedad caletera; uno de esos acontecimientos lo seria la descomunal invasión de que seria objeto todo el litoral norte de la Autopista Las Amèricas, que acarrearía consigo una demanda inusitada de servicios básicos para la vida, como serian el agua potable, la energía eléctrica, empleos, y más que todo, educación, que pondría a la Escuela Manuel Cruz Álvarez al borde del caos.
La llegada de tantas familias arrastró consigo a gente de diversos pueblos y costumbres. Era algo apremiante para los recién llegados abrirse paso a como diera lugar para salir de la extrema situación de indigencia en que vivían. Una de las formas usadas fue su interacción con las familias establecidas anteriormente. Esto ayudó a renovar los bríos reivindicativos y a la preparación de nuevas estrategias de lucha.
Es necesario que el lector sepa, que gracias a la unión mancomunada de estos dirigentes recién llegados, con los “eternos luchadores” del pueblo de la Caleta, se llevó a cabo un plan estratégico que traería como consecuencia el desarrollo definitivo de la educación Básica y secundaria, así como de otras reivindicaciones hasta ahora inalcanzables.
El 1996, es elegido presidente constitucional de la República el Dr. Leonel Fernández Reyna. Su ascenso al poder fue visto con ojeriza por los habitantes del pueblo de La Caleta, pues la mayoría de ellos militaba en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), o en el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC); esa situación era un reto para los que militaban en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ya que ese partido era de estructura cerrada ( de cuadros) y carecía de organismos de base en La Caleta, como para tener una dirigencia capaz de revestirse del poder político necesario para alcanzar los viejos ideales del pueblo.
Ante esa situación, algunas de las personas de más luces unificaron criterio para la elaboración de un plan tendente a poner de manifiesto la importancia de la dirigencia política de la comunidad de La Caleta, para mantener en su puesto al Gobernador del Aeropuerto, a la sazón Yaqui Núñez Del Risco; importancia en el orden político que no tenían, pero que él desconocía.
El caletero común veía el desarrollo de su pueblo siempre atado a las posibilidades del Aeropuerto, por eso una de las solicitudes inmediatas que se le hizo al gobernador fue la creación un departamento de asuntos sociales en el mismo aeropuerto; aunque le pareció un poco fuera de contexto, el gobernador aceptó.
No se detallaran todas las acciones llevadas a cabo por ese departamento durante los casi cuatro años que permaneció operando, pero sí se les dirá que dos de las primeras iniciativas llevadas a cabo, fue la creación de un Concejo Comunitario de Desarrollo que sirviera de base y participación social de las ejecutorias del Departamento, compuesto por los presidentes de todas las organizaciones comunitarias establecidas en la comunidad de La Caleta. La otra fue el envío en fecha 23 de octubre del 1996, de una comunicación al Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, a la sazón Diandino Peña, con un informe detallado de la realidad del terreno adyacente a la escuela, para su declaración de utilidad pública. El 30 del mismo mes y año, mediante oficio No. 4706, el Secretario Administrativo de la Presidencia, respondía la comunicación diciendo que estaba referida para su estudio y opinión.
Alrededor de dos meses más tarde, exactamente el 13 de diciembre del año 1996, el poder Ejecutivo dictó el decreto No. 638-96 que declaraba de utilidad pública unos terrenos de 2,280 m2 para la construcción en ellos de la Escuela Manuel Cruz Álvarez.
Esa fue la primera victoria.
Durante los años 1997/98 y 99, las visitas a los funcionarios competentes fueron permanentes. Las respuestas siempre era la misma: no hay presupuesto. La obra había sido elevada a veinticuatro (24) aulas y su costo en ese momento estaba por encima de los once (11,000.000) millones de pesos.
Como se podrá ver, se estaba en la recta final del gobierno y las posibilidades de continuar en el poder se veían cada vez más lejos. Una luz se encendió en la oscuridad. La noticia por parte del Director de Edificaciones Escolares, arquitecto Julio Peña Peña, de que un programa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), establecido en el país en 1992, se proponía ampliar su cobertura de construcción de escuelas, las cuales serian llevadas de un máximo de ocho aulas a veinticuatro o más, si era necesario. Se imaginaran lo que sigue: se hicieron todos los esfuerzos necesarios y el BID aprobó la obra.
Para ver hecha realidad la construcción de esa nueva estructura faltan algunos detalles por contar, pero lo más importante de todos, es que su construcción fue un proceso de lucha social, donde se involucraron todos los actores y se aunaron todos los esfuerzos. La Escuela Manuel Cruz Álvarez, es hoy por hoy una de las escuelas de mayor prestigio en su área de influencia, conjuntamente con otras que vinieron a llenar un importante espacio en el orden educativo.
La razón de este recuento histórico es para hacer ver que el trabajo social rinde sus frutos cuando todos los actores de la sociedad son incorporados a éste de manera solidaria y militante. La creación de un departamento con ascendencia política, y la creación de un Concejo Comunitario, con ascendencia socio-reivindicativo, llenaron el cometido propuesto y el desarrollo de este pueblo centenario de La Caleta, marcha a pasos agigantados hacia un porvenir a todas luces promisorio.

Texto agregado el 10-08-2010, y leído por 199 visitantes. (0 votos)


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