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Inicio / Cuenteros Locales / jeromejias / 14 de abril

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Cuando encuentro por la mañana un ahogado flotando en mi café, termino desayunando huevos revueltos con tropezones de mala leche. Eso me produce ardor en el estómago y no deja concentrarme en las cotidianas maravillas acechantes en cada minúsculo detalle… como por ejemplo, pararte a mirar el horizonte, y observar cómo le salen estrías al parir un nuevo sol, cada día. Por ejemplo...



Tampoco pasa nada si un día la Vida no está tan bella como en la peli de Roberto Benigni. De hecho, todos sabemos que la Vida sin maquillaje pierde bastante. No pasa nada si por un día, uno tiene la gentileza de quedarse callado. Y no ayuda mucho que tu compañera insista con eso de: - “… pero me quieres decir qué te pasa!!!”… - Y uno, o sea yo, que en el fondo no soy tan malo, debo hacer acopio del cariño acumulado en años de hipoteca conjunta y le contesto: - “Coño… si tanto te interesa saber lo que pienso, por qué no entras en mi Facebook!!!!-. Ella, más que nadie debería conocerme lo suficiente como para saber que no pasa nada si me enrrosco "padentro" un par de días... total, ella sabe, yo me canso muy pronto de todo. Más de una semana cabreado terminaría aburriendome soberanamente.




En los días con un ahogado en el café, no debería pensar. Empiezo pensando una tonteria y termino pensando en otra... hoy me dio por pensar en las parejas: ¿Por qué algunos hombres nos enfadamos cuando nuestras compañeras van cambiando poco a poco, pasando de ser una bala perdida que tú atrapaste al vuelo una noche en un bar, a ser una mujer no fumadora, cuasi vegetariana, responsable y, para colmo, fiel?... aunque eso sea una putada, en realidad, es Ley de Vida, dicen. No sé... en realidad, me parece tan idiota eso como la idea de algunas mujeres que empiezan una relación con un hombre creyendo que este cambiará con los años... ja, ja, ja... pobrecitas, a los hombres nos cuesta cambiar hasta de calzoncillos. Algunas incrédulas todavía se piensan por qué algunos nos da por cambiar con el tiempo a nuestra mujer de siempre por otra veinte años menor... la razón es sencilla... no cambiamos nada, simplemente volvemos con alguién más acorde a nuestra edad evolutiva... Mejor cambio de tema... Todo el mundo sabe que lo mejor para una buena y larga relación de pareja es precisamente, no pensar sobre esa relación. En realidad, no deberíamos pensar nunca. No dicen que "la naturaleza es sabia"... pues que piense ella.




Hablando, por ejemplo, del Facebook… tampoco no debería abusar escribiendo estas notas pues me voy a quedar sin los pocos amigos que me quedan agregados. Pero… ¿qué puedo hacer si no me acostumbro a llevar conmigo más cámara de fotos que mi memoria?... sí, podría sacarlas con el móvil… pero ¡sólo me faltaba a mi ahora preocuparme en recordar dónde puñetas dejé el móvil!… Ya sé… Ya sé que Facebook es una “red” social del buen rollito… que debería centrarme y colgar fotos de agradables viajes, seleccionando aquellas en las que salga favorecido (si eso fuera posible); o, a faltas de rutas turísticas, alguna foto de hijos risueños y bien creciditos en franca armonía familiar… o divertidos albúmenes de una cena o salida con los amigos que vemos de meses en meses… pero, ¿qué le voy a hacer?... ni soy fotogénico, ni soy familiar, ni soy social… a mí lo que me atrae de verdad, es ver a los antiguos amigo-as de ayer y pararme a contar las canas brotando de sus frentes… sopesar sus posibles kilos de más… quiero fotos de sus cicatrices; un primer plano de los cuchillos clavados en su espalda; el video de su monotonía… joder, cualquier detalle que pueda amortiguar mi miedo al fracaso.



Pero nada, mis amigos-as me decepcionan y siguen siendo jóvenes (para más inri, la mayoría, con más encanto que antes); con cuerpos esbeltos y bronceados, con sus encantadoras familias, proyectos que me parecen interesantes, amigos a raudales… en fin, suficiente felicidad como para sembrar varios campos de minas y alguno de fútbol. Y conste que me alegro, aunque sea con esa sonrisita a medio gas… tampoco soy tan hijoputa … pero me alegro por ellos – la mayoría se merecen eso y más- no por mí. Yo soy alérgico a la felicidad… no pasa nada, peor hubiera sido ser alérgico a los ácaros y quedar condenado por vida a la limpieza.







Bueno, mejor lo voy dejando por hoy… coño, ahora que lo pienso, es mi cumpleaños… quizás eso lo explique todo… no sé… el caso es que llega la hora de ir recogiendo las palabras y tragármelas, no vaya a ser que todavía alguien me acuse de homicidio por el ahogado aparecido en mi café matutino, a pesar de que, al darle vuelta, descubran que ese ahogado bien pudiera ser yo mismo...¿por qué no?



Si hay quien se ahoga en un vaso de agua, yo, si he de morir ahogado, prefiría hacerlo en una buena taza de café, al ser posible, y si no es pedir demasiado, con unas gotitas de Jack Daniels





Texto agregado el 15-04-2011, y leído por 138 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
16-04-2011 Buena reflexión en un relato fluido y agradable. Te daré más de una estrella que te ha dejado el innombrable. ***** Ah..y un feliz Cumple macacay
 
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