Mis manos me duelen si están sin tu piel
La miel del verano que espera a su antojo
Que el rojo perdido del tibio costado
Me encuentre a tu lado, fresco y desvalido.

La sed y el enojo de mi afán perdido
Terminó venciendo mis vanos cerrojos
La risa escondida detrás de tus besos
Salvó los excesos, abrió las guaridas

Si soy lo que siento no encuentro salida
A robarte, humano, tu afecto y tu tiempo
Hoy ya no me invento temores profanos
Vuelo entre tus brazos, me elevan tus vientos.

Prefiero olvidarme de héroes y villanos
Y tomar tus palmas, que ingenian desvelos
Mudo entre tu pelo respiro con calma
Me ensalzo ya ufano, con vano recelo.

Las púas saladas que evocan las penas
Ya no me envenenan ni clavan su espada
Ya encontré mi hada, mi diosa guerrera
Humana y hermosa, sagaz y certera.

La musa rendida dictó sus palabras
Logró que se abra mi historia inconclusa
Si mi mar furioso llegó a tu bahía
Tu aliento dio vida a la poesía.