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Inicio / Cuenteros Locales / joeblisouto / la muerte del librero

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estaba resfriado... por lo tanto no tenía ganas de nada, mas que de curarme... salí a la calle bastante abrigado cuando sentí las ganas de visitar a un viejo amigo librero... qué será de él, pensaba... a medida que me acercaba a su local, sentía que me sanaba... esto de la enfermedad es algo mental que se cura con la alegría o la dicha de vivir... era domingo, no había tráfico... llegué al local de mi amigo y lo vi sentado, mirando los viejos libros esparcidos por toda la arcaica estantería de su local... hola, le dije... me miró, se paró y me ofreció su silla... me senté y me ofreció una taza de café, acepté... hablamos un poco y sentí que sus ganas de hablar agonizaban... parecía querer estar solo... te ocurre algo, le pregunté... me miró a los ojos y luego, me dijo si gustaría comprar su local, junto a todos sus libros... le dije que no... le pregunté el porqué quería hacerlo... sabía que los libros eran su vida... cogió uno de sus libros y luego de leerlo en voz alta me dijo que en dos meses iba a morir... necesito vender la librería para pagar mi sepelio, me dijo... miré sus ojos, sus manos, su ropa, sus libros... sentí que todos estaban condenados a lo mismo... la verdad pesaba demasiado para entenderla... está bien, le dije, deseas que te lo pague ahora o después... me dijo que no era necesario, que una vez estuviera muerto, el pago mismo del sepelio sería el pago de todo... traté de hablar de otras cosas, pero no pude... me despedí de él y caminé rumbo a mi auto... estaba por subir cuando sentí un fuerte mareo, y caí como una bolsa de agua... cuando abrí los ojos estaba echado en uno de los asiento del auto... mi amigo estaba a mi lado... me dijo que parecía que la idea era mala... nos reimos y le dije que posiblemente estaba muy agripado... me fui de aquel lugar y a través del espejo del auto le vi...

pensé en la muerte, en la amistad, en mi madre, en mi perro... nada podía tapar la idea de la muerte del librero...

pasaron los días, las noches, los sueños, las mentiras y verdades de la vida cotidiana... mi amigo murió un domingo cualquiera... me llamaron para decirmelo... fui y lo encontré tirado sobre una ruma de libros, como tratando de asirse a su eternas páginas... llamé a la oficina de la agencia de sepelios... les dije que se encargaran de todo, que todo estaría cubierto...

al entierro fueron pocos o nadie... éramos cinco personas... nos miramos y noté que nadie se conocía... uno de ellos me preguntó si era mi familia, le dije que no... los otros se fueron hasta quedarme solo... el muerto y yo... pasaron las horas... se llevaron al muerto y lo enterraron... nadie lloraba su partida... pero, dentro de mí, había algo así como si su muerte hubiera engendrado la semilla del mismo mal en mi alma... luego de dos días del sepelio, me despedí de él...

fui a la librería y allí estaban los libros... entré y sentí que todos estabamos tristes, como si todo fuera del color del luto... busqué una mesa y una silla y esperé a que llegaran los clientes...

pasó el tiempo... el tiempo pasaba y a medida que pasaba entendía que todos nos íbamos a ir... y a cada cliente o proveedor que llegaba, algo en mi alma le pedía que se quedara con todo esto... quería salir y no podía, tan solo la muerte podría hacerlo... tengo sesenta años, y aún estoy bien... en eso pensaba cuando de nuevo volvió el mismo mareo... caí y en mi caida sentí que todos los libros me miraban, esperando mi partida a la misma eternidad de sus existencias... libros que nadie llevaría ni leería... libros que besan la inmortalidad que se goza mientras uno respira a dios dentro de uno mismo... les miraba y sentía que ellos me amaban, así como yo amaba la vida y a todo los vivo y bello de esta existencia...

cuando recobré la conciencia sentía que todo esto volvería... y ahora, pensé...

salí de la librería y fui a mi casa... desde aquel día no he vuelto a la librería... tengo el sentimiento que aun allí, esta mi viejo amigo, el librero, pero, no lo deseo visitar... valla a ser que retorne y me exiga cosas que siento que jamás cumpliría...

Texto agregado el 29-08-2012, y leído por 175 visitantes. (0 votos)


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