Escuchar algunas canciones en la madrugada,
De esas que el viento gime lento y suave,
Son sinfonías que recuerdan tu mirada,
Son espinas punzantes que se entierran en mi alma.

Escuchar melodías que recuerdan tu sonrisa,
Es flagelar mis sentidos con recuerdos hundidos,
Hundidos en profundos abrazos oníricos,
Que despedazan los últimos trozos de esperanzas vacías.

Escuchar el viento cantar tus sonetos,
Es alentar el suicidio de mi pasión por tus pinturas,
Pues ya no pintas lo que te atormenta,
Ahora plasmas amor a una fémina más que bella.

Escuchar el canto de nuestros recuerdos,
Ya no seremos más que eso,
Esperaré a que el viento me cante otro verso,
Pues los tuyos son tan nobles y dolorosos.

Escuchar otras baladas que me quiten tus besos,
Grabados con tinta china en todo mi cuerpo.