Tanta palabra que escribo sin ojos para leerlas
y tanta canción sin oídos para escucharlas
tanto trabajo la poesía para que el precio sea cero.
Yo ando como ciego por la vida
sin ojos para la tristeza
ni oídos para las malas palabras.
Soy feliz con lo que tengo
sin nada para ofrecer ni para trocar
con los bolsillos rotos por el hielo de la pobreza.
Yo no canto la riqueza ni el brillo de lámparas artificiales
canto por el agua pura y sin precio
que trabaja para todos sin cobrar impuestos
y para el pan tibio que dan las madres a sus hijos.

Tanto verso mi Dios
tanto alambre entintado sobre páginas en blanco
para nada para todos
mi poesía es una bala perdida
que se hunde en el cuerpo inocente de un niño asesinado.
Cuánta locura que circula como moneda invaluable
tanto oro verdadero vendido como bagatela
tanta palabra con eco mudo
lanzada a un mundo sordo
donde todo es metal duro
y nada tiene valor
sino es para ser moneda o billete
que sirve para cambiar sombras
por aire y agua pura.

Tanto tiempo hundido en el barro de la indiferencia
poemas míos borrados
como las huellas en la playa
como penas de nubes movidas por el viento.
Yo me ahogo en mis versos
como el borracho que borra sus penas
en vasos fríos servidos por manos ajenas.