Ríen sus ojos morochos
y quiero que el tiempo se detenga
para contemplarnos
en el grato alboroto.

Remienda las alas gastadas
y con formas de pájaros nacen las palabras
pero me abstraigo en la magia de su boca
que a besos ha reparado mi alma
y huele a madre selva y rosas.

El chino vuelve a reír y es por mí,
quiero que se quede por siempre
pero no será así,
quiero perderme en su sonrisa
pero su recuerdo, traerá lágrimas de cenizas
y por él me resisto a sufrir
ante la masiva desintegración de caricias.

El chino se ausenta
y achina sus ojos en calles distintas a las mías,
me canta una melodía de amor,
un rock de los beatles entre el piso y el colchón.

Debo arrancarlo de mi corazón
a pesar de que su rostro de barro y canción
ha pintado una primavera en mi interior,
el chino se va y he decidido no ver el sol.


https://www.youtube.com/watch?v=_aIuna5a8Dc