Y un día gris amaneció junto a mi tristeza, ambos se elevaron, los sentimientos al máximo. Sabia que después de vos ya no quedaba otro igual. Era eso, ya no ibas a ser vos. Y debía rendirme a la idea, si había soñado mas de mil veces con tu regreso ya no más. Sentí desvanecer todo mi alma, un destaponazo de sensaciones que se filtraban desde mi muy adentro, hasta donde uno vaya a saber donde, luego entendí la simpleza y profundidad del hecho, vos ya no me correspondías, y yo me estaba deshaciendo de esa idea.
Como si fuese algo energético lo que nos mueve, creí en la fuerza de no pensar en lo angustiante, suerte que me di cuenta que no servia de nada tapar sentimientos con otros, porque tarde o temprano florecen como en plena primavera, y todo su perfume se hace sentir en todo el cuerpo, y las espinas, se esparcen sin pedir permiso. Amor amor, matar matar.