TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / AnaCecilia / Toda una fiesta

[C:681]







La música giraba en torno a nuestros cuerpos brillantes, que se movían bajo el flash de las luces. Estaba con un grupo de amigos, en él dance de moda, acosada por las sombras incandescentes, que nos llevaban de un lado al otro. Todos bailábamos con todos, en una suerte de ritual, que bendecía al techo sembrado de formas y figuras multicolores. Hacía mucho que no iba a un boliche, como yo lo llamaba, y esta sensación, me había provocado algo de asombro. Sentí la mirada de ellos, perderse dentro de mi escote; el hedor a alcohol fluyendo de sus bocas encendidas de sexo; a los mercaderes del éxtasis rondando en los rincones, como un ave rastreando a su presa, y a las manos como brazas mezclarse, con el deseo del otro. Estaba en ese oasis de lujuria y desamparo, casi con vergüenza de lo ajeno, que ahora empezaba a hacerse mío. Habíamos ido a festejar el compromiso de Laura, que en unos días se iba a casar. De pronto la cumbia nos arrasó hasta la barra, como un tropel salvaje salido de su cause, y entre golpes y empujones, nos quedamos allí tomando una gaseosa. Un hombre de unos 45 años, con facciones bien definidas, bajo su bigote, y con espalda prominente, dibujada por un traje oscuro, no dejaba de mirarnos. Nuestros ojos cómplices se soltaron en una carcajada, que rápidamente llegó a su encuentro. Y, sorteando la masa corpórea, que no dejaba de danzar, se nos acercó diciendo: -“ ¿Solas?”; las dos sólo accedimos a reír, como en un concurso de sonsas, elegidas al azahar. De repente Laura enmudeció; su piel había quedado estatizada en un haz violáceo que le envolvía el rostro; su prometido estaba allí bajo los brazos de una adolescente. Bruscamente, huyó corriendo al baño. Claudio me miró con una sonrisa cómplice, no por haber presenciado lo ocurrido, sino por el echo de estar allí, tan bien acompañado. Le respondí con un gesto temeroso, mientras me iba hacia el toillete. Casi cuando estaba a punto de llegar, su mano se aferró a mi brazo, repitiendo; -“ ¿Está Laura acá?”, una y otra vez. Yo no respondí, mientras escapaba de sus garras, rápidamente. Laura yacía frente al espejo, con sus pupilas sangrando de dolor, y sus sueños esparcidos por el aire. No podía entender este engaño, como ninguno de nos tampoco lo entendería nunca; y aunque traté de calmarla, todo fue inútil.
Volvimos a salir, con su cara escondida entre los hombros, para deshacer el mismo recorrido ya andado. Claudio aún estaba allí, murmurando en el oído de su enamorada. Y en un descuido, su cabeza inclinada de amor, fue atravesada por un vaso de whisky, bajo las manos de Laura. Su cuerpo calló, al igual que la implosión de un edificio, sobre los cerámicos de la pista. La gente se fugó en un grito unánime, mientras los dueños y guardaespaldas, despejaban la zona. No podía creer lo sucedido; al principio retrocedí despacio hasta las banquetas de la barra, para luego ir a su lado a tratar de ocultarla; ella le seguía gritando: - “¿Por qué? ; ¿ por qué?”. La policía no tardó en llegar, para comenzar a indagar pistas. En un último intento, traté de encontrar a nuestro “boyare desconocido”, que tan mal habíamos tratado. Y después de una enceguecida búsqueda, lo hallé; con un trago entre sus labios bajo la penumbra. Su rostro no había dejado nunca de mirarnos; me acerqué para pedirle auxilio, y antes de que lo hiciera, nos tomó de la mano, para perdernos por una puerta trasera.
Dentro de la camioneta con vidrios polarizados, pudimos ver el alboroto; la ambulancia llevando a Claudio herido junto a su amante; como también los gritos de nuestros amigos desesperados. Con los ojos llorosos, nos fuimos alejando del lugar, mientras sobre la gaveta, casi escondida, pude ver una credencial que decía: “ Comisario Juan Carlos Dinotto”.

El secreto se mantuvo guardado, junto con los testigos del hecho, quienes nunca declararon. Y a pesar del tiempo que pasó, nosotras aún seguimos haciendo nuestro show de streeper, en el cabaret al mando del señor Dinotto.

Ana.


Texto agregado el 17-10-2002, y leído por 649 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
19-01-2003 sigue bravo felicidades un BESO gatelgto
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]