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EL TOUR


Tendido... de cara al viento, siente el olor del peligro cerca, lo siente... más allá que el sonido del viento en la hierba, y más allá que el sonido de su propia sangre emanando de sus heridas, es su enemigo... asechándolo... desde algún lugar que no precisa bien... de pronto, más oscura que una noche sin luna y mas frío que un golpe certero, como sudor recorriéndolo, llega hasta él... abre sus ojos y es la visión mas fantástica que halla tenido...
–es una serpiente- piensa, -es como una gran serpiente metálica, cubierta quizás por una corteza, y su piel... nunca había visto una piel así, brillante, luminosa... estoy dentro de una enorme serpiente metálica... y la velocidad, nunca había visto a una serpiente arrastrándose a una velocidad tan alta...-, sin dejar de salir de su asombro ve muy cerca frente suyo a un hombre... alto, erguido, cubierto, como si su piel no le bastara, -es muy raro-, pensó, quizás se encogió. Intentó alejarse para verlo, estudiarlo a distancia, y al mismo tiempo el hombre también se alejó, -voy a advertirle- se dijo, -que vea que no le tengo miedo- y de pronto algo ocurrió, de su garganta salió el sonido más extraño que hubiese emitido alguna vez, no era como cuando estaba furioso o tenia miedo, no... esto era distinto, era como... una voz, por primera vez se mira y no lo puede creer, estaba de pie, erguido, y su cuerpo, su cabeza... increíble, nada de pelos o heridas, es mas... estaba cubierta por unas telas muy parecidas a las de los hombres... de pronto, siente como si se le helara la sangre y esta fuese espesa, -me veo como si... parezco un-, solo recién ahí comprende que lo que estaba viendo era su propio reflejo... –increíble... soy un hombre.-
Estuvo un rato así... paralizado, sintiendo los tortuosos golpeteos de su corazón, acelerado, hasta que un agudo chillido lo arrojo de vuelta, -es la serpiente- pensó, -está cansada y se va a detener-, voltea y ve con terror que no estaba solo, decenas de hombres estaban con él, lo primero que pensó fue en advertirles, que vieran que no les tenia miedo, sin embargo se controló, -no van a hacerme daño-, pensó, -me ven como uno de ellos, es mas ni siquiera me miran- esto lo tranquilizo, por una abertura en la piel de la serpiente pudo ver como llegaba hasta lo que parecía ser su madriguera, era inmensa, llena de luces y lo más extraño... llena de hombres, vio como se detenía y parte de la piel de la serpiente se abría para que los hombres pudiesen salir, intentó acercarse a mirar, quería ver la herida de la serpiente, ver si sangraba, pero no pudo... los hombres que estaban junto a él lo empujaron y lo obligaron a salir, una vez afuera pudo darse cuenta que no era la única herida, su piel estaba llena de aberturas por donde entraban y salían los hombres, -es muy valiente- pensó... quiso quedarse quieto y ver todo más detalladamente pero tampoco pudo, hombres a su alrededor lo empujaron y obligaron a caminar, pronto se vio rodeado, -es una estampida- pensó, y los siguió caminando sin saber qué hacer, llego hasta un montículo cubierto por una piedra delgada y reluciente, intentó escalarla, y el piso se movió debajo suyo, esto mas que asustarle le causo gracia, ¿cómo sabia que quería subir?, al igual que antes los hombres lo empujaron y salió de allí, pronto se vio ante lo que parecía un túnel al exterior, -por aquí debe estar la salida de su madriguera-, avanzó junto a los hombres, que iban y venían en todas direcciones, y pensó ¿cómo seria ser hombre?, andar sobre cosas que hacen ruido, cubiertos de tela, entonces... fue como si resonara un gran trueno, una tormenta estallando a su lado, voltea y mira cómo muchos hombres yacían petrificados, inmóviles sobre el piso, vio a una mujer apretando fuerte contra si a un niño, -es su cachorro- pensó, mientras gemidos y alaridos cubrieron las paredes y rebotaron en los techos de la madriguera, haciendo que muchos a su alrededor huyeran.
Sin entender qué pasaba vio a un hombre que con su brazo estirado sostenía lo que parecía ser una piedra, y casi de inmediato también sintió el olor, -es como si la piedra se quemara- pensó, quiso acercarse y ver mejor a ese hombre y la piedra, y entonces ocurrió... el hombre le habló en una lengua que no entendía, y más aun sus ojos... fue como si toda la rabia y el odio de sus ojos cayera sobre él, como si mil lanzas se clavaran en su pecho, volvió a escuchar el trueno en la madriguera al tiempo que sintió un agudo dolor... estaba sangrando, y sus piernas... que hasta entonces lo habían sostenido erguido, ahora lo abandonaban, haciendo que volviera a doblarse, quiso ver al hombre, ver su cara, pero ya no estaba, en vez de eso... vio cómo las paredes de la madriguera se deshacían para al fin volver a quedar igual que antes...
Tendido... de cara al cielo, sintiendo el sonido del viento en la hierba, y el sonido de su propia sangre emanando de sus heridas, hasta que lo vio... detrás de un árbol agazapado, aguardando entre unos matorrales, sumergido en la inmensidad de la estepa... alerta, por el rabillo del ojo... lo vio, acercándose, avanzando a gran velocidad, con la cola levantada, con cada uno de sus músculos en perfecta armonía y elasticidad, y cuando estuvo solo a unos pocos pasos, lo vio... directo a los ojos, pero no encontró ni la rabia ni el odio que encontró en los ojos del hombre... eso era lo único que necesitaba saber, dejó que se abalanzara, cerro lo ojos y satisfecho de terminar así, exhalo...
La mujer gorda y pintada exclamó con horror: -¡Por Dios!, ¡que horrible!, vamonos de aquí...-, entonces los guardias la miraron, hicieron partir el jeep y continuaron con el tour._


FIN

Por Tom R. Vera Correa.

Texto agregado el 20-11-2004, y leído por 142 visitantes. (1 voto)


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