We could take ages without
throwing a single tear,
they could all rip our hearts apart,
but no one will own our soul...
Mientras buscaba algo de tranquilidad posó su mirada en el mar... ese mar que sólo le traía algunos buenos recuerdos, de esos que se guardan en la memoria para alegrar un poco el día y tener un escudo contra la tristeza y el desconsuelo.
El tiempo había transcurrido y el sonido del mar era lo único que necesitaba oír... cuanto había desperdiciado a su lado, cuantos momentos de desasosiego y locura, olvidando que tenía una vida llena de infinitas oportunidades por aprovechar y múltiples personas por amar...
La intranquilidad había vuelto a llenar su corazón, no había escape aparente, sólo que... bueno, sólo que el dolor la había desgarrado, a esto se sumaba el hecho de no poder llorar... ni una sola lágrima, es posible, creo que a todos nos ha pasado ¿no?. Tener que olvidar para vivir, para perdonar. Tenía que dejarlo ir, estaba aferrada a esa esperanza de venganza, de desquite... Aunque había sido sólo un instante, el amor había comenzado a nacer, pero como todo en esta vida se acaba, éste se acabó, murió antes de florecer, como mueren los desdichados todos los días de sus vidas, asi murió, desdichado el amor que profesaba , el amor que nacía, poco a poco, por primera vez, el amor de un engaño, del hábil engaño que por fortuna dura poco, muy poco, pero que pareció mucho para ella.
Por los momentos felices que pasó a su lado se arrepentía, conocía poco de la vida, pero sabía que cosas mejores existían. El amanecer se asomaba en el horizonte, estaba inmóvil, su cuerpo tenía el extraño olor salino del mar, el viento golpeaba su cara, ondeaba su pelo, su vestido, sus ojos fijos en las olas parecían no tener vida, era una lástima imaginar que se encontraba estancada en una situación tan fácil de resolver, solo tenía que dejarlo ir, dejar ir el rencor, la ira, el deseo de venganza... pero eso era lo que menos le interesaba, quería vivir para odiar, para sentir, no lo había hecho en mucho tiempo, sólo iba y venía como las olas y cuando por fin podía hacerlo no iba, por ningún motivo, a desaprovechar la oportunidad de hacerlo, eso era lo que le daba “fuerzas” para vivir, el deseo de venganza.
¿Pero que pasaría cuando todo lo que quería pasara? Eso no lo había previsto, no lo había siquiera pensado, tenía tantas ganas de llorar, pero no podía... la verdad era que no quería, el orgullo no se lo permitía, tenía miedo de aceptar que había sido engañada y aunque el no le interesara en lo absoluto, el horror de la mentira había llegado a lo mas profundo de su alma, hiriendo el orgullo y el estima propio.
De pronto todo fue oscuro, la lluvia caía sobre su cuerpo desnudo, el agua se mezclaba con las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas... sentía miedo de vivir, de no lograr lo que anhelaba, de sufrir como siempre lo había hecho, siempre comprometía su corazón y salía lastimada, eso era su culpa, ella era la única culpable de sufrir como lo hacía, si sólo no sintiera...
JVS
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