Una carta al lector...








Tras un portal de humanidad, médicos y enfermeras, realizan sus tareas cotidianas. De ellos depende que las operaciones; riesgos quirúrgicos; transfusiones; sueros; medicación; etc, salgan como corresponde. Si el sentido común al deber no se ha internalizado debidamente, el resultado no dará los frutos necesarios, para trascender con la conciencia íntegra y el rostro iluminado. Y si esto así sucede, con el tiempo, la queja permanente de pacientes aniquilará con todo nosocomio en existencia. La elección de esta clase de profesiones, da por sentada la entrega en casi su totalidad; brindando lo mejor de uno a todos los puntos cardinales de la existencia humana. Cosa que no sucede actualmente; la falta de respeto acompañada con la desinformación, se han infiltrado en lo más íntimo del ser; trocando humildad y servicio, por soberbia y desenfado; llevando al paciente a su degradación más profunda, sin darle un soplo de esperanza a cambio de su vida. Desatención; burlas; mentiras; mal trato; falta de idoneidad y de carisma, son algunas de las tantas sensaciones que he pasado durante un solo día de internación y operación repentina. Además del dolor insistente que mi cuerpo padeció y padece; creo que la humanidad de una persona está por encima de cualquier contenido, como un rasgo único e inigualable que nos diferencia de todo animal vivo. Entonces démosle paso a este valor en lo absoluto de su palabra, porque si no, mis estimados profesionales, la batalla contra el mal, ya habrá sido vencida.

Ana.