Mi abuela nos dejó el 5 de septiembre de 1.998 en la ciudad de Sevilla, a los 85 años de edad, y sus restos descansan en el Campo Santo de la Villa de Paradas.
El prólogo que aquí expongo no es mío, pero os enseñará un poco más de la vida y obra de esta mujer tan especial.

"Doña Rosario nació en la ciudad de Osuna (Sevilla), un 12 de diciembre de 1.912.

En su niñez, destacó por su amor al teatro y, sus dotes de interpretación fueron tales, que personas entendidas llegaron a sugerir a los padres que cursara estudios de arte dramático; éstos no consideraron convenientes los consejos y Rosario curso los estudios de Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de su ciudad.

Casó, muy joven, con Antonio, un agricultor de Martín de la Jara (Pueblecito situado a 20 kms. de Osuna) y allí marchó a vivir a casa de los suegros.


Una vez nacida su primera hija (Paquita), y dándose cuentas Rosario, de las pocas perspectivas de formación y trabajo que aquella pequeña Villa podía ofrecer a su descendencia, decidió ir a estudiar a Sevilla. Conseguido el beneplácito de su marido, se matriculó en la capital para las carreras de Matrona y Practicante. A mediados del

año 1.936 conseguía el título de la carrera de Matrona y faltándole sólo una asignatura para la de Practicante, estalló la guerra civil y hubo de regresar a Martín de la Jara .

Durante este nefasto periodo de la historia de España, Rosario trajo al mundo a su segunda hija: Rosario.

Su marido, Antonio, durante la guerra, prestó sus servicios en la retaguardia en Sevilla.

Antes de finalizar la referida contienda civil, Rosario solicitó y consiguió una plaza de Matrona en la ciudad de Paradas, situada a 50 kms. de Sevilla, donde marcharía en unión de sus dos hijas.

Poco tiempo después aprobaría la última asignatura que le quedaba pendiente y conseguía el título de Practicante.

Terminada la guerra, Antonio regresó a Paradas y comenzó a trabajar en las oficinas de Arbitrios del Excmo. Ayuntamiento.

Muy duros fueron los años de la posguerra para Antonio y Rosario, que habían sumado una prole de siete hijos.

Antonio contrajo una grave enfermedad, cuando sólo contaba 40 años y a los dos años fallecía, dejando viuda a Rosario con sus siete hijos: Paquita, Rosarito, Antonio, Leonor, Paco, Miguel y María Angela; la mayor con 14 años y la pequeña con nueve meses.

No sería justo el dejar de resaltar en esta biografía, la entereza, valentía, tesón, constancia, fe y corazón que Rosario tuvo para seguir adelante y poder criar y educar a sus siete hijos.

Los hijos se fueron haciendo mayores y casi todos marcharon de Paradas, estableciéndose en otras ciudades. El objetivo primordial de Rosario a la vista de estas circunstancias, fue el que sus hijos no perdieran el contacto entre ellos ni con ella. En base a estos pensamientos, compró un terreno a unos doce kms. de Paradas y empezaron a construirle un chalet para que sus hijos y descendencia pudieran veranear en él. Sus deseos se vieron cumplidos: sus siete hijos, sus cónyuges y hasta veintidós nietos, ocuparon durante muchos años, las dependencias de su chalet durante el verano. Sus hijos se veían, al menos, una vez al año, sus nietos se conocían y se querían como hermanos y ella disfrutaba todos los años, viéndolos felices y reunidos.

Rosario, de siempre, había adorado la poesía, pero nunca dispuso de tiempo para dedicarse a ella. Fue por la década de los sesenta, cuando los hijos se le fueron independizando, empezó a disponer de algunas horas libres y comenzó a escribir sus primeros versos. Ya no paró, cualquier momento y lugar era bueno para componer: en casa, por la calle, de noche y de día.

El año 1.974 editó su primer libro: “La apendicitis de doña Petra y poesías varias”. A partir de aquí fue publicando sus libros, hasta completar un total de ocho. El noveno lo publicaron sus hijos un año después de su muerte. La apendicitis d. . . volvería a publicarla, junto con otras dos obras de teatro, el año 1.994.

Rosario repartía los libros entre sus hijos, familiares, amigos y Centros Públicos. En cierta ocasión un conocido le preguntó si podía venderle uno de sus libros, y ella le contestó. “Los libros de Doña Rosario no se venden, se regalan”.

Está incluida en la Enciclopedia de Escritores, en Biografías de Literatos, en el Diccionario de Poetas Españoles, en Escritores de Sevilla (Editorial “El Paisaje”), y en otras importantes obras.

Fue secretaria, durante varios años, del “Grupo Aldea”: Agrupación Literaria de Escritores Andaluces en Sevilla.

Fueron también innumerables sus participaciones en revistas, y coloquios locales, provinciales y regionales; así como las entrevistas que le realizaron los medios de comunicación: prensa, radio y tv.

A primeros del año 1.997, Dª Rosario fue intervenida quirúrgicamente de una afección en la vejiga. A pesar de la importancia de la intervención, los médicos, confiando en la fortaleza de la enferma, le vaticinaron varios años más de vida.

El 8 de marzo del mismo año, su joven amiga Mª Pepa Vera, en un concurso de redacción sobre “la mujer trabajadora”, que se celebraba anualmente en la Villa de Paradas, tomó como ejemplo para su trabajo a Doña Rosario. Bellas frases esgrimió Mª Pepa para resaltar las virtudes de su elegida: “Todos somos un poco hijos de Dª Rosario...” “Ella nos regaló vida a lo largo de la suya” “ mujer de dulzura sin par” “ mujer avanzada en su tiempo” “inteligente, creativa, poeta” “Su poesía es sutil, delicada, atrevida y espiritual...”.

Terminaba su trabajo Mª Pepa, solicitando del Excmo. Ayuntamiento la concesión para Dª Rosario, por tantos años de servicio y amor a la Ciudad, el que fuese nombrada Hija Adoptiva de Paradas.

A finales de mayo del mismo año, el pleno del Excmo. Ayuntamiento de Paradas, presidido por el Sr. Alcalde: D. Alfonso Muñoz-Repiso Pérez, reconocía la gran labor realizada por Dª Rosario Pascual Lira durante más de cuarenta años y la nombraba “Hija Adoptiva de la Villa de Paradas”. Los actos oficiales que se realizaron en la ciudad, para otorgar a la galardonada el mencionado título, se hicieron coincidir con un encuentro de poetas paradeños y la presentación por Dª Rosario de su penúltimo libro: “Fluctuando entre tierra y cielo.”

La frágil salud de “ Doña Rosario la matrona” (como cariñosamente todo el pueblo la llamaba), se vio empeorada por dos graves acontecimientos sucedidos en la familia: La muerte, por accidente automovilístico, de su hija Rosarito, en noviembre del mismo año y el fallecimiento también de su hija política Suci, cuatro meses después. Estos dos duros golpes terminaron con su delicada salud."

Yo, Miguel Ángel López Morillo (LoboAzul), soy el primer hijo de la menor de sus hijas: María Ángela...
Mi deseo es iros dándola en pequeños trocitos, como yo la conocí... Espero que la disfrutéis como nosotros -su familia- lo hicimos. Gracias de antemano a todos.