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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Retos y Concursos / Reto 3--(26 -07 al 5-08) - [F:16:12392]


ninive,26.07.2012
Los textos se publicarán al finalizar el plazo dado.
Los textos se mandan a EL_RETO_GANADORES en Privado
La votación y su modalidad será publicada llegado el
momento.
Se vota en VOTARETO en Privado
Se aceptan votos de cuenteros participantes y no participantes. Todo comentario ofensivo o que obstaculice el normal proseguimiento del
reto será rechazado

 
El_RETO_GANADORES,26.07.2012
Tema: continuar el inicio común. extensión máxima 1000 palabras. Incorporar el inicio a la continuación Poner título
el reto 3 va desde hoy 26 de julio hasta el 5 de agosto.

 
El_RETO_GANADORES,26.07.2012
Inicio
Desde su retorno, Rosina ya casi no sale de casa . Envuelta en el chal negro de su madre, se atreve a cruzar el umbral de la puerta al anochecer, cuando está segura que no la verá nadie. Llega hasta la playa desierta, se sienta sobre la vieja barcaza encallada y permanece sentada allí, inmóvil, la mirada clavada en el horizonte.

El regreso de Rosina, a Agromare, a apenas dos meses de su boda, dio lugar a un enjambre de conjeturas en la pequeña aldea de pescadores. La madre, que sabía la verdad, evitaba los encuentros con la gente del pueblo, manteniendo sólo los contactos imprescindibles.
 
EL_RETO_GANADORES,06.08.2012
Estos son los texto recibidos para el reto3. Muchos carecen de título y se debe a ello la señalación alfabética de los mismos.

desde el 11 de agosto hasta el 13 de agosto votación en Votareto en Privado con la modalidad 3-2-1-
La votación estará abierta a todos los lectores, solo los autores tendrán la obligación de emitir su voto. Quien no lo haga recibirá -3 de sanción.
 
EL_RETO_GANADORES,06.08.2012

...Más de lo mismo

Desde su retorno, Rosina ya casi no sale de casa. Envuelta en el chal negro de su madre, se atreve a cruzar el umbral de la puerta al anochecer, cuando está segura que no la verá nadie. Llega hasta la playa desierta, se sienta sobre la vieja barcaza encallada y permanece sentada allí, inmóvil, la mirada clavada en el horizonte.

El regreso de Rosina, a Agromare, a apenas dos meses de su boda, dio lugar a un enjambre de conjeturas en la pequeña aldea de pescadores. La madre, que sabía la verdad, evitaba los encuentros con la gente del pueblo, manteniendo sólo los contactos imprescindibles.

En los años 80 en uno de los países de Suramérica la violencia se hizo muy intensa y las fuerzas paramilitares con la complicidad del gobierno empezaron a tomarse los campos y a atropellar labriegos despojándolos de sus tierras. Estando con su madre en una finca donde el oficio de Rosina era el de achicar el ganado llegaron los paramilitares y masacraron a todos dizque por ser ayudantes de la guerrilla. Junto con su madre se escondieron en un matorral y desde allí observaron como violaban a sus hermanitas y con una moto sierra picaron a su padre y sus hermanos, luego los metieron a la casa y les prendieron candela. En vano su madre salió a defender sus hijos, le perdonaron la vida para que pasara el mensaje a todos los vecinos; “el que colabore con la guerrilla”……
Rosina quedo con su escapulario de la virgen del Carmen y un terror acumulado que la invadía toda el día. Vagó por Agromare y todos los puertos vecinos hasta que un día vio uno de los asesinos de su familia y lo persiguió y lo mató cortándole la cabeza con un machete. Pero días después vio al mismo asesino que ya había decapitado, el mismo que estuvo en la masacre de su familia “vivito y coleando”. Para Rosina era imposible, pues ella estaba segura que lo había dejado sin vida y pensó que era una aparición producto de la imaginación, como una de esas historias que le contaba la abuela por la noche cuando se sentaban en el fogón a oír relatos con sus hermanos. Decidió volver a matarlo y lo hizo de nuevo pero el hombre volvió a aparecer a los pocos días, Rosina comprendió entonces que cualquier hombre era el asesino.
Como una ángel del apocalipsis iba sembrando violencia y por los campos aledaños al rio matanza orillas del cual había varios puertos entre ellos Agromare.
Su sangre fría, y su capacidad para la estrategia y el combate -dicen que tenía una facilidad extrema para disparar-, la hicieron ascender muy rápido en la guerrilla. Rosina fue guerrillera rasa solo dos años. Después la nombraron comandante de escuadra -con doce hombres a su mando-, luego reemplazante de compañía y más tarde formó parte de la dirección del frente quinto. Intentaron darle cargos de formación política y de manejo de finanzas. Pero no pudo con eso. Lo suyo era el combate. Le adjudicaron un comando de cuarenta guerrilleros con un objetivo claro: “matar y secuestrar ricos” paradójicamente doña Gertrudis su madre era rica y jefe de una banda de narcotraficante de un puerto cercano al mar Caribe, sin embargo era respetada en el pueblo aunque ahora se le criticaba su constante abnegación y preocupación por Rosina……

Llegó la época de la amnistía, Rosina se entregó y el gobierno la nombró “gestora de paz” fue cuando volvió donde su madre a refugiarse y pretendía pasar inadvertida, lo que ellas no sabían era que en el puerto- que ahora era un lugar en donde la pesadez ye el calor convertían a sus moradores en seres apacibles a amodorrados- ya sabían quién era Rosina.
Nadie entendía el porqué el Sargento Salazar quería casarse con ella. Pero el motivo era claro; Rosina tenía muchas tierras a su nombre, tierra que en otrora habían pertenecido a los habitantes del pueblo quienes tuvieron que abandonarla por la cruda violencia.
Para empeorar las cosas, luego de desertar, la guerrilla no la ve como gestora de paz, sino de traición. "Sé que Marco están ofreciendo 500 millones de pesos por mi cabeza", decía casi sin afectarse. Marcos es el coordinador de los tres frentes del oriente del río, donde ella operó durante una década. "Pero de la mano de Jesucristo voy a salir adelante", agregaba. Es algo culta, habla despacio. A veces suelta griticos, como un recuerdo del mando que algún día tuvo. En prisión tocó una Biblia por primera vez. Se la regaló uno de los jefes de sala que se acercó a hablarle después de una semana encerrada sin que nadie le dirigiera una palabra. Cuando le habló, ella se soltó a llorar. Sin camuflado, sin poder, sin arma, Rosina no da miedo. Mucho menos lástima.
En un amanecer –alborada de la virgen del Carmen- unos moradores penetraron en su casa se la llevaron a la fuerza y al otro día apareció en las puertas de la iglesia con su cabeza desprendida del tronco.
Los testigos de su crimen dicen que se enfrentó con sus verdugos y que antes de que la guillotinaran le dio un beso al escapulario de la virgen del Carmen.
En un charco de sangre con un letrero escrito con su propia sangre decía:” Así como un gusano mueren los asesinos de nuestros familiares”.
La madre de Rosina furiosa fue a hablar con el cura párroco de quien sospechaba que era cómplice del crimen –ella ya conocía como odiaban los curas a los guerrilleros reinsertados- . Además el cura había sido el confesor de Rosina (sabía sus secretos –pensaba su madre-)
Doña Gertrudis, usted aún es joven y no conoce bien la vida. Usted tuvo a esa hija de 12 años. Tal vez, usted no sabe que su hija mató a mi madre, a mi padre y a mis hermanos y quien sabe a cuantos más en esa época violenta. El que mató a su hija tiene sus razones de peso. Eso no es posible-replico la madre de Rosina- ella se entregó a las autoridades, colaboró con la justicia, delató asesinos y guerrilleros.
El cura habló con suavidad “hay cosas señora mía que no se pagan ni con el fuego de la eternidad”.
Doña Gertrudis vio como los ojos del cura párroco lanzaban una mirada de satisfacción, algo así como la mirada de un ángel vengador.
En la notaría el Sargento Salazar, el futuro esposo y comandante de la policía del puerto recibía las escrituras de las propiedades de Rosina que ya figuraban a su nombre ……………………………





 
EL_RETO_GANADORES,06.08.2012
Una curiosa noche de boda

Desde su retorno, Rosina ya casi no sale de casa . Envuelta en el chal negro de su madre, se atreve a cruzar el umbral de la puerta al anochecer, cuando está segura que no la verá nadie. Llega hasta la playa desierta, se sienta sobre la vieja barcaza encallada y permanece sentada allí, inmóvil, la mirada clavada en el horizonte.

El regreso de Rosina, a Agromare, a apenas dos meses de su boda, dio lugar a un enjambre de conjeturas en la pequeña aldea de pescadores. La madre, que sabía la verdad, evitaba los encuentros con la gente del pueblo, manteniendo sólo los contactos imprescindibles.



Rosina mira el horizonte sin verlo. Solo piensa. Piensa en la enormidad de su problema. Y no sabe que hacer con su vida, después de todo lo ocurrido.

Todo era perfecto. Él era un encanto. Divertido, guapo, comprometido con la vida, bondadoso, y no lo olvidemos, era rico, muy rico. Y la quería, ella lo sabía.
Convivieron solo unos pocos meses como pareja, que fueron maravillosos e inolvidables. Y un día lo decidieron, se casarían. Ella no lo dudo ni un momento. La ceremonia de la boda sería sonada. Decía él, “Quiero que se enteren de nuestro amor y sobre todo compartirlo con los que nos quieren” Cuantas veces recordó Rosina esa frase, fue" premonitoria, ¡Vaya que lo fue!

En plena vorágine de los preparativos, el rumboso novio, todavía tuvo tiempo de hacerle a Rosina un regalo sorpresa. Una majestuosa mansión en la urbanización más exclusiva de la ciudad, ese sería su hogar, donde se criarían sus hijos. Rosina vivía en una nube.

Y llegó el día de la boda.

Celebrada la ceremonia del casamiento, continuo la fiesta. En un aparte buscado, él le presentó a Rigoberto,“Es mi mejor amigo, mi hermano, mi confidente” El tal Rigoberto, alto, guapo, con una sonrisa insinuante, la besó, acercándose peligrosamente a sus labios. Ella se sonrojó, a la vez que un escalofrío le recorría su cuerpo.
Empezaron a beber y a bailar en una noche en que los sentimientos se aceleran. En un momento de ella, Rigoberto la saco a bailar. Con sus fuertes brazos la apretó contra él, ella notaba que sus pezones se endurecían y se apuró por si él lo notaba.
-No creía que mi amigo tuviera un gusto tan exquisito, eres una preciosidad- Eso se lo musitaba en la oreja. Todo el vello de su cuerpo se erizó. Sin pensar, ella apretó más sus pechos en él.
-¿Qué aprovechándose de mi joven y bella esposa? –Les interrumpió el ya marido- Rosina no te fíes de él, pues cuando te des cuenta te meterá en una cama.
Cogidos de los hombros, los dos amigos la dejaron plantada en medio de la pista, mientras sus carcajadas resonaban en el local.
Continuó la noche, en un momento de ella mientras bailaba con su esposo le dijo:
-Cariño, estoy mareada, creo que he bebido demasiado. Vamonos a casa, ya no me tengo de pie.
-Como quieras. Le diré a Rigoberto que nos lleve pues yo no estoy para conducir.
Rigoberto les llevo en el coche, cuando llegaron a la suntuosa mansión, él la cogió en brazos, Rigoberto iba delante abriendo puertas. Al llegar al dormitorio, suavemente la bajo de sus brazos, y con cariño la empezó a besar. Noto que le estaban bajando la cremallera, y con mucho cuidado le quitaban el traje, el momento era eléctrico. Rosina con los ojos cerrados se dejaba hacer. Unas expertas manos le quitaban el sujetador con mucho cuidado. Una bombilla se le encendió a Rosina, no era su marido quien la estaba desnudando, pues él la tenía abrazada, pero quien...
-¿Que haces?
-Chiiis –le musita él- cierra los ojos, no pienses en nada.
Con cariño la depositó en la cama y la continuó besando, mientras, unas manos le quitaban el minúsculo tanga. Unos labios le besaban el cuello, los hombros, y con un escalofrío, sintió como le succionaba un pezón, gimió, los gemidos aumentaron de frecuencia cuando otra boca le besaba el otro pecho. Como en sueños pensó, “no puede ser, no puede ser”. Alguien a continuación le empezó a besar su sexo, no sabia ni le importaba, quien era. No quería ni podía abrir los ojos. Se dejaba hacer. Notó que la estaban penetrando mientras la besaban y abrió los ojos. Era él, su marido, bueno era lo correcto. Cerró los ojos y se dejó llevar. El orgasmo le llego como una explosión. Sin tiempo para recuperarse, notó como algo salía y algo entraba, de distinto tamaño. Abrió los ojos, era Rigoberto. Apenas fue capaz de decir una frase solo dijo:
-¿Pero...?- Él la empezó a besar con suma dulzura, mientras sus caderas se movían rítmicamente. A partir de entonces la noche fue un transcurrir de explosivas sensaciones. Como en sueños vio como Rigoberto penetraba a su marido. Y después era él quien lo hacía. No podía recordar cuantos orgasmos tuvo. Lo que sí recordaba era que fueron distintos. No fue un menage a trois, le supo a trescientos.
Cuando despertó ya era de día, estaba sola, despejada y muy cansada, no era para menos. Lo que había pasado esa noche, fue inaudito. Era monstruoso, era una vergonzosa pesadilla. Se vistió rápidamente, sin pensar, hizo una maleta con lo que se le ocurrió coger. Llamó a un taxi.

Solo pensó en desaparecer y el mejor sitio su recóndito pueblo.
Con vergüenza le contó algo a su madre, por supuesto no todo y menos los detalles. Pasaron los días.

Un día sola en la playa, cansada de darle vueltas a lo ocurrido en esa fatídica noche, reaccionó. Y vio la luz.
-“Bueno, fatídica no es la palabra –piensa Rosina- No seas mojigata fue, desenfrenada, lujuriosa, pervertida, distinta, totalmente distinta a lo normal. ¿Pero que es la normalidad? Lo que todos esperan que pase. Siempre he dicho que a mi no me gusta lo prefijado. Además él me quiere, se que me quiere. Y yo lo quiero. Tengo que defender eso, no voy a tirarlo todo por la borda. Que tiene unas costumbres distintas, bueno y qué. Mi abuela decía “a donde fueres haz lo que vieres” pues eso. El cariño y la dedicación que tuvieron conmigo fueron apabullantes, en ningún momento me forzaron a nada. Que es bisexual. Y quien soy yo para juzgar. Y la casa es preciosa.
Lo tengo claro cuando él me llame, como hace todos los días, hoy si le contestaré y le diré que le perdono y le quiero. Por cierto ¿Cuando dijo Rigoberto que volvería? Creo que dijo que por Navidad, pues ya falta poco.”






 
EL_RETO_GANADORES,06.08.2012
La vieja barcaza encallada

Desde su retorno a la pequeña aldea de pescadores, Rosina ya casi no sale de la casa. Al anochecer, cuando se siente segura que no la verá nadie, se atreve a cruzar el umbral de la puerta. Envuelta en un chal negro llega hasta la playa desierta, se sienta sobre la vieja barcaza encallada y permanece allí, inmóvil, con la mirada clavada en el horizonte. Su regreso a Agromare, a apenas dos meses de su boda, dio lugar a un enjambre de conjeturas. La madre, que conoce la verdad, evita encuentros con los aldeanos, mantiene sólo los contactos imprescindibles.

****
En los domingos de verano, el doctor Stranno, Santi Fotti, su hijo Gaetano y “Don Antonio”, párroco de la pintoresca capilla de la Aldea, se reúnen en la “Antica Locanda” a degustar la típica cocina Siciliana y pasan la tarde bajo la sombra del pinar en reñidas partidas de “scopone”, regadas con abundante “Donnafugata”.

-¿Vaya a saber que descubrió el marido para devolverla? -ironizó Santi sin apartar la vista de las cartas desplegadas entre sus manos.

-¡Denigrar es pecado Santi! En Agromare todos vieron a Rosina casarse de blanco. ¡Piensa en jugar!, si perdemos pagaremos una fortuna en vino -aseveró el Padre Antonio a su compañero

-¡Y eso que tiene que ver “Don Antonio”! Me extraña que Usted sea tan ingenuo. Casarse de blanco hoy en día no significa nada. No es como en nuestra juventud -dijo Santi buscando con la mirada la aprobación del doctor Stranno…el que contestó inmediatamente.

-¡Deja de difamar Santi! Hablar de futbol y mujeres te está dañando el cerebro. Gaetano debe soportar los enredos que tejes con tus clientes de la barbería, tan chismosos como tú ¿Que ejemplo estás dando a tu hijo?

-¡Doctor!... Cuando el río suena, agua trae -afirmó Santi, ignorando la advertencia del médico.

-¿Pretendes, que “Don Antonio” revele secretos de confesión? -inquirió el doctor Stranno mientras juntaba las cartas -él no lo hará… pero yo sí. ¡Puedo firmar certificados de defunción y también hablar cuando se trata de salvar de la difamación a una inocente!

El día antes del matrimonio, Rosina llegó a mi consultorio acompañada de su madre Asunta, quien me obligó a revisarla para confirmar su virginidad… y lo era, por eso se casó de blanco, si no lo hubiese sido, es posible que ambas se hubiesen encerrado en su cabaña para esconder la vergüenza -dijo el doctor Stranno, y continuó con su discurso -¡Santi… tu eres Siciliano! Y todavía hoy en nuestra Isla, los niños desde su nacimiento, reciben tratamiento distinto por parte de la familia y el entorno, según sean varón o mujer. A las niñas se las educa en la sumisión y a los niños en el dominio y el control. Desde muy pequeña, Rosina aprendió que su conducta debía ser distinta. A no jugar con los varones, acompañar a su mamá, peinar sus bucles, llevar puntillas. Ruborizarse... tener muchas normas a cumplir. Horarios estrictos, permanecer en la casa para las oraciones a Santa Águeda, imagen de mirada dulce, leve sonrisa a la cual debía parecerse en la repetida letanía de Asunta.

En la adolescencia, sus amigas de Agromare miraban a los muchachos. El rosado en las mejillas manifestaba tiempos de amores, sentimiento distinto que iluminaba los rostros y las miradas. La madre recomendaba con insistencia: ¡Debes guardarte para el mejor! Y aunque Rosina cuidaba su aspecto y le agregaba carmín a los labios y carbonilla a sus pestañas… no atinaba a levantar el rostro ante ningún joven.

Eso era lo que se esperaba de ella. Aguardar a alguien distinto. Mantenerse pura para entregar todo cuanto sentía de fuerte en su corazón al único hombre que le sería destinado para amar y servir. Porque amar es servir.

La joven, sentada sobre la vieja barcaza encallada, soñaba en silencio.
Pero un día… escuchó música, bellos sonidos que atravesaron su alma y su corazón. Algo del milagro esperado. El instante feliz de mirarse en otro parecía llegado. Con un movimiento descubrió su rostro para mirar a Giovanni... y dulcemente le sonrió. Fue ese el lugar de los encuentros al atardecer de muchos días. De palabras y sonrisas mezcladas entre suaves caricias.

-¡Y… Bueno! ¿Y eso que tiene que ver con que Rosina regresó sola a la Aldea? -preguntó Santi con voz quebrada.

¡Si que tiene que ver amigo! -exclamó el doctor Stranno -la misma noche que regresó a Agromare, llegaron con Asunta hasta mi consultorio. Me urgieron revisarla. Su estado de salud era bueno. Ante mi asombro, me pidió que constate su virginidad… y lo hice. ¡Rosina es virgen!

Fue desgarrante ver a Asunta de rodillas besar las manos de su hija implorando perdón. Desgarrante como el abrazo en el infinito llanto del duelo que vivían.
No pude soportarlo, las deje solas.

Algo calmada, Rosina me lo contó: Su marido, excelente persona y virtuoso violinista, fue criado bajo estrictos postulados en el seno de una tradicional familia de Catania.

La muchacha por su inexperiencia, o por las recomendaciones de Asunta, no percibió nada anormal. Pensaba que con amor y tiempo maduraría la esperada entrega y posesión… pero no fue así.

Arrepentido entre lágrimas, Giovanni le confesó: a pesar de quererla, no sentía ninguna atracción física por ella: él era homosexual.
Se casó para justificarse ante su familia, sin imaginar siquiera el daño irreparable que había causado.

-Santi, tu eres un buen cristiano. Tus comentarios se deben al dolor que guardas al ver la tristeza en tu hijo desde el día que se casó Rosina… ¡Todos en la Aldea sabemos que Gaetano siempre estuvo enamorado de ella! -dijo el padre Antonio mirándolo de frente. Su voz ronca quebró el silencio absoluto que flotaba con el humo de tabaco -Rosina vuelve a la vieja barca encallada, a ese lugar amado, todavía impregnado de amor. Llora… llora en la angustia profunda de mujer despreciada. De mujer no querida, de aquel milagro abandonado en fragmentos de frustración en ese lecho matrimonial dónde no hubo ni roces ni caricias. Ni nada. Bajo ese chal oculta el rostro, que algún día sintió bello, y hoy se deforma entre lágrimas de angustia, que no cesan de retornar para recordarle que no llegó a ser mujer... y tal vez, no llegará nunca.

El muchacho, con los ojos húmedos miró a su padre esperando una respuesta y Santi Fotti… intentando una sonrisa, después de algunos instantes interminables, consintió con la cabeza sin pronunciar una palabra.

Gaetano salió casi corriendo rumbo a la vieja barcaza encallada.
El sol ya tramontaba las dunas sobre las que reposa la Aldea de Pescadores.
 
EL_RETO_GANADORES,06.08.2012
Causas casuales


Desde su retorno, Rosina ya casi no sale de casa. Envuelta en el chal negro de su madre, se atreve a cruzar el umbral de la puerta al anochecer, cuando está segura que no la verá nadie. Llega hasta la playa desierta, se sienta sobre la vieja barcaza encallada y permanece sentada allí, inmóvil, la mirada clavada en el horizonte.

El regreso de Rosina, a Agromare, a apenas dos meses de su boda, dio lugar a un enjambre de conjeturas en la pequeña aldea de pescadores. La madre, que sabía la verdad, evitaba los encuentros con la gente del pueblo, manteniendo sólo los contactos imprescindibles

Rosina, una casi niña que se divertía corriendo en la playa mientras su padre y hermanos se hundían en el paisaje rumbo al horizonte en busca del sustento para la familia, parece ahora mucho mayor, con una sombra velando sus ojos claros , antes tan brillantes y vivos.
No está triste, está descubriendo la vida, absorbiendo experiencias que la fortifican y las noches en soledad le ayudan.
Revive paso a paso lo acontecido meses atrás, cuando fue seducida con la oportunidad de conocer otros lugares, otra forma de vida, cosas distintas.
El encantamiento llegó de la mano de un ser como nunca había conocido, bello, muy alegre, bondadoso y que la llenó de halagos; Manuel, un hombre diez años mayor que ella, que apareció inesperadamente en las playas de su aldea alterando su vida y su corazón. Llegó a bordo de una barca pesquera que lo recogió en alta mar, donde su lancha había sufrido una avería
Antes de ese hecho, estaba muy segura de amar a Pedro, amigo de la infancia, con quien había soñado y pactado platónicamente terminar juntos en la aldea rodeados de hijos, pero Manuel borró todos esos proyectos de un día para otro sin que ella se diera cuenta.
Los padres de Rosina estaban ilusionados con la posibilidad de que ella podría escapar de esa vida tan monótona. Luego de unos días alborotados compartidos con la familia, Manuel regresó a su ciudad prometiendo el regreso, que lógicamente cumplió.
Y así con tantas visitas, con tantos regalos, abrió las puertas a la curiosidad de Rosina y diluyó todo el temor a lo ignorado que la mantenía alerta.

Manuel fue comunicando a la familia su interés en casarse con la joven y llevársela a vivir con él, demostrando en todo momento cuanto quería y respetaba a esa mujercita.
Despejada de toda duda Rosina aceptó complacida y luego de una ceremonia de casamiento muy sencilla pero emotiva, se fue con Manuel rumbo a lo desconocido…

Y no puede reclamarle nada, él siempre fue bueno y tierno con ella. Ni bien llegaron a la gran ciudad conoció a Camila, una jovencita como ella, que estaba a su disposición para satisfacer cualquier necesidad; además la casa era preciosa, llena de aparatos que la deslumbraron, de personas que lo hacían todo por ella y la dejaban sin tareas.
Poco a poco fue absorbida por el tedio, Manuel siempre estaba ocupado y si bien ponía a sus órdenes un chofer con el que recorría la hermosa ciudad y compraba lo que le agradaba, se aburría. Extrañaba el cariño y la bulla de sus hermanos, la compañía tierna de sus padres, el sol y el viento acariciando su piel, la paz de su playa.
Y comenzó a sentirse muy mal, casi no podía ni deseaba levantarse de la cama. Manuel, enterado de la situación estando fuera de la ciudad, inmediatamente envió a su médico particular quien luego de examinarla y conversar con ella, le explicó que su mal no era físico sino anímico y le aconsejó confidencialmente que regresara a su aldea y mejoraría rápidamente.
Rosina pensó que si le planteaba esto a Manuel de alguna forma lo traicionaba, él le daba tanto y estaba tan ocupado…, además demostraba mucha inquietud por sus malestares y la llenaba de atenciones.
Pero una mañana, parada ante el espejo se sobresaltó, estaba tan desmejorada y sin fuerzas que decidió luchar por su bienestar.
Fue en busca de Manuel para decirle, si era necesario rogarle, que le permitiera irse por un tiempo, que ya no podía estar allí, que la perdonara…
Lo buscó en la casa y Camila, ya su confidente, le indicó que estaba en el escritorio. Dudó en interrumpirlo, pero tomando valor abrió rápidamente la puerta para no arrepentirse y luego, según le contaron, se desvaneció.
Después… Manuel diciendo cuanto la amaba, que la llevaría con sus padres, que lo sentía mucho…

Y así estuvo de regresó en su casa ante la sorpresa de sus padres y la alegría de sus hermanos.
Rosina se sentía muy avergonzada, sabía muy bien de la seriedad del vínculo matrimonial, pero no pudo con eso.
Su madre amorosamente la justificó, se alegró por el buen trato de Manuel para con ella, pero le insistió en que no se culpara, que era lo mejor que había hecho por sí misma.
Eso le extrañó, sus padres le habían enseñado a ser justos y hacerse cargo de sus decisiones siempre, pero agradeció la falta de reproches ya que ella se sentía feliz, ese era su lugar de donde nunca debió irse.
Poco a poco fue tranquilizándose y tras unos días de plácido descanso, allí en la oscuridad, recordó algo. Se sobresaltó, eso no podía ser real. Regresó a su casa precipitadamente y se lo contó azorada a su madre.
Ella la abrazó consolándola y le explicó que esas cosas suceden, que nunca tuvo necesidad de hablarle al respecto, pero que sí… era cierto, que Manuel cuando la trajo se lo contó humillado lamentando haberles hecho tanto daño quitándole tan hermosa e ingenua criatura a la familia…

Y lentamente Rosina va empequeñeciendo esa sensación extraña y casi dolorosa, pero liberadora, que experimenta cuando lo recuerda. Un beso extremadamente apasionado entre Manuel y José, su joven secretario.

 
EL_RETO_GANADORES,06.08.2012
AAA

Desde su retorno Rosina ya casi no sale de casa. Envuelta en el chal negro de su madre, se atreve a cruzar el umbral de la puerta al anochecer cuándo está segura que no la vera nadie. Va hasta la playa, se sienta en la vieja barcaza encallada y permanece sentada allí inmovíl la mirada clavada en el horizonte.
El regreso de Rosina a Agromonte, apenas dos meses de su boda dio lugar a un enjambre de conjeturas en la pequeña aldea de pescadores. La madre que sabía la verdad evitaba los encuentros con la gente del pueblo manteniendo solo los contactos imprescindibles.
La gente no para de hablar, en este pueblo hay poco que comentar y todo es muy rutinario. Todos se conocen, saben al dedillo la vida de los vecinos, así que corren mil rumores sobre su regreso.
El señor Luis dice que ese marido suyo era un buscador, un vividor que solo quería la dote de la chica y que cuándo vio que ahí no había más que rascar se fue un día a por tabaco y ya no volvió a casa.
La señora Juana le rebate, le dice que es un bruto, que es un buen chico y que está muy enamorado; pero si solo había que ver los ojitos con que la miraba cuándo llegaba en su barca. Qué todo lo que había dicho era una gran mentira. Lo que paso fue que un mal día Ramón salió a pescar, lo mismo que todas las mañanas,porqué a ver sino de que iban a comer y con tan mala suerte que pilló una gran tormenta. La barca se hundió. La pobre Rosina se ha quedado viuda pero cómo no a
ha aparecido el cuerpo tiene la esperanza que un día vuelva, que Ramón ande vagando por las olas y que un barco le pueda encontrar.
-¡Qué barbaridad! grita doña Amparo, que no hay naufrago ni nada que se le parezca.Que Ramón no es ningún fresco.si lo sabré yo que le conozco desde pequeño. Vamos que le tuve en mi pecho más de un día que su madre enfermó y le tuve que dar el pecho junto a mi Manolo. Es un gran chico, pero ella...he oído que no es trigo limpio, que ya andaba embarazada de otro cuándo se casaron, si embarazada, de unos de esos marineritos de uniforme que llegan de tarde en tarde y arman tanto revuelo entre las mozas.
¡Qué escándalo! Quién lo iba a decir, con lo recatada que se la veía y nunca ció que hablar, yo sólo la he visto con Ramón.
Todos los días los mismos comentarios, parecía que los vecinos se pasarán el día y la noche inventándose historias que poder contar a la mañana siguiente.
la madre de Rosina más de una vez quiso intervenir y decir la verdad, estaba más que harta de tanto rumor absurdo, de tanto chismorreo pero Rosina se lo impedía.
En el fondo le gustaba esta juego. Escondida tras la tapia oía cada tarde todas las barbaridades que los vecinos decían sobre ellos. A veces le daban ganas de salir y decirles cuatro frescas pero la verdad en esos momentos era lo único que la entretenía.
Una mañana de julio se quitó el chal y se puso su mejor vestido, el de flores moradas que compro el la capital. Fue hasta la barcaza, era un día soleado y varios vecinos la siguieron.
En la vieja barca estaba Ramón, esperándola. Venía del mar del Norte, de pescar bacalao en uno de esos grandes barcos que durante meses están en alta mar.
Rosina corre hasta él, se besan y abrazan, la espera ha sido larga pero gracias a ese trabajo pronto se podrán comprar su casa. Ella coge la mano de su marido y la pone en su vientre, felices se vuelven a abrazar.
Los vecinos se van a casa desilusionados, y ahora ¿de que vamos a hablar?
 
EL_RETO_GANADORES,06.08.2012
EL SECRETO DE ROSINA
Desde su retorno, Rosina ya casi no sale de casa. Envuelta en el chal negro de su madre, se atreve a cruzar el umbral de la puerta al anochecer, cuando está segura que no la verá nadie. Llega hasta la playa desierta, se sienta sobre la vieja barcaza encallada y permanece sentada allí, inmóvil, la mirada clavada en el horizonte.

El regreso de Rosina, a Agromare, a apenas dos meses de su boda, dio lugar a un enjambre de conjeturas en la pequeña aldea de pescadores. La madre, que sabía la verdad, evitaba los encuentros con la gente del pueblo, manteniendo sólo los contactos imprescindibles.

Las preguntas estaban en todas las caras, en todos los ojos; cada mirada era un interrogante, todos los rostros eran parte de una fuerte inspección hecha de ingenuidad y de malas sospechas. Aunque la gente de la aldea era bastante tosca y simple, no por ello dejaba de ser inteligentemente observadora.
Una vecina de edad indescifrable, llamada Francesca, conocía a Rosina desde la más tierna infancia. Supo de ella cuando tomó su primera comunión, y fue parte activa en la confección de su vestido de gasa y pedrería blanca, así como en la elección del rosario de tapas de nácar con la cruz de oro tallada, que fue el comentario del pueblo por mucho tiempo; además participó en la compra de la capelina blanca y de los zapatitos de medio taco, color marfil, que el zapatero Giussepe De Bonis hizo traer desde la ciudad de Follonica, distante unos ochenta kilómetros de Agromare. Sin embargo, para el casamiento de Rosina, Francesca ni siquiera fue invitada a la ceremonia nupcial. Nunca supo Fracesca por qué ocurrió ese repentino distanciamiento. Lo cierto es que, con aquel novio venido de la Roma, bajo ese sombrero de gran señor y todo ese atuendo de artista panza llena que lo cubría, la familia de Rosina le sacó el cuerpo a la vida social de Agromare. Ahora, hasta teléfono se habían puesto, y con un número propio, para hablar con gente más bien de quién sabe dónde. En estos pensamientos cavilaba Francesca al ver a la delgada Rosina pasar a su lado como si no la viera. Se mandó a seguirla, pues, aunque era vieja, era fuerte y decidida cuando la ocasión lo exigía.
Rosina iba caminando hacia la playa por el veredón de piedra y conchilla, caminaba pegada a la pared del caserío, como queriendo mimetizarse con las sombras que ya empezaban a esconder la aldea bajo su manto crepuscular.
Rosina, cubierta hasta los ojos con un pañolón oscuro de lana, tejido por su madre, caminaba sin prestar atención a ese cuerpo medio encorvado, pero flexible y ágil, que la seguía. Si bien era otoño, el frío aún no se sentía; pero a la orilla del mar, la temperatura era otra cosa.
Algunos patrones se alistaban para salir en la madrugada; este era el tiempo de la corvina negra, debían aprovechar bien cada hora de cada día, ya que la corvina se vendía antes de sacarla del mar.
El grito de algunas gaviotas se unió al viento marino para ponerle color a la música incesante de las olas en la playa. Rosina se dirigió, como cada atardecer, a la barcarola encallada cerca del ruinoso muelle antiguo, donde los jóvenes saben ir en verano para hacer sus travesuras y jugar con las toninas. Hasta allí la siguió Francesca. Cuando la vio subir a la nave se detuvo y esperó unos minutos. Pensó que podría tener una cita con alguien. Pero no. Allí, sola como una parte más del mástil que se recortaba contra el horizonte, Rosina, sentada en lo que quedaba de la caseta del timón, afirmó el rostro contra el viento salobre que el mar parecía traer hasta ella, vaya a saber uno de dónde.

Cuando Fracesca se acercó, oyó que Rosina estaba hablando o rezando en voz alta. Si algo tenía Francesca en inmejorables condiciones, era su oído. Tal vez por la costumbre de ejercitarlo en escuchar el cuchicheo de las comadres en la iglesia o las pláticas de las vecinas en el mercado; también por prestarle atención vigilante a las conversaciones de sus incorregibles sobrinos nietos. Lo cierto es que podía oír hasta el suspiro de un gato en el mercado, si se lo proponía. Se acercó a escasos tres metros de donde la joven estaba. El sotavento favorecía la escucha de Francesca, y no le hacía perder ni una sola de las palabras que hablaba Rosina. Hablaba gimiendo y quejándose, como si desde un doloroso y profundo abismo emergiese lo que decía. La voz de Rosina siempre fue dulce y aterciopelada, con esa calidez que sólo sabe dar la gracia de quien lleva templado y seguro su corazón. Sin embargo, ahora se la escuchaba enronquecida por la pena. La Francesca se apoyó contra el maderamen expuesto de la nave lleno de cascote húmedo, y oyó lo que nunca hubiese creído poder oír de una joven tan bella, honesta y religiosa como Rosina.
Esto es lo que Rosina decía, como si la persona con quien hablaba estuviese frente a ella: “Maldito. ¿Por qué me elegiste a mí? Si tu lugar en la comunidad era tan importante, si tu posición social era tan distinguida; dime la razón por la cuál tú me elegiste a mí como esposa, en lugar de quedarte soltero para vivir la vida que tus inclinaciones querían y deseaban. ¿Por qué debo sufrir esta vergüenza atroz? ¿Por qué debo esconderme de todo el mundo, como una mala mujer; y amargar los últimos días de vida de mis padres? Cómo me engañaste, sucio y maloliente bastardo. Me has herido en lo más sagrado y puro que tengo, así tendrás también tu justo pago. No era verdad que respetabas mi virginidad. No era cierto que tenías una fuerte indisposición urológica que te impedía tener relaciones conmigo. Nunca fueron verdaderos tus besos y caricias durante el noviazgo. Siempre has sido un pervertido y farsante; un hipócrita mal nacido. Ah, pero quiso Dios, que te encontrara en mi propia casa, sobre nuestra propia cama con ese que decías era tu mejor amigo. No puedo soportar seguir viendo lo que vi. ¡No es posible! ¡Oh, Dios mío! Ayúdame Señor a entender y a dejar atrás este oprobio. No puedo soportarlo más. Limpia mi vida y mi corazón de toda esta ignominia que lacera mi alma. Arranca de raíz esta amargura que avejenta mis días. Devuélveme el recreo de poder soñar y de ver a mis padres sintiéndose orgullosos de tenerme con ellos. Libérame Señor del cruel huronear en mis carnes la curiosidad maliciosa de la gente que me rodea. Quítame esta vergüenza, que aunque sé que no es mía, porque fui engañada, la llevo como propia. Y sé que aunque nadie crea que sigo siendo tan virgen como el día que nací, pero tú, mi Dios, lo sabes.
Gracias Señor por permitirme este descanso a solas contigo cada atardecer. Sólo en tu presencia me siento segura y aceptada. Sólo contigo puedo estar en paz con mi corazón. Gracias Señor. Amén.”

La Francesca, al oír el amén. Hizo lo que sabía hacer cada domingo en la iglesia; se despegó del barquichuelo con rapidez felina y, también con ágil y silenciosa elasticidad felina, se diluyó en las sombras de la playa, hasta llegar al caserío.
Ahora sí sabrían en la aldea que la Rosina era tan inocente, santa y virgen como el día de su boda.
Así siguió cavilando en su corazón, hasta llegar a su casa, la vieja Francesca de Agromare.

 
EL_RETO_GANADORES,06.08.2012
DESCONCIERTO


Desde su retorno, Rosina ya casi no sale de casa. Envuelta en el chal negro de su madre, se atreve a cruzar el umbral de la puerta al anochecer, cuando está segura que no la verá nadie. Llega hasta la playa desierta, se sienta sobre la vieja barcaza encallada y permanece sentada allí, inmóvil, la mirada clavada en el horizonte.
El regreso de Rosina, a Agromare, a apenas dos meses de su boda, dio lugar a un enjambre de conjeturas en la pequeña aldea de pescadores. La madre, que sabía la verdad, evitaba los encuentros con la gente del pueblo, manteniendo sólo los contactos imprescindibles.
-Acaso no creerán que no la reconocimos, comentó una.
-Ni hablar, ni que fuéramos tontos, vaya a saber lo que pasó: se dicen tantas cosas…
-¿Será ella? Porque más que una mujer parece un fantasma…
Era difícil no escuchar los comentarios, tan llenos de fantasía algunos y absurdos y malvados otros, que enriquecían la imaginación y las fantasías de Agromare, rompiendo el tedio, y entremezclando la realidad con la ficción.
Unos pescadores la habrían visto al anochecer, al salir de su casa cuándo nadie podía verla. Otros, más chicos esperaron escondidos, y ya entrada la noche la habrían visto sentada en aquella barcaza semihundida que hacía años había sido abandonada, nunca se supo bien porqué.





Había empezado Febrero y como todos los años en la misma fecha los pescadores rendirían su homenaje a la Diosa del Mar. Habían preparado las ofrendas atiborradas de dulces, flores blancas, y perfumes, que flotarían meciéndose acompasadamente para luego perderse en el mar. Era el mejor homenaje que podían ofrecer a su Diosa, en cuyos poderes habían depositado todos sus anhelos.
Aquel día la aldea entera acudió a la playa desde temprano. Era el mayor acontecimiento del año. No faltaban los curiosos que insistían en ver a Rosina, que según decían estaría como todas las tardes recostada en la barcaza con la mirada fija en el horizonte.
Pero la joven no apareció. Mientras consumaban la ceremonia, el mar arremetió con furor destruyendo las ofrendas elaboradas a lo largo de todo el año mientras trozos de barcazas destrozadas comenzaban a blanquear la superficie del mar que olía a madera.
Un gran rayo perturbó el aire y los sentidos con enorme estruendo y su luz mostró un mar encrespado y terrible, ante los ojos atónitos de los pescadores. Según la leyenda Poseidón emergería de su reinado en el fondo del mar fundiéndose en cuerpo y alma en un apasionado y delirante encuentro con un ser humano.
El tiempo se confundía, la aldea alejada de su vida acompasada y simple, se debatía entre el miedo y la incertidumbre, ya no confiaría más en el devenir de sus días. Habían sucedido tantas cosas extrañas que parecían mezclarse en su memoria.
De la joven no había quedado rastro alguno. Nunca más se la vio junto al mar, sentada en la barcaza y arropada para cubrirse del frío de la noche.





Un tiempo después, del otro lado mar, Rosina daba a luz una criatura, le quitaba la red de pescar adherida al cuerpo que la cubría totalmente y la envolvía en el chal negro que había heredado de su madre muerta



 
ninive,06.08.2012
Los textos que lleguen hasta las 24horas de la página serán incluídos.
 
votareto,10.08.2012

buComienza la votación para el reto 3/b/u

Se vota con la siguiente modalidad: 3 puntos al mejor, 2 puntos al siguiente y 1 punto al tercero de su elección. 3-2-1

Todos los cuenteros participantes deben votar, quien no cumpla con este requisito recibe una sanción de menos 3 puntos.

No se puede votar por el propio texto ni dejar incompleta la votación.

Votar en el nick buVOTARETO/b/u en PRIVADO desde el 11 de Agosto hasta el 13 de Agosto a las 00:00 horas, (hora de la Página)
 
Votareto,12.08.2012
ADVERTENCIA: A los que votan y a los que votaron-

El texto ¿volverá fue rechazado porque figura entre los textos publicados del autor.

Se ruega a quienes lo votaron cambiar la emisión del voto.
 
TxEkiToS,12.08.2012
Mis disculpas, no tenía ni idea de que no se pudiese subir el texto antes de que acabase la votación. Al no poner en ningún sitio lo contrario creí que no habría problema alguno. Una pena.
 
El_Reto_Ganadores,13.08.2012

bRESULTADOS RETO GANADORES N° 3/b

b* GANADOR/b con 11 votos
bjorgeluthen/b : "b El secreto de Rosina/b"

b* VICEGANADORES/b con 8 votos
bdulce-quimera/b: "bCausas casuales/b"
bMarthabch/b: "bDesconcierto/b"

6 votos:
martincruz con: "La vieja barcaza encallada"
senoraosa con: "AAA" (9 votos recibidos -3 sanción por no votar)

3 votos:
julianga con: "Más de lo mismo"
juanfran con: "Una curiosa noche de bodas"

Votos externos: 12
 
dulce-quimera,13.08.2012
Otra agradable sorpresa, Felicitaciones a Jorgeluthen, a Marthabc y a todos los participantes .Y muchas gracias por los votos.
 
MarthaBCh,14.08.2012
Muchas gracias a quienes me votaron, felicitaciones a todos los premiados y en especial a jorge luthen, por su primer premio y a dulce-quimera que me acompaña en el 2do. puesto. También felicito a todos los participantes y a los votantes externos.
Y por supuesto a Ninive, Leticia, Adriana y todos los que con su trabajo dedicaron su tiempo con buen ánimo, compañerismo y espíritu de grupo, el mayor valor de cualquier colectividad. Los quiero a todos.
 
EL_RETO_GANADORES,14.08.2012
A todos los participantes y a los ganadores en especial un gran BRAVO!!!!
(ninive)

 
jorgeluthen,14.08.2012
Bueno. Vaya con el resultado.
Toda una sorpresa.
Muchas gracias a todos.
A los escritores que participaron y dieron relevancia e interés al certamen.
A quienes participaron votando y apoyando el trabajo realizado.
Finalmente, a nuestra querida Ninive y sus colaboradores. ¡Felicitaciones!
Un gran trabajo. Un impecable servicio para los cuenteros de la página.

Cada cuento es en sí mismo un logro y una manifestación de arte y creatividad, más allá de los votos que haya o no recibido.

Otra vez, gracias a todos.

Nos vemos.
 
julianga,16.08.2012
Felicitaciones a los ganadores y a ¡Ninive! y sus colaboradores. No estaría mal un RETO de humor.
 
martincruz,17.08.2012
Felicitaciones a los concursantes. Hasta siempre
 



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