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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Retos y Concursos / CIEN (hasta la llegada de sindari) - [F:16:12434]


YVETTE27,24.09.2012
Mañana termina el plazo para la entrega de textos. Voy a publicarlos y luego empezará la votación.

Pondré los términos usuales pero pido por favor que alguien controle junto a mi el resultado de la votación. Soy mala para ese trabajo y no quiero provocar sinsabores. ¿quien me da una mano?
 
Egon,24.09.2012
A mi si no me dan votos gratis para incentivar... :-)

Tengo un Excel que utilizaba para controlar la evolución de mis textos, vamos, bolas de chancho sí o bolas de chancho no. Con una formula chorra de contar, lo único que es un tanto sensible a cambios de formato. Vamos que si el título del cuento no coincide por completo no puntúa el voto. Si quieres te facilito la hoja o voy llevando en paralelo el recuento.
 
Beautysname,24.09.2012
¿Necesitas ayuda, Yvette27?
 
yvette27,25.09.2012
Estos son les textos recibidos en mi ldv en privado plazo de entrega finaliza hoy a las 24 de la página. Quien quiera mandar su participación todavía está a tiempo. Suerte a todos comenzaremos dentro de 5 dias a recibir las votaciones. la modalidad será la misma de las versiones anteriore.
Con 6 votos a disposición se dejarán en foro CIEN (hasta la llegada de Síndar) VOTACIÖN
 
yvette27,25.09.2012
Si incurrí en error u omisión avísenme por favor
 
Egon,25.09.2012
Yo incluiría la relación de los títulos y rogaría encarecidamente que los votos fueran el título repetido tantas veces como votos quieran otorgar hasta un máximo de 3 por texto.
 
Yvette27,27.09.2012
Soledad

Estaba apenada, nadie solicitaba su ayuda; sabía que todos trataban de desarrollar su propia vida.

Buscó una solución y la halló en un bolsón con restos de lana. A la tardecita sentada frente al televisor tejía muñecos que luego rellenaba.

Por un tiempo fue efectivo, las horas le pasaban volando.
Pero comenzó a preocuparse cuando se dormía sin acabar alguno.

Su meta fue dejar terminado todo lo comenzado pues por
lo contrario desaparecería su vida.

Sus hijos encontraron su cama llena de muñecos y sobre
la almohada un corazón rojo brillante sin terminar, con lágrimas en los tristes ojos bordados.

Empeño celestial

Todos eran perfectos y bellos ¿cómo lograrlo?

“Sólo ponle el alma entera y así llegarás al cielo”, le había dicho el abuelo.

Y se entusiasmó, sería como volver a verlo.

Se propuso sólo pensar en el secreto del abuelo. Corrió
hasta su casa y revolviendo halló lo necesario.

Nada era hermoso y dudó, pero sabía que los duendecillos del aire lo elevarían si descubrían su alma.

Y con la ilusión de llegar cerca, la desgajó toda plácidamente agregando partes de su corazón.

Retornó al lugar con esperanza y orgulloso remontó su barrilete de papel de diario tripulado por su alma.

Homenaje a H. P. Lovecraft

Llegó hasta el antiquísimo y ruinoso altar. El polvo y el silencio le hablaban de antigüedad, de milenios, los ominosos y aun visibles grabados en las paredes, insinuaban algún horrible y ancestral culto que realizaba sus innombrables actos de sacrificio allí. Como explorador lo habían guiado hasta allí las leyendas transmitidas oralmente a través de generaciones por los supersticiosos y temerosos nativos. Y al abrir aquella extraña bóveda desató al gigante antropomorfo, el horror de tentáculos y alas que ahora se pasea por un mundo sombrío y destruido. Y ahora viene por el… lo dejó para que sea el último.

Lluvia de letras

Por la ventana entreabierta irrumpen cientos de letras que caen sobre una hoja que aguarda una nueva historia reposando en un mantel. Son pequeñas cuentas negras que aterrizan suavemente sobre el trozo de papel. Una corren a encontrarse, otras parten nuevamente y toman distintos rumbos buscando rimas y sones con aquellas que se entienden. Otras sin saberlo inventan un poema, roban el encanto de versos sencillos, coplas y sonetos. O tal vez el viento, también sin quererlo, las alza en el aire y como simientes regresan al útero a aguardar que nazca el verbo primero.
Y así nació el cuento.

Cae la tarde

Cae la tarde. Un toldo se despliega hasta el confín del cielo, tan azul como el mar, oscuro como el miedo. Sostenido por cinco estacas, es un gran lienzo estampado por lunas recortadas, multitudes de estrellas, alguna nube blanca.
Es de noche. El aire se detiene bajo un cielo indiferente.
Cuando se acerca el alba una escolta de duendes levantan el telón, un rubor cubre el cielo y extendiendo las ramas los árboles bostezan
Ya todo volverá a ser como siempre, como el eterno ciclo de los tiempos, como la tierra, sol, la vida que permite aterrizar a nuestros sueños.


Plática cerebral

El hemisferio derecho: Recuerdo que hace un tiempo me dijiste: -‘te conozco desde que tengo uso de razón’. Lo siento, yo no puedo decir lo mismo, lamentablemente. Pues, desde aquel momento, cuando empezaste a hacer tu ‘uso de razón’, separamos los tantos; y vos te entregaste a la Matrix; a la cuadrícula servil del establishment. De veras, aún no te conozco, y mentiría si dijera qué es lo que pensás. Pero así están las cosas. Estamos aquí, es lo que importa. Todo fue gratis: el don, el asombro, la poesía, la niñez, el amor; todo fue gratis, hasta las lágrimas.

Síndrome de turista

Con ciertas ínfulas, el farmacéutico sentenció: -Uno es lo que come. Miré su fina piel de cebolla colorada bajo el sombrero azul, lleno de flores frescas de paraíso, moscones verdes y tarántulas. Entonces dije yo pa’ mis adentros: -¿En dónde habrá comido tanta mierda este sorete? Mi dolor de cabeza era insufrible; pensé en el vómito, en el avión, en la azafata rubia, en la cerveza, en el cambio de horario, y… nada. Agarré el alikal del mostrador, le gatillé, de mala gana, un ‘buenas noches’, al maricón de las catáfilas de cebolla; y me largué, entre eructos, a la calle.

Amor probabilístico.

Tumbado mirando al techo sólo sentía un profundo amor que le iba embargando el cuerpo, insensibilizando lentamente las extremidades. Quiso ver de nuevo a su amada y notando un profundo dolor en el cuello, se giró con dificultad sobre la camilla para preguntarle:
-¿Qué probabilidad crees que teníamos de encontrarnos?
-Muy escasa. La misma que tenía de estrellar mi coche contra el tuyo.
Él se quedó reflexionando sobre la respuesta, como si de repente hubiera recordado un episodio que permaneciera oculto en su memoria
-¿Qué probabilidad crees que tenemos de sobrevivir?
-Muy escasa–terció el médico ante los efímeros novios.

NO TENGAS MIEDO

Nunca creí que llegaría este momento. Le miro y me mira, sonriente, desde el otro lado de la habitación. Se acerca lentamente hacia mí con esa forma única y seductora de la que es dueña, mientras todos los poros de mi cuerpo comienzan a sudar. Se coloca frente a mí y estira sus brazos para colocarlos por encima de mis hombros.

Sus carnosos labios se acercan; «no tengas miedo» me susurra. Mi corazón se amedrenta notando el calor de sus labios cerca de los míos. Me besa y mi miedo se desvanece inmediatamente, cierro los ojos y disfruto el momento.

Espiral infinita

"Sigues sin acercarte a mí, ¿oyes la música? No nos rozamos, no nos hablamos desde antes de nacer. Nuestros labios siguen sellados. Sólo contemplamos el brillo de nuestra piel, de nuestras ropas, de nuestras miradas. Con nuestros pies pegados a la caja de música, giramos. Quiero saber qué piensas".
"Esa música enlatada retumba en mis oídos. Seis meses sin lograr escaparme de esta cárcel, sin poder huir de esta figura, cuyos ojos de gacela no cesan de mirarme, de susurrarme. La odio. ¿Quién nos crearía? Seis meses sin más que hacer que dar vueltas agarrado a su cintura. Qué sufrimiento".


Jauría

Las expediciones por el desierto eran algo bastante rutinario para mí. Sin embargo, cuando el vehículo se detuvo, y noté la inquietud en el rostro de aquellos turistas, experimenté la certeza de que ese día iba a ser diferente. Apenas descubrí que el todoterreno había sufrido una avería decidí llamar a mis padres, y gracias a ellos pude dominar la situación.
La mujer me miró sorprendida cuando me acerqué. Yo fingí indiferencia, pero mientras miraba cómo mi familia daba cuenta de los demás, supe que jamás volvería a deleitarme con la exquisita dulzura de una sabrosa carne humana como aquella.

Pervención

En un pueblo lejano un hombre se encontró una varita mágica para hacer el bien. El hombre tocó entonces una roca y se convirtió en diamante, tocó un vaso de agua se convirtió en helado, tocó una rosa se convirtió en mujer, toco una mujer apareció una estrella. Esa noche vendió el diamante se guardo la plata para él. Al otro día el hombre tocó un árbol se convirtió en ataúd. Muy sorprendido fue al zoológico tocó un león se convirtió en alfombra, más asustado toco una guacamaya resulto un flor de plástico.
La varita se convirtió en una moto-sierra

Tic,Tac
Pasan los minutos y yo encerrada en estos pensamientos que llevan tu nombre, entre tic tac y tic tac me doy cuenta de que las horas se me hicieron días, los días meses, y los meses largos inviernos que van de año a año. Y yo acá: media muerta, media viva, desenterrando siempre las mismas frases rotas… ¿porque serán que todas las noches vacías y cansadas llevan tu perfume y ese gusto a derrota? Una vez más me abrazo estúpidamente a la angustia y celebramos tu partida ¡que más da! Si parece que tiempo es lo que sobra… tic tac…

Los fabulosos cuatro

Era el cumpleaños de Pablito siempre soñó con una guitarra. Se la compro y se juntó con Juancito que tocaba en el coro del barrio junto con Jorgito.
Todos los días se juntaban a practicar. Pablito cantaba bien y Juancito también y hasta componían canciones. Querían formar una banda.
Después de probar mucho, se quedaron con un baterista, Ricardito.
Y asi se largaron a buscar la fama pero en realidad la fama los estaba buscando a ellos. Los estuvo esperando por toda la historia.
Mi homenaje a John, Paul, George y Ringo (Richard Starkey) por todo lo que me dieron.


La Plegaria

Te imploro ¡oh Diosa del Olvido! Borra mis recuerdos de pasadas heridas, acalla la dolorosa melodía del desconsuelo y evapora la triste fragancia de las tediosas horas de duelo. Ahuyenta la sumisión, la apatía y los pensamientos de alegría, que alguna vez pensé me pertenecían.
Estoy cansado de navegar en aguas turbulentas e insondables, necesito alejarme de las noches de lluvia y sombras crecientes que se congregan en mi hogar y buscar un cielo estrellado que me acune maternal. Disipa, por favor, el velo de oscuridad que niebla mis emociones y deja que días amables y luminosos, alejen mis aflicciones.

Buscando el rostro del amor

Llegó hasta aquel hermoso lugar de la campiña, sonriendo y girando con los brazos abiertos, se dijo que lo vería, si, lo pillaría desprevenido para ver su traviesa y hermosa faz. Ahora que su corazón galopaba cada vez que se cruzaba con el en el colegio. ¿Es el amor estas mariposas que me esquivan presurosas? ¿El frescor primaveral que me envuelve? ¿Lo estoy viendo? ¿O es esta sensación de volar? ¿Serán las mariposas en mi estómago? Se preguntaba mientras corría con la alegría e ímpetu de sus quince años. Y allí estaba el amor, riendo, tratando de ver al amor.



 
ninive,27.09.2012
Lista de títulos

Soledad
Empeño celestial
Homenaje a P.Lovecraft
Buscando el rostro del amor
Perversión
Lluvia de letras
Cae la tarde
Plática cerebral
Síndrome de turista
Jauría
Espiral infinita
Amor probalístico
No tengas miedo
La plegaria
Tic-Tac
Los fabulosos cuatro
 
MarthaBCh,29.09.2012
Perdón, la votación anterior no corresponde aquí.
 
ggg,03.10.2012
¡Protesto! El texto 'Soledad' tiene mas de 200 palabras. Y creo que el certamen se llama Cien. ¿Cual sería la gracia si dejamos de ajustarnos a ese límite? Y no sería justo para los demás que participe. Saludos.
 
ggg,03.10.2012
Retiro la protesta y pido mis disculpas al autor de 'Soledad'. Pero ahí hay 200 palabras con un titulo en el medio y resulta que es del otro cuento. Saludos.
 



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