Perú en Berlín '36: ¿leyenda, historia, conspiración?,...
Algunos dicen que la leyenda más celebrada del fútbol peruano, es hoy ya un mito derrumbado; otros se niegan a creer tal cosa y lo consideran como verdad histórica e indiscutible. Hace poco, un suceso ocurrido hace más de 70 años fue puesto nuevo en picota, generando la controversia, y acá nos sumamos a ella.
Según la investigación del periodista Luis Carlos Arias Schreiber, incluida en el libro ‘Ese gol existe’ (Fondo Editorial de la PUCP), asegura que nunca hubo despojo ni conspiración nazi. Lo que realmente ocurrió con la selección peruana de fútbol que participó en las Olimpiadas de 1936 quedó oculto por una nebulosa de versiones antojadizas. A lo largo de 72 años, cierta prensa alimentó el mito de un equipo que pudo haber alcanzado la gloria de no haber sido por la intervención del mismísimo Adolfo Hitler.
La historia que todos conocemos
El 17 de setiembre de 1936, Lima recibe en las calles a los héroes de Berlín. Entre ovaciones y aplausos, la ciudad toda ubica en un pedestal a los integrantes de aquel equipo de fútbol que había jugado en las Olimpiadas. Apenas semanas atrás, la actuación de esa escuadra que tenía en sus filas a los míticos Alejandro ‘Manguera’ Villanueva, Teodoro ‘Lolo’ Fernández, Juan ‘Mago’ Valdivieso y Adelfo ‘Bólido’ Magallanes había sido convertida en una leyenda que el paso de los años resumió así: la imbatible selección peruana fue despojada, por presión directa del propio Adolfo Hitler, de su derecho a disputar la medalla de oro de las Olimpiadas de Berlín. La leyenda –urdida nadie sabe con exactitud por quién– aseguraba que las autoridades olímpicas ordenaron que se jugara otra vez el partido Perú-Austria (que ya habíamos ganado 4-2 y con el árbitro en contra) porque el campo en donde se desarrolló el encuentro no tenía las medidas reglamentarias.
Aquella versión se repitió en el Perú de generación en generación. Sin embargo -según la investigación de Arias Schreiber, hay otra versión de la historia, nacida en Europa y muy bien documentada.
El periodista Luis Carlos Arias Schreiber buscó en archivos, encontró documentos, rescató testimonios y volcó el resultado en un artículo titulado ‘Berlín, 1936: la verdadera historia de los olímpicos peruanos’, el cual forma parte del libro ‘Ese gol existe’, editado por el sociólogo Aldo Panfichi y publicado por el Fondo Editorial de la PUCP.
Lo que Arias Schreiber ha hecho es dinamitar el mito sobre la hazaña y el despojo del que, se decía, habían sido víctimas los ‘Olímpicos de Berlín’: en ese torneo, sostiene el autor, no le ganamos a ningún equipo realmente poderoso; Adolfo Hitler nada tuvo que ver en la eliminación del Perú y si se ordenó repetir el partido ante los austriacos fue porque hubo un puñado de hinchas peruanos que invadió el campo de juego y agredió a los europeos: la polémica está abierta.
La prensa peruana ha distorsionado a lo largo de 72 años los sucesos de Berlín con narraciones en las que predomina la fantasía y se soslaya la verdad. Sobre los legendarios olímpicos se cuenta una historia en el Perú y otra, muy distinta, en Europa.
Por ejemplo, en el libro ‘Una historia del fútbol peruano’, escrito en 1975 por el periodista Guillermo Thorndike, se narra con lujo de detalles la manera en que el arquero peruano ‘Mago’ Valdivieso le atajó en Berlín un penal al austriaco Steinmetz.
"… El disparo va hacia la izquierda, a interceptarlo vuela Valdivieso. Manotea. Steinmetz ha fallado el penal por cinco centímetros". Eso dice el relato de Thorndike. Sin embargo, según la documentación hallada por Arias Schreiber, en aquel partido Perú-Austria el árbitro noruego Khristiansen no sancionó penal alguno.
Los hechos cuentan que el jueves 6 de agosto de 1936 Perú venció 7 a 3 a Finlandia en el estadio Hertha Platz. Cinco goles de ‘Lolo’ Fernández, uno de Villanueva y otro de Morales nos dieron la victoria.
El problema surgió el sábado 8 de agosto. Ese día, en el mismo estadio, Perú jugó ante Austria. Aquel equipo austriaco era amateur. Nada tenía que ver con el famoso ‘Wunderteam’ o equipo maravilla austriaco que deslumbró Europa en los años treinta.
Arias Schreiber demuestra, con las alineaciones de uno y otro equipo austriaco, que Perú no le ganó al famoso ‘Wunderteam’ (del fabuloso Mathias Sindelar), sino a un cuadro netamente aficionado y de menor calidad.
El resultado fue 4-2 para Perú. Hasta el minuto 75 Austria vencía por 2-0. Perú empató 2-2, con goles de Jorge Alcalde y ‘Manguera’ Villanueva. Fue en el tiempo extra cuando otra vez Villanueva y luego ‘Lolo’ Fernández pusieron el definitivo 4-2.
La versión peruana de aquel cotejo dice que el árbitro Khristiansen favoreció siempre a los austriacos. Y que Perú ganó con gran fútbol y una garra indomable. Además, que Hitler se molestó por el resultado (¿cómo iba a quedar eliminada la raza aria?) y que inventaron una tonta excusa para jugar otra vez el partido.
Sin embargo, Arias Schreiber revela que en la ‘Memoria del Comité Nacional de Deportes y Comité Olímpico Peruano (año 1936)", el presidente de esa institución, Eduardo Dibós Dammert, dio a conocer otra versión.
Es la del diario londinense Daily Sketch. Según este medio fueron mil peruanos los que armados de fierros, cuchillos y revólveres invadieron el campo de juego en pleno partido, agredieron a tres jugadores austriacos y dejaron a los europeos con ocho jugadores.
Dibós Dammert también consignó que esa versión se difundió en toda Europa a la semana siguiente del partido. Incluso comentó que en las calles de Berlín, desde altoparlantes colocados en estaciones de radio, se decía: "los cobardes peruanos han huido a Lima ante los valerosos jugadores austriacos".
Hubo también una versión oficial. Fue publicada por el alemán Carl Diem, secretario general del Comité Olímpico Alemán. Allí se hace referencia al partido Perú-Austria. Se afirma que "se produjeron hechos que impidieron el desarrollo normal del partido… Fue imposible impedir que los espectadores entren al terreno de juego, y uno de ellos dio un golpe a uno de los jugadores".
Frente a esta agresión –dice el informe de Diem– el Jurado de Apelación, en donde no había ningún dirigente alemán y era formado por la FIFA, decidió que el partido se jugase otra vez el lunes 10 de agosto y a puertas cerradas. Es decir, no se reprogramó "porque las dimensiones del campo eran irregulares", como se dijo durante más de sesenta años en Perú.
Al no presentarse el equipo peruano, el cotejo se reprogramó otra vez para el martes 11 de agosto. Y Perú tampoco se presentó. Recién ese día Austria fue declarado ganador. La versión oficial, entonces, niega que haya habido alguna injerencia de Hitler.
Según Arias Schreiber, aquella leyenda de que Hitler montó en cólera y ordenó anular el triunfo peruano, apareció en Lima luego, en 1946, es decir, cuando el Fuhrer ya estaba muerto y ya se conocían las atrocidades que cometió cuando estuvo en el poder. Era –sostiene el periodista– un aditivo más para la leyenda. Y con el tiempo nadie, hasta ahora, se había atrevido a ponerla en duda.
Pero hubo una tercera versión, probablemente la más imparcial: la del periodista estadounidense David Wallechinsky, hacedor de un extraordinario recuento de la historia de los Juegos Olímpicos (The complete book of the Summer Olimpics Games). En su texto asegura que durante el tiempo suplementario algunos aficionados peruanos invadieron el campo de juego.
"Lo que sigue –afirma Wallechinsky– depende del continente en que sea contada la historia". De todas formas, asegura que un hincha peruano golpeó a un jugador austriaco. "Los peruanos, entonces, tomaron ventaja del caos (en esa época no se hacían cambios así un futbolista se lesionara) y anotaron los goles del triunfo", agrega. También dice que Austria protestó y los peruanos se negaron a presentarse otra vez.
¿Quíen tiene la razón?; analizando yo por mi parte (o sea como humilde posteador), saco algunas conclusiones de lo poco que sé acerca del tema (y sin inclinarme a un lado, ni a otro) Primero comenzaré analizando los datos que consigna en su investigación este periodista, con respecto a otras versiones: mi opinoín personal es que sí hubo presiones de índole política en el asunto, y que los peruanos (principalmente hinchas), cayeron en el juego, dada su actitud. Acá mis razones:
¿Mil peruanos en Berlín, con armas, agrediendo jugadores EN UNA OLIMPIADA?, ¿un suceso así, no sería consignado en la historia?, lo dudo. Es harto improbable que tanta hinchada nacional estuviese presente y,... siendo una competición organizada por la FIFA (aparte del Comité Organizador), es casi imposible que un suceso así no trajese consecuencias como sanciones, por dar sólo un ejemplo. Navegando en Internet, es fácil encontrar que la versión más aceptada (y me refiero a Europa), es que la hinchada nacional ante Austria, entró al campo a celebrar un gol peruano, y eso desencadenó todo.
Tal vez un dato que el periodista obvia (y esperemos que no maliciosamente), y por el cual opino que sí hubo presión política, es el siguente: en la Europa de aquel entonces, no había necesidad ni obligatoriedad de ser alemán, para ser nazi o afecto al Hitler; por un tiempo, en nacionalsocialismo fue popular, incluso en la propia Inglaterra (lo cual esplicaría la versión del diario mencionado) Igualmente, en que no hubiese ningún dirigente alemán en el Jurado de Apelación, no exculpa la posibilidad de que no hubiese un favoritismo, como el dado en el arbitraje (hecho del cual los jugadores del seleccionado peruano declararon en decenas de entrevistas posteriores) Algo que aprendimos (lamentablemente), los que hemos vivido en dictaduras, es que las presiones políticas, generalmente no pasan por el máximo dirigente: casi siempre los excesos son perpetrados por políticos de grado bajo o simpatizantes,.. interesados por algo (y a veces, por nada), en "congraciarse" con el Líder. Ese es un hecho que se resalta, en el testimonio de las delcaraciones por parlantes o radios, oídos en las calles del Berlín de aquel entonces. Si habría una conclusión a todo esto, es que, lamentablemente, la efusividad de los peruanos en el exterior jugó en nuestra contra.
Otro punto a rescatar, fué la decisión de la delegación peruana, a no presentarse a los partidos reprogramados: denota un carácter dirigencial y orgullo, que ya quisiéramos hoy en día. Otro punto a no olvidar es que varias delegaciones sudamericanas se retiraron, junto con Perú, en solidaridad, ¿lo harían si hubiese sido por un acto de violencia de nuestros hinchas? Creo que algo que podría esclarecer en algo más esta controversia, es investigar sobre actos similares, en otras disciplinas, contra las delegaciones sudamericanas ú de otras partes del globo: sospecho que descubriremos (tal vez), otros actos de agravio contra ellas; recordemos que siempre el más fuerte se ceba en el más débil.
¿La gesta olímpica peruana del '36 es un mito, o una realidad?; quedan en la historia dos espléndidas victorias del cuadro peruano, y la añoranza de un "quizás" momento glorioso que no fué, lo cual no me parece nada malo. Quienes podrían aclararnos este asunto (los integrantes de ese equipo), lamentablemente -o afortunadamente-, ya se encuentran lejos de toda controversia mundana,...
A juntarnos como seres humanos y defendernos contra toda injusticia allí donde se produzca.
Y aquí hay varios ejemplos.
Me gustaría que escucháramos más a Eduardo Galeano. En esta página he publicado varios artículos de él, que han sido agredidos. Así se presenta el panorama...
Fue un gesto digno por parte de los futbolistas peruanos, y una lección para la soberbia nazi.
Por otra parte, el atleta norteamericano negro, Jesse Owens, ganador de tres medallas doradas en 100 y 200 metros llanos más la de salto en largo, tampoco fue saludado por Hitler.
Más tarde en un reportaje Owens declaró que en realidad Hitler lo había saludado de lejos, llevándose la mano a la visera. Pero quien lo había desairado de peor manera fue el presidente Roosevelt, el que no lo saludó ni lo recibió a su regreso. Y que además tuvo que seguir viajando en la parte trasera de los medios de transporte.
Así era el mundo entonces y ahora no es mucho mejor.
meaney,19.07.2010
Claro que ya cambió el mundo, ahora los negros en eu manejan en la parte posterior del transporte, como choferes, en los de pasajeros a veces, pero más común en los de limpia.
Si se es famoso, el asunto es distinto. Morgan Freeman andaba muy bien acompañado en algún estadio sudafricano. Hoy en día la fama y el dinero no tienen color.
El sábado, viendo un programa en NatGeo me enteré que Klaus Barbie había trabajado para USA (como agente de la CIA) durante la Guerra Fría.
Quedé realmente sorprendida.
También me enteré que posteriormente había vivido en Perú y en Bolivia y que en ambos países colaboró con los gobiernos de turno.
Eso ya no me sorprende tanto. Los sudacas somos así y nuestras dictaduras siempre han sido una muestra amplia de tolerancia sobre quienes juntan en sus filas para torturar y asesinar.
Aún no me queda claro eso de los aficionados peruanos que entraron al campo de juego, que yo sepa esta no es la España del 82 o EEUU del 94 por lo tanto: ¿qué posibilidades existen que hubieran "hinchas peruanos" en Berlín 36?, si los viajes a Europa eran carísimos y sólo se hacían por barco, más aún, quienes viajaban era personas de la clase alta peruana y no creo que se hayan agarrado a golpes con jugadores de fútbol. No comprendo ese detalle de la invasión del terreno.
Lo que sí creo es que fue un gesto de protesta meramente deportivo, puede haber sido Hitler, Franco, Blater o Hugo Chávez o quién sea el que esté en el poder en ese momento. Me parece honroso protestar por la repetición de un partido. Ahora la misma Fifa se negó a repetir el Francia - Irlanda y nadie dice nada.
Ya que estamos, tal vez algún brasuca que vea esta página quiera pedir que se juegue de nuevo el partido Argentina-Perú de 1978. Para aventar esas asquerosas sospechas de arreglo que seguramente jamás hubo, nada más.
De veras interesante el tema. Se ve que la la Alemania nazi no soportó el éxito de quienes no pertenecían a la raza aria.
Y lo del mundial 78, ése seguramente sería digno jugarlo otra vez, lástima que los futbolistas originales estarán retirados.
Sí, sí, los argentinos somos derechos y humanos, dijo Videla.
Jajajajaja, el mundial de argentina 78 fue más arreglado que vieja solterona.
Y lo peor, para encubrir las matanzas y torturas que se hacían contra los pobres opositores al gobierno de Videla, con el confetti del deporte, digamos que la historia se repite a veces con socarronería.
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