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Inicio / Lista de Foros / General :: Ensayos y Comentarios / Libertad de escritor. - [F:4:376]


samidare,19.08.2003
Comprendo que es necesario tener normas al escribir, pero ¿Es posible encerrar el arte? ¿quien dice que es arte y que no? ¿Como se puede decir que algo es literatura y que esto otro no lo es? Gracias por las respuestas.
 
Selgin,20.08.2003
el arte es el que hacen en la tele. Los cantantes, las vedettes (o cómo se escriba) y los animadores de programas matinales. Lo demás es cualquier cosa. Da lo mismo. Dentro del manual del buen artista existe el "nunca autoproclamarse artista, eso es para la tv".
El artista que se diga artista, de inmediato perderá su situación de artista y pasará a ser artista de tele.

Eso.
 
nachooo,20.08.2003
no les parece que esta es una idea trillada, es un tema ya bastante explotado.

nacho...
 
uno,20.08.2003
bLa supersticiosa ética del lector/b (de Borges)


La condición indigente de nuestras letras, su incapacidad de atraer, han producido una superstición del estilo, una distraída lectura de atenciones parciales. Los que adolecen de esa superstición entienden por estilo no la eficacia o la ineficacia de una página, sino las habilidades aparentes del escritor: sus comparaciones, su acústica, los episodios de su puntuación y de su sintaxis. Son indiferentes a la propia convicción o la propia emoción: buscan tecniquerías (la palabra es de Miguel de Unamuno) que les informarán si lo escrito tiene el derecho o no de agradarles. Oyeron que la adjetivación no debe ser trivial y opinarán que está mal escrita una página si no hay sorpresas en la juntora de adjetivos con sustantivos, aunque su finalidad general esté realizada. Oyeron que la concisión es una virtud y tienen por consiso a quien se demora en diez frases breves y no a quien maneje una larga. (Ejemplos normativos de esta charlatanería de la de la brevedad, de ese frenesí sentencioso, pueden buscarse en la dicción del célebre estadista francés Polonio, de Hamlet, o del Polonio natural, Baltasar Gracián.) Oyeron que la cercana repetición de unas sílabas es cacofonía y simularán que en prosa les duele, aunque en verso les agencie un gusto especial, pienso que simulado también. Es decir, no se fijan en la eficacia del mecanismo, sino en la disposición de sus partes. Subordinan la emoción a la ética, a una etiqueta indiscutida más bien. Se ha generalizado tanto esa inhibición que ya no van quedando lectores, en el sentido ingénuo de la palabra, sino que todos son críticos potenciales.
Tan recibida es esta superstición que nadie se atreverá a admitir ausencia de estilo, en obras que lo tocan, máxime si son clásicas. No hay libro bueno sin su atribución estilística, de la que nadie puede prescindir - excepto su escritor. Séanos ejemplo el Quijote. La crítica española, ante la probada excelencia de esta novela, no ha querido pensar que su mayor (y tal vez único irrecusable) valor fuera el psicológico, y le atribuye dones de estilo, que a muchos parecerán misteriosos. En verdad, basta revisar algunos párrafos del Quijote para sentir que Cervantes no era estilista (a lo menos en la presente acepción acústico-decorativa de la palabra) y que le interesaban demasiado los destinos de Quijote y de Sancho para dejarse distraer por su propia voz. La Agudeza y arte de ingenio de Baltasar Gracián -tan laudativa de otras prosas que narran, como la del Guzmán de Alfarache- no se resuelve a acordarse de Don Quijote. Quevedo versifica en broma su muerte y se olvida de él. Se objetará que los dos ejemplos son negativos; Leopoldo lugones, en nuestro tiempo, emite un juicio explícito: "El estilo es la debilidad de Cervantes, y los estragos causados por su influencia han sido graves. Pobreza de color, inseguridad de estructura, párrafos jadeantes que nunca aciertan con el final, desenvolviéndose en convólvulos interminables; repeticiones, falta de proporción, ése fue el legado de los que no viendo sino en la forma la suprema realización de la obra inmortal, se quedaron royendo la cáscara cuyas rugosidades escondían la fortaleza y el sabor" (El imperio jesuítico, página 59). También nuestro Groussac: "Si han de describirse las cosas como son, deberemos confesar que una buena mitad de la obra es de forma por demás floja y desaliñada, la cual harto justifica lo del humilde idioma que los rivales de Cervantes le achacaban. Y con esto no me refiero única ni principalmente a las impropiedades verbales, a las intolerables repeticiones o retruécanos ni a los retazos de pesada grandilocuencia que nos abruman, sino a la contextura generalmente desmayada de esa prosa de sobremesa" (Crítica literaria, página 41). Prosa de sobremesa, prosa conversada y no declamada, es la de Cervantes, y otra no le hace falta. Imagino que esa misma observación será justiciera en el caso de Dostoievski o de Montaigne o de Samuel Butler.
Esta vanidad del estilo se ahueca con otra más patética vanidad, la de la perfección. No hay un escritor métrico, por casual y nulo que sea, que no haya cincelado (el verbo suele figurar en su conversación) su soneto perfecto, monumento minúsculo que custodia su posible inmortalidad, y que las novedades y aniquilaciones del tiempo deberán respetar. Se trata de un soneto sin ripios, generalmente, pero que es un ripio todo él: es decir, un residuo, una inutilidad. Esta falacia en perduración (Sir Thomas Browne: Urn burial) Ha sido formulada y recomendada por Flaubert en esta sentencia: La corrección (en el sentido más elevado de la palabra) obra con el pensamiento lo que obraron las aguas de la Estigia con el cuerpo de Aquiles: lo hacen invulnerable e indestructible (Correspondance, II, página 199). El juicio es terminante, pero no ha llegado hasta mí ninguna experiencia que lo confirme. (Prescindo de las virtudes tónicas de la Estigia; esa reminiscencia infernal no es un argumento, es un énfasis). La página de perfección, la página de la que ninguna palabra puede ser alterada sin daño, es la más precaria de todas. Los cambios del lenguaje borran los sentidos laterales y los matices; la página "perfecta" es la que consta de esos delicados valores y la que con facilidad mayor se desgasta. Inversamente, la página que tiene vocación de inmortalidad puede atravesar el fuego de las erratas, de las versiones aproximativas, de las distraídas lecturas, de las incomprensiones, sin dejar el alma en la prueba. No se puede impunemente variar (así lo afirman quienes restablecen su texto) ninguna línea de las fabricadas por Góngora; pero el Quijote gana póstumas batallas contra sus traductores y sobrevive a toda descuidada versión. Heine, que nunca lo escuchó en español, lo pudo celebrar para siempre. Más vivo es el fantasma alemán o escandinavo o indostánico del Quijote que los ansiosos artificios verbales del estilista.
Yo no quisiera que la mortalidad de esta comprobación fuera entendida como desesperación o nihilismo. Ni quiero fomentar negligencias ni creo en una mística virtud de la frase torpe y del epíteto chabacano. Afirmo que la voluntaria omisión de esos dos o tres agrados menores -distracciones oculares de la metáfora, auditivas del ritmo y sorpresivas de la interjección o el hipérbaton- suele probar que la pasión del tema tratado manda en el escritor, y eso es todo. La asperidad de una frase le es tan indiferente a la genuina literatura como su suavidad. La economía prosódica no es menos forastera del arte que la caligrafía o la ortografía o la puntuación: certeza que los orígenes judiciales de la retórica y los musicales del canto nos escondieron siempre. La preferida equivocacíon de la literatura de hoy es el énfasis. Palabras definitivas, palabras que postulan sabidurías adivinas o angélicas o resoluciones de una más que humana firmeza -único, nunca, siempre, todo, perfección, acabado- son del comercio habitual de todo escritor. No piensan que decir demás una cosa es tan de inhábiles como no decirla del todo, y que la descuidada generalización e intensificación es una pobreza y que así la siente el lector. Sus imprudencias causan una depreciación del idioma. Así ocurre en francés, cuya locución Je suis navré suele significar No iré a tomar el té con ustedes y cuyo aimer ha sido rebajado a gustar. Ese hábito hiperbólico del francés está en su lenguaje escrito asimismo: Paul Valéry, héroe de la lucidez que organiza, traslada unos olvidables y olvidados renglones de Lafontaine y asevera de ellos (contra alguien): ces plus beaux vers du monde (Varieté, 84).
Ahora quiero acordarme del porvenir y no del pasado. Ya se practica la lectura en silencio, síntoma venturoso. Ya hay lector callado de versos. De esta capacidad sigilosa a una escritura puramente ideográfica -directa comunicación de experiencias, no de sonidos- hay una distancia incansable, pero siempre menos dilatada que el porvenir.
Releo estas negaciones y pienso: Ignoro si la música sabe desesperar de la música y si el mármol del mármol, pero la literatura es un arte que sabe profetizar aquel tiempo en que habrá enmudecido, y encarnizarse con la propia virtud y enamorarse de la propia disolución y cortejar su fin.


 
uno,20.08.2003
espero que las palabras de Borges les hayan dado alguna lección
 
samidare,20.08.2003
GRacias por las palabras de Borges. Sin duda es un tema hasta la saciedad explotado, me perdonaran entonces la novedad en la pagina. Selgin apoyo tu opinion sobre los artistas... pero, podrias completarme la idea refiendote solo a los escritores.
 
crazy,05.09.2003
Pues si.
El arte deja de existir al nombrarlo de tal forma; el artista desaparece cuando se nombra a si mismo artista.
Esto es muy real.
Los verdaderos artistas son los que no tienen ese orgullo construido dentro de si mismos, los que son humildes y se dejan llevar por la sensibilidad para realizar obras de arte.
Pero nunca se pondran merito ellos...
 
yihad,05.09.2003
A mi me ha parecido tan largo que me lo he saltado...
 
karmapolice,03.06.2005
Una de las preguntas iniciales que se hizo fue si se podía encerrar el arte, trataré de responderte desde mi posición de estudiante de Historia Ciencias Sociales.
El arte puede encerrarse desde diferentes parámetros y margenes que generalmente pueden entorpecer la creatividad artística. a esto se le puede llamar "terías" del arte. Pero eso no es mi interes aquí.
Lo que señalaría primero es que existe una dirección del arte. Y en segundo lugar que el arte tiene una ubicación dentro de todo el enmarañado social, cumple una función o una disfunción.
Si investigas detenidamente acerca del origen y sentido del arte te darás cuenta que no se define como la busqueda de la belleza ni la contemplación maravillada. Esta concepción es totalmente moderna. Desde el Renacimiento se ha difundido una idea de arte castrada de su esencia. O en todo caso de lo que es su sentido y ubicación dentro de un tiempo, espacio y contexto determinado. La pregunta clave siempre se remite al qué y porqué del arte. Las respuestas varían según la óptica y la tendencia del que responda. Claro que también hay que distinguir que es posible una definición o explicación del arte de manera objetiva. Esto significa que se pueda entender cientificamente al arte, aunque suene contradictorio.
Mi apreciación en torno al arte es que no es la busqueda de la belleza por la belleza. La belleza y el gozo como explicación para el arte (en este caso poetico o literario) es muy inocente. aristoteles colocó a la poesía por encima de la historia porque la poesía tenía un sentido práctico. El arte obedece a un uso o abuso con un fin práctico esencial y otros colaterales. La poesía en Grecia cumplía una función educativa, de justificación de un orden establecido, promocionaba una cosmogonía, una concepción del mundo, de la moral, de la política.
En este mundo contemporáneo donde todo es visto como mercancía y producto de consumo, donde todo es negociable, el arte (la poesía no escapa a ello) tiene como sentido la busqueda de la belleza como fin supremo. Pero esto es aparente, pues el arte es facilmente usado como instrumento de confución. Un ejemplo quizá un poco exagerado es la bohemia artística, esta bohemia reproduce la esencia de esta sociedad capitalista, de la alienación, de la manipulación ideológica y, aunque sea negado, también de la lucha de clases. El arte castrado de una dirección ideológica acorde con su realidad se transforma en algo como la televisión. La ideología que está acorde con la sociedad actual es aquella de justificación o negación del actual orden establecido. El actual orden establecido tiene contradicciones históricas agudas. Son sólo dos vías, las demás existen pero son como si no existieran.
Esta es mi respuesta.
 
guanachinerfe,03.06.2005
El arte es básicamente representación como decía Machado.
 
hippie80,09.12.2007
Como decia Ludwig van Beethoven...

"El genio puede romper la regla en busca de la belleza"!
 
TheWillow,14.12.2007
Arte es -y no pretendo que esto sea visto como un concepto- perfeccionar un oficio. Si logras romper las reglas y que, aún así, perfecciones y mejores el oficio de escritor, te ganaste tu Nobel, si no lo logras, puedes pasarte toda la vida siguiendo o rompiendo las reglas y nunca escribiras nada digno de ser llamado "obra de arte".
 
hippie80,14.12.2007
El presidente Chavez premiará a los mejores escritores de Venezuela...

Escucharon su ultimo discurso... ???

jo jo...
 



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