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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Talleres / 2º Concurso -Prosa - [F:9:4449]


CONCURSO_TEMA_DEL_MES,09.11.2005
Gracias a la gran respuesta que tuvimos en el primer concurso nos permitimos comenzar el segundo.

La recepción de textos comenzará desde la publicación de éste mensaje hasta el 20 de Noviembre, el 21 y 22 de Noviembre será la votación.

El máximo de palabras es de 500 para prosa.

Tema bMagia, Hechicería o Brujería/b. Se puede elegir uno de los tres o combinarlos según se desee.

Se puede mandar un solo texto por categoría.

Los dos textos que obtengan el mayor número de votos serán los ganadores.

Se vota en el libro de visitas (en privado), se vota un solo texto en cada categoría, sólo votan los participantes, se puede votar en ambas categorías aunque se haya participado en una sola.

Los votos que no se realicen en las fechas y normas estipuladas se considerarán nulos.

Como en la ocasión anterior se darán a conocer los detalles de las votaciones.

Se pide que se coloque cada texto en la categoría correspondiente.
 
CONCURSO_TEMA_DEL_MES,10.11.2005
Aclaro, el tema no debe seguirse como si fuera una tabla irrompible, más bien se trata de tomar la esencia de las palabras que componen el tema y no estrictamente su contenido literal, no sé, por ejemplo pueden elaborar la historia más común que les paresca, pero la idea es que se desarrolle en un ambiente místico o tenga toques de éste. Pues finalmente la literatura es magia.
 
Eddy_Howell,10.11.2005
EL MERCENARIO, LA BRUJA Y EL CRONISTA

-¡El megalagarto te abrirá la panza y se comerá tus tripas!
El mercenario, que miraba fijamente la madriguera del reptil, no hizo el mínimo caso.
-Vamos, no seas obstinado -continuó el cronista-, si lo que quieres es matar a la bruja, ¿por qué nos entretenemos constantemente con todos los bichejos que nos encontramos?
-La espina dorsal del milgarras -respondió él- tiene unas propiedades mágicas que la bruja olerá a cien metros, así saldrá de su guarida; y la mandrágora que robamos a esos ogros, a diferencia de lo que la gente cree, no posee ninguna, sino todo lo contrario, así nublaré su capacidad de hechizar a distancia. -Dicho esto, Térgal empezó a arrastrarse entre los matojos como el lince que acosa a la presa, sin apenas desplazar tallo alguno ni hacer ruido.
-¿Y por qué quieres matar al megalagarto? -susurro el erudito cuando ya no podía oírle.

-Si me hubieras dicho que la carne de ese reptil es tan sabrosa te habría ayudado a matarlo yo mismo -dijo August colocando otra brocheta junto al fuego.
-Pues tendrías que probarlo crudo. -Térgal le acercó una garra sanguinolenta.
-No salvaje, gracias. En mi tierra les costará creer que aquí, en el norte, hay dragones, brujas y magos, pero lo que no creerán en absoluto es que la gente aun come carne cruda.
-Ja, ja, ja. No nos comemos toda la carne cruda, sólo la que se lo merece.
-Dime la verdad, te he visto acertar a un ciervo desde cien metros, no te veo capaz de arrastrarte por ese sucio agujero sólo para comerte a este monstruo… ¿por qué lo has hecho?
-Por la cabeza que acabo de enterrar me darán lo suficiente para pagarte a ti para que sigas narrando mis hazañas durante un año. –Le tendió la bota de vino.
-Uhmmm, que bueno.
-Y con la sangre que acabas de beber bañaré el filo de mi espada, así al cortarle la cabeza a esa puerca no le volverá a crecer.

-¿Has colgado la espina dorsal de un roble?
-Sí, ya está, ¿la ves?
No respondió.
-¿Y la mandrágora…
-Molida y esparcida.
-Bien, entonces tu trabajo ha acabado. Quédate a distancia memorizando todo lo que ocurre, quiero quedar bien en el soneto.
-Olvidas la bota. Toma.
Térgal arrancó el corcho con la boca, vertió el espeso líquido granate sobre su afilada espada y se fue directo a la gruta de la bruja -que ya le esperaba en la entrada-, dejando un rastro de pequeñas gotas de sangre por el camino.

No hubo ceremonias ni grandes frases, todo lo contrario, fue bastante tosco y crudo: la bruja intentó algún sortilegio que no funcionó, el mercenario la sujetó por la muñeca cuando intentaba arañarle y dejó caer la espada desde arriba, con fuerza, cortándole el cuello. La mujer cayó, con su cuerpo esparcido por el suelo en una extraña manera.
-¿Eso es todo? -preguntó August cuando Térgal estuvo a su lado.
-Siempre es así, ahora depende te ti que haya merecido la pena.
 
margarita-zamudio,11.11.2005
LA DANZA DEL FUEGO


Un claro del bosque, y en el centro una hoguera. Mujeres desnudas danzan alrededor a un ritmo suave que poco a poco va in crescendo, cada vez más rápido hasta rozar el paroxismo. Sus cabellos largos reflejan el rojo del fuego en una simbiosis de danzas rituales. Las llamas parecen unirse al baile humano, se retuercen, se agitan y las chispas se confunden con el titilar de las estrellas. No hay Luna. El bosque de eucaliptos protege a las sombras donde solamente resplandece la hoguera ritual. El balsámico perfume de los árboles impregna el ámbito de inciensos dedicados a dioses
escondidos, antiguos dioses de una civilización perdida.

Entre las mujeres, de toda edad y condición, destaca por su belleza una joven de largos cabellos negros como el fuego antes de prenderse y tez como el trigo del verano. Al principio no se atreve a bailar, pero casi sin darse cuenta, con pasos indecisos, tímidamente, se une a las compañeras hasta acabar bailando como ellas, vertiginosamente. Alguien con voz de soprano canta una canción en un idioma desconocido y gutural. Repite y repite una especie de salmodia y las mujeres, en un coro de voces agudas le contestan con un estribillo en un tono más elevado.

Un alarido rompe de pronto el baile y pone un nudo en la garganta de los lobos. La silueta de un árbol se ha movido. Tiene la forma de un gigante, el cuerpo sin contornos de un árbol inmenso, los pies salientes de una larga túnica, los brazos largos poblados de dedos con las puntiagudas ramitas de un eucalipto y una enorme cabeza coronada de ramas como la cabellera encrespada de un dios africano.

Todas caen de rodillas, asustadas, pero al mimo tiempo llenas de una emoción incontenible. Los pájaros huyen del árbol en bandadas, como si huyeran de los disparoslos pájaros de un cazador. No hay viento, pero el árbol se agita y avanza, eleva sus brazos-ramas y avanza poco a poco sus pies-raíces.

Todas las mujeres adoran al dios-árbol, todas menos una, la joven de pelo endrino y piel de luna blanca, que llora y suplica. El gigante tuerce el tronco, se agacha, y en una de sus enormes ramas verdes recoge del suelo a la muchacha y la eleva hasta su copa.

Al llegar la mañana el fuego se ha extinguido totalmente, y sólo queda un resto de cenizas apagadas. Los árboles dejan salir a sus múltiples habitantes alados que alborotan el bosque con sus trinos, pero allí, al lado del árbol más grande del bosque alguien plantó un rosal de flores blancas.






 
akim,13.11.2005




EL JUEGO DEL ESCONDITE

Los otros tres niños de mi edad que vivían en la escalera, venían a casa el tercer sábado de cada mes, por la mañana. El primer sábado, el encuentro era en casa de Sebas; el segundo, en la de Alberto; y el cuarto, en la de Virginia. Nuestros padres respectivos habían ideado ese sistema de turnos rotatorios, para así poder realizar con cierta tranquilidad las compras para toda la semana.

En nuestro piso, nada más llegar iniciábamos siempre el mismo ceremonial, mientras mi padre paseaba al perro y mi madre permanecía en la cocina, preparando la comida. Nos dirigíamos los cuatro directamente a la terraza, en absoluto silencio. Yo, vestido con el albornoz rojo de mamá, portaba en alto, con gran boato, el cuenco sagrado. Extendíamos una vieja manta sobre las baldosas y Virginia se sentaba sobre ella, con la falda arremangada y las piernas cruzadas. A continuación, los demás preparábamos en la vasija, con ayuda de una maza de mortero, un brebaje hecho a base de raíces de baobab, lágrimas de sapo viudo, saliva de colibrí y excrementos de murciélago. Luego se lo ofrecíamos con una reverencia, y ella engullía la mezcla de un solo trago, antes de cerrar ambos ojos y tenderse boca arriba.

Tras unos segundos de tensa espera, podíamos observar que empezaban a temblarle, de modo casi imperceptible, las piernas y los párpados. Después se incorporaba, proyectaba ambos brazos hacia adelante y lanzaba un grito agudo y prolongado. En ese instante salíamos disparados a ocultarnos, en distintas direcciones. Durante quince minutos, que era exactamente el tiempo que duraba el efecto de la pócima, nos buscaba por toda la casa. Avanzaba como un autómata y a cada paso emitía un sonido extraño, que parecía surgir de algún lugar recóndito de sus entrañas.

Ignoro si en alguna ocasión llegó a pillar a alguien; a mí no, desde luego. Sí recuerdo que más de una vez, oculto siempre en el interior del baúl de los disfraces y a través del entramado de mimbres, creí distinguir, en el lugar que hubiesen debido ocupar sus ojos… dos profundas oquedades de las que emanaba una luz intensa que alcanzaba incluso las paredes de la habitación.
 
margarita-zamudio,14.11.2005
Se me ha dado permiso para colgarlo de nuevo al darme cuenta de que habí varios errores de tipeo:



LA DANZA DEL FUEGO


Un claro del bosque, y en el centro una hoguera. Mujeres desnudas danzan alrededor a un ritmo suave que poco a poco va in crescendo, cada vez más rápido hasta rozar el paroxismo. Sus cabellos largos reflejan el rojo del fuego en una simbiosis de danzas rituales. Las llamas parecen unirse al baile humano, se retuercen, se agitan y las chispas se confunden con el titilar de las estrellas. No hay Luna. El bosque de eucaliptos protege a las sombras donde solamente resplandece la hoguera ritual. El balsámico perfume de los árboles impregna el ámbito de inciensos dedicados a dioses escondidos, antiguos dioses de una civilización perdida.

Entre las mujeres, de toda edad y condición, destaca por su belleza una joven de largos cabellos negros como el fuego antes de prenderse y tez como el trigo del verano. Al principio no se atreve a bailar, pero casi sin darse cuenta, con pasos indecisos, tímidamente, se une a las compañeras hasta acabar bailando como ellas, vertiginosamente. Alguien con voz de soprano canta una canción en un idioma desconocido y gutural. Repite y repite una especie de salmodia y las mujeres, en un coro de voces agudas le contestan con un estribillo en un tono más elevado.

Un alarido rompe de pronto el baile y pone un nudo en la garganta de los lobos. La silueta de un árbol se ha movido. Tiene la forma de un gigante, el cuerpo sin contornos de un árbol inmenso, los pies salientes de una larga túnica, los brazos largos poblados de dedos con las puntiagudas ramitas de un eucalipto y una enorme cabeza coronada de ramas como la cabellera encrespada de un dios africano.

Todas caen de rodillas, asustadas, pero al mimo tiempo llenas de una emoción incontenible. Los pájaros huyen del árbol en bandadas, como si huyeran de los disparos de un cazador. No hay viento, pero el árbol se agita y avanza, eleva sus brazos-ramas y avanza poco a poco sus pies-raíces.

Todas las mujeres adoran al dios-árbol, todas menos una, la joven de pelo endrino y piel de luna blanca, que llora y suplica. El gigante tuerce el tronco, se agacha, y en una de sus enormes ramas verdes recoge del suelo a la muchacha y la eleva hasta su copa.

Al llegar la mañana el fuego se ha extinguido totalmente, y sólo queda un resto de cenizas apagadas. Los árboles dejan salir a sus múltiples habitantes alados que alborotan el bosque con sus trinos, pero allí, al lado del árbol más grande del bosque alguien plantó un rosal de flores blancas.








 
gmmagdalena,15.11.2005
La Heredera

Hacía años que no la veía, cuando esa mañana me comunicaron su muerte, no me sorprendió.
En un par de horas estaba en el pueblo, pasé frente al caserón y me dirigí al cementerio. Ya estaban por sepultarla, sin llantos deposité una rosa sobre su cajón antes que lo cubrieran, luego me alejé. Ella odiaba que lloraran.
Me dirigí hacia la casa. Los peldaños de acceso a la amplia galería, crujieron bajo mi peso.
Supe que desde algunas ventanas, ojos curiosos observaban. No me importó. Como nunca me importó ser la nieta de la “bruja” del pueblo. Temidas por todos, siempre solas, pero orgullosas.
Los niños me rehuían, primero no entendía porqué, cuando lo supe me reí en sus caras, haciendo todo lo posible para hacerlos huir asustados.
En la escuela me sentaba sola en el último banco y hasta las maestras me miraban con recelo. Siempre me trataron bien, pero distantes; seguro que temían a los hechizos de mi abuela.
Siendo adolescente, las cosas no cambiaron, sola pero nunca atacada. El miedo no es tonto.
Pero todo eso lo compensaba la compañía y sabiduría de mi abuela, nos divertíamos muchísimo juntas.
Ella cantaba como una diva, prendía un viejo tocadiscos y, mientras se escuchaba la música de grandes orquestas, su voz se elevaba maravillosa. Un día vi una vecina usando tapones en sus oídos, seguramente pensaba que en el canto de ella se deslizaba alguna brujería.
Me educó en el conocimiento de la naturaleza. Me mostró la madriguera del zorro, su cría y vi al animal comer de su mano.
En las noches, sentadas en la galería, me enseñaba el nombre y origen de las estrellas.
Terminados mis estudios secundarios, marché a la ciudad, quería ser médica.
Los primeros tiempos la visité regularmente, cada encuentro era una fiesta, jamás hablamos del porqué de su fama de maga y hechicera.
Pasaron muchos años, me sumergí en mi carrera y aunque no perdí mis costumbres solitarias, me dejé atrapar por el ritmo de la ciudad. Hasta hoy.
Cuando entré a la casa, un fuerte olor a encierro me recibió, rápidamente abrí todos los ventanales. Recorrí cada cuarto, hasta llegar a su habitación.
Sobre su cama, descansaba un sobre, a mi nombre.
Sorprendida, me senté en el mullido lecho, tomé el sobre y rasgándolo, saqué una carta, no muy extensa (la abuela era de pocas palabras), pero sí muy especial en su contenido.
Me quedé un largo rato sentada, con la carta entre mis manos hasta que la noche oscureció todo, me levanté y prendí las luces. Una brisa vivificante sacudía las cortinas.
Hurgué en la amplia cómoda, sobre la que descansaba el pequeño tocadiscos, hasta que encontré lo que buscaba; un negro y enorme disco. Pronto una bellísima música invadió el lugar.
Comencé a cantar, muy despacio, luego más y más alto, hasta que la voz de la abuela se escuchó potente y hechicera desde mi canto, deslizándose en la noche, avisando a todos que la heredera había regresado.

María Magdalena
 
theonlyerath,17.11.2005
EL FILO DE LA ESPADA.

La luna hacía brillar el filo de las espadas de los 7 guerreros, su misión era la de dar muerte a el hechicero Izak Kalim también conocido como “El despiadado”. Tenía asolada con el poder de su magia a toda una región, dominaba a las bestias salvajes y los elementos del tiempo, había implantado un reino de terror.

Habían partido al caer el sol, habían orado durante todo el día, poniendo en paz sus almas y rogándole al creador les diera fuerza para alcanzar la gloria de la victoria.

Marchaban lentamente, cuando inexplicablemente unas nubes oscuras aparecieron de la nada, inundando el bosque con una impenetrable oscuridad. Unas pesadas gotas de lluvia empezaron a caer sobre las pesadas armaduras de aquellos valientes. Sabían que no todos regresarían, juraron ante los reyes que solo tenían dos caminos: el de la victoria o el de la muerte.

Un aullido desgarró el velo mortecino de la noche, los 7 alzaron sus espadas y formaron un círculo, esperaban en silencio el ataque que parecía inminente.

¡Enormes lobos los tenían rodeados! El líder de la manada dio un salto hacia el frente dando inicio a la batalla, por un momento solo se escucharon los alaridos y gritos de guerra, espadas atravesando la carne de las bestias, el sonido de la sangre que se regaba a los pies de los árboles. 3 guerreros perdieron la vida en ese ataque, los 4 restantes juntaron sus restos y les dieron sepultura junto con sus espadas.

Siguieron adelante, tenían una misión y darían la vida por cumplirla, la lluvia no dejaba de caer, caminaron hasta que llegaron a la entrada de una cueva, un olor penetrante, como el de los animales muertos salía del tenebroso lugar. Unos ojos desde la oscuridad los acechaban.

Un rayo de luz salió de la cueva impactando de lleno a uno de los guerreros, restos de carne y sangre quedaron en el lugar donde estaba parado, los demás corrieron en estampida hacia la cueva blandiendo sus espadas, sólo tenían una oportunidad, atacarían todos al mismo tiempo.

Uno de ellos empezó a quemarse vivo como quien prende una vela, el otro cayó convertido en piedra, el último se lanzó hacia el hechicero cortándole las piernas de un sólo tajo.

En cuanto cayó al suelo, el guerrero se encontró cara a cara con el hechicero. En lugar de encontrarse a un ser horripilante se vio postrado ante la más sublime belleza. Una mujer rubia de ojos verdes como esmeraldas, labios rojo carmesí, desnuda hasta la cintura. Le extendía sus brazos para abrazarlo, él se acerco abrazándola hundiendo sus labios en los de ella. Fue cuando sintió la lengua bífida de la mujer cuando se dio cuenta que no era más que uno de los conjuros del mago, asqueado se hizo hacia atrás lanzando un último golpe.

— ¡Carlitos! Apaga esa televisión y acuéstate a dormir— se oye un grito desde la cocina. El niño molesto la apaga. Se duerme abrazando su espada de juguete.
 
CONCURSO_TEMA_DEL_MES,21.11.2005
Comienza la votación, les recuerdo que se vota en el LDV en privado y sólo votan los participantes, se puede votar en prosa y poesía aunque se haya participado sólo en una categoría. Los ganadores deberán obtener almenos 2 votos, se publicarán las votaciones como la vez anterior.
 
gmmagdalena,22.11.2005
Quiero emitir mis votos y no puedo ingresar al LDV, hace horas que lo intento, Magda
 
CONCURSO_TEMA_DEL_MES,23.11.2005
Disculpen el retraso, pero ya están aquí los resultados:

Ganadora: gmmagdalena con su texto "La Heredera" 4 votos.

Akim y Margarita Zamudio obtienen un voto cada uno.

Votaciones:

Eddy_Howell-------Vota por-------gmmagdalena
Margarita-Zamudio--Vota por------Akim
Akim----------------Vota por------gmmagdalena
Theonlyerath--------Vota por------gmmagdalena
Guerrera-------------Vota por------gmmagdalena
gmmagdalena--------Vota por-----Margarita-Zamudio

Felicidades a todos y sobre todo felicidades a gmmmagdalena.
 
margarita-zamudio,23.11.2005
En horabuana a la ganadora y a los demás
 
theonlyerath,23.11.2005
Felicidades a todos y listo para el siguiente reto.
 
gmmagdalena,23.11.2005
Graciasssssssssssssssssss, recien vengo y veo la noticia. Gracias amigos. Besos a todos y sigamos participando que eso nos mantiene la mente ágil. Todos escribieron genial.
 
_Guerrera_,24.11.2005
Felicidades Magda por el merecidisimo premio!!! excelente trabajo, un besito. Roxana.
 



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