Antes de abandonarla (la Mesa), Sara_eliana, me gustaría que me explicara, ya que es usted profesora de niños, el significado del término "caradurez", porque no lo encuentro en el diccionario de la RALE, seguramente porque no lo sé buscar. Cuando, quiera, en mi libro de visitas me lo explica.

Lo estábamos pasando bien
pero ocurrió lo de siempre
que el criterio diferente
que tienen perros y gatos
nos deja muy malos ratos
con esta mesa rehén.

Y que más encima tenga la caradurez de venir a desempeñar el papel de la buena samaritana ...

Asqueada, abandono la mesa.

Pido mil disculpas a quienes lo estaban pasando muy bien; me acercaba a saludar, nada más.

Su deporte favorito, de victimario a víctima.

Y además, por la intervención que acabo de leer, escrita por Saraeliana, les aconsejo que no me citen, (¡ES UN RUEGO!), para que no vuelva la ira, la agresión y la descalificación a esta Mesa redonda ¡Gracias, compañeros!

maravillas, con mucha tristeza.

Maravillas no interrumpe,
aunque se sienta celosa,
terriblemente celosa,
de este intercambio de amores,
entre la Santa y Don Ergo.
¡Qué tendrá en esa "boquita",
Doña Santa en esta página,
que a todos los vuelve locos!

maravillas, prefiere leerles a ustedes en la Mesa.

Síiiii, ella regala amores y "sin desafiar las normas esenciales"

En su inmensa superioridad lírica e intelectual, plasmadas en una bondad sin límites, me ha regalado valiosos consejos:

mar
26
junio
________________________________________00:26 maravillas

Escriba, señorita sara_eliana, escriba y déjese de "refritos" en verso, que se repiten tanto como los ajos. Apártese del pantano y del espanto, y oriéntese, que una sola palabra bien vale la pena guardarla y escribirla ¡Adela...

Más...

Que venga pues Maravillas
y se nos integre al verso
que aunque el ergo es muy perverso
a veces tiene su encanto
aunque no tiene un pelo de santo
y corretee a las chiquillas.

Maravillas, caprichosa,
sentada en los girasoles
no regala sus amores
a cualquiera que lo pida
pero sangra por la herida
cuando se pone celosa.

Mi admiración por ese refinamiento y elegancia, por esa finura inteligente, en el intercambio cruzado, con humor, de las aportaciones que se leen más abajo.
Porque la expresión escrita no debe de detenerse ante ningún obstáculo, y es apta lo mismo para "los acuerdos", como para "los desacuerdos", sean éstos críticos o amorosos, pero sin desafiar las normas esenciales que deben de regir
en el estilo de ese lenguaje culto que llamamos Literatura.

¡Un placer leerles!