No escribo para que me recuerden,
sino mas bien para que me olviden.
Acuérdense de olvidarme.
Pues, yo ya me olvide de ustedes.
De hecho no recuerdo de quienes me olvido,
ni para que no los recuerdo.
Lo que sí se es que no puedo.
Por más que trato no siempre me sale.
No soy tan distraído.
Hay cosas que no se borran así porque sí.
Y eso no es tan fácil.
Mas bien bastante delicado es el asunto,
diría yo.
Pero hay un detalle que lo desprende
de lo bstracto.
Casi tres meses tachados en el calendario de mi pared o de mi agenda
(debiera comprar una para no mentir).
Y aún late.
Por eso mejor así.
Hagamos de cuenta que no les conté nada
y sigamos recordando que el olvido es un recuerdo escondido.