Aquella luna que has elegido, con su estela de plata madura, compostura inclinada al placer, me ha mal acostumbrado;tan solo con élla, es mí noche la oscuridad.
El tiempo, de un segundo a otro, todo colorido y en flor, árbol flexible en flor, de un segundo a otro se abrirá el dolor, abandonara la postal que deseo procurarte.
Tantas luces y faroles, con raíz de metal, todas por mi dispuestas a olvidarme, engañadas por mi ansia de nata.
Apetecí tan solo una de tus gotas de sol, y en todos los bienes y praderas en que pude recostar mi punzante irreverencia, intente contentarme con tu amor.
Sol, no menosprecies mi esfuerzo...