|  Aquel  sábado por el medio día desperté, y al estirar la mano hacia el lado izquierdo de la cama, tú ya no estabas, grite tu nombre por si te encontrabas por la casa, pero solo se escucho responder el eco con mi voz devuelta, entonces  un escalofrío que recorrió mi cuerpo me estremeció. Me levante  y recorrí  rincón por rincón toda la casa, mientras lo hacia, imagine que tu ya no estabas, ni ese día, ni el siguiente, ni el resto de mi vida, y no sabes la sensación de tristeza que me envolvió. Como podría vivir sin ti, si estoy tan acostumbrado a todo tu  ser,  y pense si me faltaras,  que difícil seria levantarme en las mañanas y no encontrarte. Gracias que  solo es un imaginar y nada mas  reflexione,  que tú estas  en la oficina, y que pronto volverás.  Eso me tranquilizo a tal punto de abrirse mí apetito. Yo sé que te  hubieses reído,  pues me dirigí a la cocina y me prepare un enorme sándwichs, me senté para disponerme  a devorar cuando sonó el teléfono. Eras tú, con tu voz dulce, diciendo que me amabas y que yo tenia que ser fuerte, y que  siempre,  siempre sea como fuera, estarías conmigo. En eso la comunicación se corto, al colgar yo el audífono inmediatamente volvió a sonar, lo levante vertiginoso, y con la voz delgada y las palabras entrecortada por la ansiedad de seguir escuchándote, trate de decir que la comunicación se había  interrumpido - Pero del otro lado de la línea no estabas tú, fue una voz gruesa que no hubiese querido oír nunca. Se identifico como un mayor de carabineros que pregunto por mí. Si con el habla respondí. Señor me dijo, lamento informarle que su señora a tenido un accidente y que lamentablemente fue fatal. No sea ridículo, si acabo de hablar con ella  conteste. Pero él insistió en querer sacarte de mi vida y prosiguió.  Señor la persona que falleció llevaba consigo la documentación de su esposa y no creo que allá un error,  conducía un auto gris  metálico cierto. Si  gris metálico y corte, no pude seguir escuchando, porque eso daba la posibilidad de confirmar la situación, Que ahora ya escribiéndote, lo he podido ir asimilando, eso creo. Bueno imagino que  tu sabes el resto de la historia, sino es que de un principio. Ha pasado ya un tiempo, no sé si una semana o más  de este suceso,  el sándwichs todavía esta en la cocina sin ser comido, y  yo, no sé cuantas veces ya e recorrido rincón por rincón toda la casa, pero eso sí, ahora imaginando que sí tú estas en el recorrido. 
 Vagamundos
 P. Rodríguez
 
 
 
 
 
 
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