Me hiciste tanto daño
no sabes cuanto dolor me estás causando,
si acabar completamente conmigo pretendes
no retrocedas sigue adelante con tu hipocresía;
el alma por temor no me lo dijo,
el pensamiento por sueños intentaba alejarme de ti,
pero yo siempre procurando cambiar algo que ni el tiempo,
ni el espacio, ni nadie puede hacerlo.

No quisiera que mi corazón suplique venganza,
prefiero verte feliz por siempre,
¿quién soy yo, para juzgarte?,
no intentes seguir acabando con mi muerte,
porque de nada serviría tu arrepentimiento;
si el corazón algún día quiere perdonarte
no quisiera cometer esa locura.

En aquel día de mi muerte
ni siquiera lo que más aprecio tenía valor.

Me hiciste sufrir y conseguiste acabar con mi existencia,
sé que sería innecesario revelar tu malicia,
prefiero seguir callando tu atrevimiento,
y si tú a más de esta muerte ansías aún mi padecimiento
te lo agradezco…

Tu crueldad llegó hasta mi pecho,
no soporté la ruindad de tu insistencia,
no resistí y aquí me tienes muerta,
el único anhelo que con ansias esperabas.

No podré surgir de la eterna pesadumbre,
el amor, la ilusión se quedaron en la vida,
acaso ¿merecí ser tu mendiga?