Había un hombre muy insatisfecho de sí mismo que quería ser más inteligente.

Un día se enteró que en la montañas próximas, vivía un hermitaño quien tenía las claves para
que uno fuera más inteligente.
Entonces, decidió ir a visitarlo.

Una vez allí, el hombre insatisfecho le contó al hermitaño acerca de su deseo de ser más inteligente.

Sin perder más tiempo, el hermitaño fue a cortar una rama, con extrañas formas, de un pequeño árbol que se encontraba muy cerca de allí.

_Este árbol es mágico. Debes llevar prendida esta rama sobre tu cabeza, esto te hará más inteligente, aclaró el hermitaño.

El buscador pagó un buen precio por la rama, la tomó contento, y se la prendió a la cabeza con prensas y pegamento.

Luego volvió a la ciudad, alegre de portar tan valioso instrumento.

...Al cabo de un buen tiempo, el buscador insatisfecho volvió muy enojado a la morada del hermitaño.

_La he estado usando por varios meses y está todo igual! no soy más inteligente que antes.
Me siento engañado! Esta rama que usted me vendió es una real porquería, no me sirvió
para nada!, increpó encolerizado el buscador insatisfecho.

Entonces, el hermitaño serenamente le contestó:
_¿Ves? ... ¿ves cómo ahora ya eres más inteligente?

(cuento adaptado)