Sueño de otro, juguete preferido,
siempre tu dueño se creyó,
de tanto tenerte, te le hiciste costumbre,
y en lugar destacado de un estante, te olvidó.
Descubrí allí, al ser que en mi mente,
mil veces construí, de tanto pensarle.
Eras real, ya no mujer intangible,
mas tenerte solo podía imaginar.
Mi deseo me hizo sombra,
en cada noche un plan tracé,
para tenerte, hacerte mía,
recuperar mi fantasía, seas mi realidad.
¿Un bandido?
Si, lo acepto, un bandido soy.
Sabía que no podía tenerla,
por eso la robé. |