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UN CUENTO PARA VOS....


Turciups era su nombre en clave, su significado más adelante te lo cuento, porque esta historia se lee un muchos sentidos: a veces para delante, otras para detrás, otras te dejas llevar... bueno sigamos con Turciups. Escribe para un periódico rotativo de Buenos Aires, que se llama "Paloma Mensajera". El se encarga de realizar la página de cultura, cada día aparece al pie de ésta página un pequeño cuento anónimo. Por ser vos quien vas a leer esto, te diré un secreto: Los cuentos son escritos siempre por él, pero como es muy celoso de su intimidad siempre los firma como anónimo. Siempre los cuentos tienen un tema diferente, a él no le gusta repetirse, siempre busca algo nuevo en la rutina de cada día. Lo busca por las calles de Buenos Aires hasta que lo encuentra, para después plasmarlo con bellas palabras. Un día, el cuento anónimo llevaba por título: "Para vos…" decía algo así, que te escribo a continuación.




Se sumergió en las aguas cálidas, buscando sin buscar en la oscuridad,
descendiendo como un flecha que busca con premura dar de lleno en su diana.

Entre algas y rocas, encontró algo distinto. Su rostro buscó su tacto
y en la oscuridad lo halló.

Nunca había visto algo igual, había escuchado leyendas que se compartían entre los suyos,
pero nunca pensó que la encontraría.

Brillaba, preciosa en silencio... al principio pensó que era el reflejo de la noche
pero todavía era de día y el sol brillaba en el cielo.

Quiso acariciarla con su rostro y en ella encontró un suave y cálido tacto,
no podía dar crédito de la intensidad de aquel momento.

De pronto, escuchó una voz. Era una voz muy suave y delicada, se acercó más
y más, para escuchar mejor aquella pequeña voz que salí de ella...

¡Hola!-le dijo. El atónito, no podía dar crédito de lo que estaba oyendo.
¿Sabes?. Me gustaría que me ayudaras... ¿si puedes?.-dijo ella.

¿Qué quieres que haga?, me encantaría ayudarte.-respondió él.
La miró y con valentía escuchó lo que le decía.

¿Puedes ayudarme a salir de aquí?- le preguntó ella.
Él asintió con su rostro, queriendo escuchar más.

Llevo mucho esperándote, mucho tiempo, escondida entre la oscuridad.
Esta mañana una corriente me arrastró hasta aquí.

El atónito y bastante ensimismado, no podía creer aquello que estaba oyendo.
¿ Esperándome a mí?- pensó en su interior.

¡Sí!. ¿Por qué te extrañas?...¿sabía que vendrías?- respondió ella con dulzura.
Llevo atrapada en éste cuerpo desde hace mucho tiempo.

Sólo tienes que agarrarme en tu boca y llevarme hasta la superficie...
para que con el brillo del sol mi cuerpo se transforme y vuelva a ser como era.-le dijo.

Él, sin dejar de mirar su silueta estrellada y los colores brillantes
que pintaban todo su cuerpo... abrió su boca y con suavidad la sujeto entre sus labios.

El cuerpo de ella, por la emoción, empezó a emitir destellos de luz muy intensa
que penetraban en la oscuridad del océano como si fueran rayos de sol.

La subió con velocidad y aquella estrella brillante en la boca de aquel delfín azulado,
recordaba al vuelo de una estrella fugaz y luminosa a través del cielo.

Al llegar a la claridad de la superficie, un ligero grito salió de aquella frágil y
brillante estrella:¡Suéltame!.¡Suéltame!.

El delfín abrió un poco su boca y la dejó caer... y aquellos colores brillantes
comenzaron a crecer como la claridad del sol al aparecer en la mañana.

Un brillo intenso de luz cegó sus ojos y aturdido por aquella claridad
ocultó sus ojos con sus aletas...

Aquel intenso brillo se extinguió y una sombra apareció entre la claridad del día,
la pequeña y frágil estrellita de mar desapareció debajo de aquella sombra.

El delfín pudo abrir sus ojos y sorprendido por lo que había frente a él,
se asustó y se ocultó entre la profundidad del océano.

Mientras aleteaba con fuerzas notó un tacto suave que acariciaba su aleta dorsal
y la voz que surgía de aquella pequeña estrellita volvió a hablar.

¡No tengas miedo!. ¡Mírame!. ¡Por favor, no temas, no te voy hacer daño!.- dijo con dulzura
la bella sirena. Él se detuvo y la miró temeroso.

¡Hola!, me llamo Estela. Soy una sirena y a ti, te debo la vida.- dijo con muchísima dulzura.
Sabía que vendrías. Una medusa muy anciana, me dijo que esperara por ti.-continuó ella.

Te llamas Turciups, ¿verdad?- le preguntó ella.
¡Sí!. Soy un delfín del atlántico.-respondió el, con una sonrisa…




Los mayores contaban leyendas sobre bellas sirenas, estas leyendas contaban historias donde existían algunas estrellas fugaces que viajaban por el cielo y no se desintegraban en el infinito del universo, como las demás, sino que caían al océano. Su luz se enfriaba y permanecían atrapadas en la oscuridad del fondo de los océanos, esperando hasta que alguien las acercase hasta la luz del sol para convertirse en sirenas.


PD: Esto es un cuento, que alguien me contó una vez y me dijo que no tiene final.

El final depende de ti, Estela.





Así acabó aquel cuento, supuestamente anónimo. Iba dirigido a una chica llamada Estela. Después de aquel día, Turciups, siempre escribía el mismo cuento y siempre acababa con las mismas palabras: "... depende de ti, Estela".



Estela, es una chica argentina y siempre que leía aquel periódico buscaba la página de cultura para leer aquellos hermosos cuentos anónimos, le encantaban. El día que leyó por primera vez el cuento que te acabo de contar, se sorprendió porque la sirena llevaba su nombre y más aun se sorprendió cuando leyó la frase que estaba escrita al final: "El final depende de ti, Estela."
A la mañana siguiente, cuando estaba en la cafetería desayunando como cada mañana cogió el periódico y volvió a leer la página de cultura. Al ver que estaba escrito el mismo cuento que el día anterior, se sorprendió pero creyó que había sido un error de imprenta y sin más no le dio más atención. Pero pasaban los días y siempre veia el mismo cuento y la misma frase al final. ¿Que raro?, ¿Qué casualidad?- se preguntaba ella.

Pasaron unos meses y la curiosidad la abordaba, un día se decidió mirar por internet. Intentó averiguar el nombre verdadero de Turciups, una dirección... pero nada, no había ningún dato de aquel intrigante escritor. Un día, decidió dirigirse al mismo periódico. Estaba cerca de donde ella tenía su trabajo. Preguntó a una recepcionista de la redacción de aquel periódico y cual fue su sorpresa cuando escucho la respuesta: ¿te llamas Estela?- le preguntó la recepcionista. ¡Sí!- respondió sorprendida. Creo que esto es para ti-le dijo la chica, entregándole un sobre.

Estela, atónita, miró lo que había dentro de aquel sobre:


HOLA STELLA, LLEVO MUCHO TIEMPO ESPERANDOTE.
NO TENGAS MIEDO, SÉ QUE EN EL FONDO,
TU TAMBIÉN ME BUSCABAS...



Aquella nota acababa con una dirección y un numero de teléfono.





PARA VOS…

Texto agregado el 18-05-2005, y leído por 145 visitantes. (0 votos)


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