Testigo de cargo
Jorge Cortés Herce


- Doctor: ¿cuántas autopsias, ha realizado usted sobre personas fallecidas?
- Debo decir, que todas mis autopsias las he realizado sobre personas fallecidas.
La gente en la sala rió disimulada ante el gag improvisado.
- ¿Recuerda a qué hora examinó al cadáver?
- La autopsia comenzó a las 8:50 de la noche.
- ¿El señor Arnulfo Espinoza Dorantes, estaba muerto en ese momento?
- No, estaba sentado sobre la plancha, preguntándome por qué estaba yo haciéndole la autopsia...
La sala estalló en carcajadas y los murmullos se convirtieron en comentarios a grito abierto. El juez tuvo que hacer sonar el martillito, reprimiendo la risa, transformándola en una amenaza de desacato y exigiendo orden en la sala.
- Antes de realizar la autopsia, ¿verificó si había pulso?
- No.
- ¡A-ha! ¿Verificó la presión sanguínea?
- No...
- Entonces, ¿es posible que el paciente estuviera vivo cuando comenzó la autopsia?
- No.
- ¿cómo puede estar tan seguro, doctor?- dijo el fiscal, con aire de suficiencia.
- Porque el cerebro se hallaba en un tarro, en mi mesa...
- Pero podría, no obstante haber estado vivo el paciente, ¿no es cierto?
- Sí, es posible que hubiera estado vivo y ejerciendo de fiscal en alguna parte- dijo el forense, levantándose del banquillo.



hay quien afirma que todo esto sucedió realmente en un juzgado de guardia.