¿Donde van mis palabras? 
Navegando en mares de datos 
arribando en corazones extrangeros. 
 
Me gusta pensar en ellas, 
creer que hacen sentir emociones, 
imaginarlas en una libreta 
de algun joven soñador, 
de alguna joven vividora, 
del niño de la esquina que llora, 
del hombre de los mil viajes 
que ha lichado en mil lugares 
por conquistar un solo amor. 
 
Me gusta verlas en las mentes, 
haciendo pensar a la gente,  
haciendo compañia al solitario 
hombre de negro acompañado, 
arrancando lagrimas de ojos tiernos, 
recordando melodias de los sueños, 
sirviendo de boca a alos enamorados, 
cantando en cualquier tejado 
a las nubes que ocultan la luna 
y tapan los gatos 
 
Me gusta reenviarlas al futuro, 
quiero guardarlas años,  
esondidas bajo mi cama, 
o en un disco de datos, 
y abrirlas en un arrrebato 
y con ellas volver al pasado 
y luego quemarlas de una vez, 
siempre lo digo, 
nunca lo hago. 
 
Me gusta dejarlas flotando, 
perdidas y a la deriva, 
esperando que alguien las rescate, 
y sienta mi corazon a su lado 
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