Tal vez de la muerte no se regrese. Asi como de la noche y la soledad. Mientras el cuerpo clama a descarados gritos un poco de paz, la inocencia huye desconsolada. Los pocos gramos de cordura se derriten de locura, y en la locura se caen varios pedazos de sentimientos perdidos en la vergüenza. Los inquietos sollozos de la persona que fui me despiertan en la revolucionada noche. Y las lagrimas semisaladas me arden en los labios. Las palabras no dichas se fosilizaron en la garganta y dejaron atrapado al poco oxigeno que alimenta mis desdichados pulmones. Las queridas y añejas sabanas que me cubrieron del frio huelen a pasado. Y lo pasado pasado está, aunque me duela. De amores se habla, se piensa, se escucha, se siente, se sueña. Se sufre. Los despojos del corazon se unen a las escasas cenizas que quedan del alma y boicotean mis ganas. El cielo está un poco menos gris que ayer...mis palabras fluyen un poquito mas facil que dias pasados. El delta en mi garganta esta un poco mas tranquilo y respirar se siente comodo. Dejo las sabanas a un lado al levantarme de la cama. Miro el cielo. El sol me cierra los ojos de un golpe. Siento el calor. Vivo.