Yo lo sabía

Yo lo sabía desde que comenzó. Nada podía ser peor. Nada podía ser más real. Y no lo ví de reojo, como tu, no les ofrecí una habitación, como ustedes, ni siquiera me lo dijo la vecina chismosa, como a los de la casa naranja. Simplemente lo sabía. Cada que miraba sus ojos, que esquivos muchas veces se escondían tras sus mentiras, podía verla besándolo. Lo sabía. Vengo de la escuela, decía, Voy a mis lecciones de violín, repetía cada día, y yo lo sabía. Le asfixié mientras dormía, porque yo lo sabía.
El martes él vino a preguntar porqué no la había vuelto a ver. Y yo lo sabía. Así que le dije justo donde estaba. El me destrozó el cráneo. Solo así íbamos a estar ella y yo juntos, en el jardín entre las flores que planté mientras Yo lo sabía.