Lentamente, sin apuros
me vas aprisionando en tus brazos
y ya no puedo negarme
al veneno de tus labios
que me atraviesa el alma
y la rompe en mil pedazos...
En mil pedazos de calma
que luego me va quitando
y se apodera de todo
hasta dejarme llorando
llorando de alegria, de vida, de calma
hasta robarme el deseo
y arrancandomelo en la carcel de tus sabanas blancas
y termino siendo tuya
tan tuya como espuma blanca
que se funde en el mar de tu cuerpo
hasta dejarme ahogada
cuando el mar se hace fuego
y leña la espuma blanca.
Y comienzo a arder
para consumirme en tus llamas,
y acabar lentamente y sin apuros
con tu marca en el alma
y en mi cuerpo tus caricias
donde se quedaran guardadas
hasta que el fantasma de tus manos
vuelva a mi cuerpo a buscarlas
y quedarte lentamente y sin apuros
descansando en mi calma.