Las costeñas son sensuales,
sumamente cariñosas,
sencillas y desenvueltas,
van ondeando las caderas
por las calles al pasar,
sus sonrisas muy ingenuas
iluminan sus mejillas
jugueteando con los ojos
picarescos al mirar,
hechizando sus miradas
encubiertas por pestañas
seductoras y atractivas
y de magia sin igual.
De sus labios palpitantes,
carnosos....embriagadores
débiles y subyugantes
va brotando un néctar suave
cuando besan con ardor
evocando con pesar
a las damas señoriales
de la corte virreinal.

Nuestras bellas serranitas
descendientes de los incas
con caritas sonrosadas
que parecen manzanitas,
van llevando como herencia
esa honrada casta pura
de las hembras del pasado
que lucharon con honor
codo a codo con los hombres
que buscaron libertad.
Por sus venas va corriendo
esa sangre deliciosa
de Cahuide y Atahualpa
y de tantas heroínas
de la época imperial.
Sus polleras de colores
van ampliando sus caderas
que cimbrean excitantes
cuando bailan sus huaynitos
con orgullo regional.

Nuestra selva misteriosa
cons sus ríos caudalosos,
fauna y flora celestiales
nos entregan extasiados
la hermosura de sus hijas
tam amables.....como ardientes
que los hombres que las aman
suelen perder la razón.
Sus vestuarios muy sencillos
son lucidos con las gracias
de los cuerpos que ellas tienen
cual serpiente cascabel.
Muy alegres van cantando
las dulzuras de su amor
y se entregan con franqueza
a los juegos del placer
que ellas sienten y transmiten
a sus hombres.....voluptuosas
enroscándose en sus cuerpos
plenamente de pasión.

Todas ellas en conjunto
de cualquier región que sean
representan la hermosura,
la paciencia.....la dulzura,
la inocencia y la pasión
de las hembras del Perú
que durante muchos siglos
fueron bellas consejeras
de virreyes y caciques
y de muchos presidentes
gobernantes del país.
Y por eso es que orgulloso
he querido recordar
a lo que ellas se merecen
en unas pocas estrofas,
porque soy un descendiente
de una de ellas con honor.

Falls Churchs 14 07 2000