El aire acondicionado del mar
Condiciona mi incredulidad
¿No eras tú la que sin bikini, tramitaba manos ajenas
por recovecos propios, más tuyos que míos
en playas de arenas calvas y sucias
de palmeras fusiladas y sangrantes?

No, no eras tú. No me fió de mis ambiciosos ojos
Esos ojos que te ven besando el suelo
mientras las olas embisten detrás de ti
embisten con ruidos de amenazas
embisten y te envenenan,
sanándote del antiguo veneno que yo te di

No, no eras tú, no puedes ser tú...
Quizás es el mar irritado por no ladrarle
Quizás es la palmera, que gritó “Viva la República” antes de palmar
Quizás es la arena que no acudió a tiempo al peluquero
Quizás son mis ojos un tanto inmaduros y conjurados
Quizás soy yo, cada vez más enero y menos hiriente
Pero tú no, no eres tu