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Nunca cojo nada del suelo. Pasé la mitad de mi infancia escuchando a mis padres gritar '¡deja eso, caca!'. Y no me extraña. Me comía todo lo que encontraba, lo que más de una vez nos llevó a urgencias para radiografiar tapones de boli, muelles de pinzas, monedas y cabezas de airgam-boys.

Recuerdo las reuniones familiares, esas en las que mi madre sacaba las fotos que más me avergonzaban para mofa de todos, como la de la primera comunión a la que yo había querido ir vestido de capitan de marina, y me vistieron de Nino Bravo. Para rematar la faena siempre terminaba sacando de su armariodondeguardadetodo las radiografías de mis intestinos y la cabeza del airgam-boy indio corriendo por ellos.

De aquella época me ha debido quedar la manía de mirar a menudo hacia el suelo mientras camino, que no es que sea cabizbajo por resignado, sino por observador de profundidades. Mirando hacia abajo uno se pierde casi todo, pero de vez en cuando encuentra algo. En una ocasión encontré una foto de carnet caída en el suelo, sobre la acera de una céntrica y ruidosa calle. Era de una chica joven, con el pelo castaño y ondulado, cara muy blanca y mofletes colorados. La foto estaba pisada y un poco arrugada. Me dio mucha pena dejarla en el suelo. Me imaginaba desde su indefensa perspectiva, viendo centenares de pies gigantescos pisándome uno tras otro. La recogí. Quería evitar su sufrimiento. Me acerqué a una papelera, pretendiendo darle un final mucho más digno a su existencia. Ella me miraba arrugada y sucia, como pidiendo ayuda. Y yo me disponía a tirarla como un desperdicio más y seguir mi vida.

Cuando uno se ha sentido un desperdicio y lo han tirado a la basura, aprende a valorar una mano que te alisa las arrugas, te limpia la cara y te protege de pisotones. La metí en mi cartera junto a mi foto del carnet de la biblioteca.

Ha pasado mucho tiempo, y la foto aún sigue ahí. La veo casi cada día. A veces he pensado... ¿y si un día me encontrase con su dueña frente a frente en un autobús? Le he dado decenas de finales a ese pensamiento.

Texto agregado el 30-06-2005, y leído por 293 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
07-10-2005 Aun que ya ni sé las veces que he leído esta historia, te confieso que no me canso de hacerlo...si me piden quedarme con algo tuyo.. me quedo con esto.. "Robin".. un susurro susurros
27-07-2005 Lllegué hasta aquí por recomendación de la de abajo ¡y valió la pena el viaje! De verdad es una preciosa historia, llena de detalles tiernos y muy bien narrada, simple y directa. Me gustó mucho. maitencillo
26-07-2005 nino bravo .. perdon susurros
26-07-2005 ajajaja... lo de niño bravo es imperdonable, ajaa.. A mi me quisieron poner de monja, pero dijeron.. nooo que sino saldrá con cara enfadad en las fotos, ajajaj y también fuí que habia que verme, ajjajajaajjaa... no se que hubiera sido mejor. Con respecto a la historia, humm yo buscaría algún final feliz, carajoo que texto mas bonito y tierno.. un susurro.* susurros
04-07-2005 Excelente historia...buen final, cosas sencillas que le dan ese toque mágico y bonito... denada
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