Inicio / Cuenteros Locales / poliu / EL DÍA EN QUE DIOS VENDIÓ EL CIELO
	
		No fue buena esa época 
 
			Los dioses pasaban hambre y frío 
 
Y las estufas celestiales se ahogaban en recuerdos de calor infernal 
 
		Nadie por otro lado, quiso quedarse con toda la culpa 
 
Aún siquiera nuestro Santo Padre / porque éste culpaba a Jesús / y Jesús culpaba a su madre /  
 
		Y su madre a Gabriel / y así la ruedita de cara duras  
 
			Pero lo que era cierto fue que todos los títulos se perdieron por el juego 
 
Algún soquete nos perdió en la ruleta / y nos echó a correr 
 
Y no pudieron pagar las deudas en el cielo 
 
Las utilidades no eran muchas 
 
Sólo el uno por ciento que le entregaba la iglesia 
 
Y bueno los dioses no pueden quedarse sin comer, ¿no? 
 
A Dios se le ocurrieron un par de buenas ideas / que lamentablemente jamás llevó a la práctica /  
 
Quizás quién sabe / por una modorra infinita / o senilidad divina 
 
Y un nuevo sentimiento invadió a nuestros personajes de leyenda: 
 
LA ENVIDIA 
 
Si señores,  
 
La envidia invadió a nuestro panteón de figuritas articuladas  
 
Por la mente de un emperador bananero y su cohorte de animalejos de presa 
 
¿Y por qué envidia fue lo que sintieron? 
 
Por ver a los jetones que les dieron la vida sentados en alfombras de 20 mil dólares 
 
Comiendo asado en el funeral de un gordito bien dije que al parecer, los veneraba 
 
Por lo tanto / A Dios no le quedó otra que vender el cielo 
 
Porque claro / Todos tenemos nuestros vicios 
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Texto agregado el 10-07-2005, y leído por 145 
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