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Todo se reducía a las simples evidencias del movimiento continuo.

Una vez él decidió salirse de sí y le dirigió la palabra. No era nada personal, sólo una cuestión informativa del momento que la obligó a detener su apurada marcha para prestarle atención. Quedó parada, con la respiración agitada. Pensó y volvió sobre sus pasos. Él ya había continuado con los suyos, entre la nube de figuras en la que solía estar inmerso. Eso fue todo. Ni siquiera un principio, pero fue, un flujo repentino, inesperado y único.
Él anduvo por distintos sitios, sin anclar demasiado tiempo. Su carácter se había forjado en la transitoriedad de las ocasiones: pocas oportunidades para levar en cuestiones de afectos y para penetrar en su interior que, finalmente, era un abismo.
El vaivén indicó un retorno. En las tardes, cuando aparecía por la puerta del zaguán lo veía pasar con su andar firme y su estampa erecta. A veces detenía brevemente su marcha para conversar trivialidades, pero no fue antes de encontrarlo en situación de estudio, en casa de una amiga. Su abismo se traslucía en el intercambio amable de formalidades que dictaba la situación, mimetizado en timidez.
Otra vez el bamboleo de las distancias, la escapatoria, la búsqueda de repentinas inquietudes.
Otro retorno. El movimiento esta vez fue dirigido hacia ella, quien estuvo incluida en su influjo repentinamente. Ese tiempo fue de encuentros y de intercambios de ideas, en el horizonte de las apariencias y simulaciones. Ceremonia de seducción en lapsos que no coincidían. Él, abismo rebosante de vacilación.
Una noche informó de la inquietud de buscarse compañera y su mirada habitualmente esquiva se detuvo por un momento en ella. La brevedad de siempre y las pupilas que tejen un manto a su alrededor para detener la escapatoria. El pensamiento fue más veloz y se reveló en palabras de fugacidad, de impulsos casuales, de afectos desarraigados.

Él se alejó con su abismo de cavilaciones y ella quedó rebosante de desencanto, en el flujo y reflujo, hundida en la marea que lo trajo.

Texto agregado el 24-12-2002, y leído por 239 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
25-12-2002 Bonito poema en prosa. Seudonimo
25-12-2002 Muy bueno. Me gustó más la redacción que la idea(con todo respeto), es claro, consistente. AveCesar
 
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