Cuelgan un nido y te retiras,
lo cuelgan a tu costado,
y no, no te aterra.

La lluvia lo deja sobre el río,
tú, tan solo lo observas.

Caminas sin mirar atrás,
son tus soledades flojas
las que se voltean.

Se sienten atolondradas,
se perciben tontas.
lo regresan a tus brazos
aferrándolo a tu esencia.

Lo dejas y caminas,
avanzas mientras
el nidos y el camino
se te alejan.

Tus soledades
deliran sin prejuicios,
saben que el filo de su fin
raja las alas de las mariposas.

El nido son tus momentos
lejanos que no perdonas.

Heridas que has de matar,
sabes que no las podrás curar

Los que miden sus vidas,
los que se encofran,
son aquellos que están
junto a tu nido.

No son tus torpes mariposas
ni tu eternas fantasías,
no serán tus sueños
si te sientas a esperar
que el nido esboce una sonrisa,

Tan solo te sientas a esperar,
lo que con tu cuerpo no haría.
Como aguantas si ya no tienes ganas,
como toleras que no te quede nada.

12/7/2005