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EL CHAMAN


Se alojaron en un hotel céntrico y bajo un clima benigno y una noche estrellada de radiante luna, salieron a caminar por el centro. Rodearon la plaza principal en el sentido de las agujas del reloj, como hacían otros que daban la vuelta del perro. Los aromas de azahares y la luna los invitaba al romanticismo. Facundo comenzó a tararear la zamba Luna Tucumana.
-¡Mira esa luna!, Dijo Aldana, con razón le hicieron la zamba, ¡Es la más brillante que he visto en mi vida!.
-Dicen que el camino a Tafi del Valle, en una noche como ésta, lo podes transitar dejando las luces del vehículo apagadas, dijo Facundo.
-Volvieron al hotel, el conserje les entregó varios folletos turísticos y les recomendó alquilar un vehículo, para hacer el periplo que tenían pensado para el día siguiente, así dispondrían del tiempo a su antojo.
-Así lo hicieron la mañana siguiente. En un vehículo moderno enfilaron hacia Monteros y luego orillando el río Los Sosa, comenzaron a subir en medio de la espesura de la selva Tucumana. Helechos gigantes, claveles del aire y orquídeas, engalanaban el camino para asombro de ambos. Cruzaron varios camiones inmensos que, cargados, bajaban de la montaña y cuando hicieron un alto al pie del monumento al indio Calchaquí, Facundo preguntó por los mismos a un guía de turismo.
-Vienen de las minas del Farallón Negro, le respondió.
-¿Pero ahí había oro? Dijo él.
-Si, pero lo explotan los extranjeros, dijo el guía.
-Es impensable, ¡Ridículo!,
-Eso es más ridículo, dijo el guía señalando el monumento.
-¿Por qué?, Pregunto Aldana.
-Este monumento fue concebido y tallado desnudo, pero la mujer de un gobernador lo considero impúdico, así que le hizo confeccionar y colocar esa pollerita de piedra que usted ve.
-Eso en verdad que es ¡Ridículo!, Dijo Aldana.
Siguieron subiendo, admirando el paisaje, en cierto momento Facundo dijo..
-Acá se termino la selva, las plantas ya tienen poco oxigeno.
Habían alcanzado una altura mayor de dos mil metros y el paisaje se hacia árido, típico de montaña. Hicieron un alto cuando llegaron a Tafi del Valle, Facundo se había interesado en unas piedras labradas que un artesano, con cara de indio, ofrecía a la vera del camino. Compraron fruta y galletitas ya que habían visto chiquillos que se aproximaban cuando subían a pedir alimentos, con sus bolsitas de plástico en la mano. Retomaron la ruta y trabajosamente treparon la Cuesta del Infiernillo, él dijo...
-Aquí comienzan los Valles Calchaquíes.
El paisaje desde la altura era cambiante. Montañas de distintos colores, valles fértiles y como fondo el nevado de Cachi, contrastaban con pequeños pueblitos y fincas viñateras que se observaban en el recorrido. A medida que descendían el olor tan peculiar de la leña, el locro y las empanadas los hicieron detenerse en un puesto al borde de la ruta, para saborear esas exquisiteces, acompañadas de un vino patero de mucho cuerpo. Siguieron por la ruta Nacional numero cuarenta y pararon a visitar las ruinas de Quilmes. Aldana estaba muy interesada. El vasto complejo arqueológico les demando horas en visitarlo. Ella trabó conversación con un arqueólogo que estaba estudiando las ruinas. Se interesó mucho en los petroglifos y pictografías y el arqueólogo le comento`.
-Esta civilización era muy rica en su vida espiritual. Se cree que los habitantes de esta ciudad eran descendientes de los Incas, que emigraron al Sur. Tenían los mismos tipos de cultivos y se hallaron implementos agrícolas labrados en piedra.
-Estuvo densamente poblada al igual que otros pueblos cercanos y se comunicaban por senderos entre sí, que luego fueron utilizados por los conquistadores. Este era el principal, pero también hay signos de población en Fuerte Quemado, Loma Rica y Cerro Pintado. Era realmente una ciudad y un gobernador lo sometió. Indignados ante las vejaciones, se alzaron y el gobernador los desterró. De la matanza solo quedaron doscientas setenta familias que fueron a parar a una reducción en las cercanías de Buenos Aires.
Aldana le dijo a Facundo.
-Es lo que te he contado sobre el trato que recibimos. Estos ancestros eran gente espiritual, de paz pero, la Iglesia y el poder los extinguió.
Siguieron viaje y pasado el mediodía llegaron a Cafayate. Estacionaron frente a un hotel y se alojaron en el mismo. Posteriormente visitaron el mercado artesanal y se detuvieron a observar los comercios fabricantes de tapices y cajas de roble con incrustaciones de plata, típicos del lugar. Cuando regresaron al hotel, una persona los estaba esperando.
-Yo soy Huasi, se presentó, soy el nieto del Chamán, que los espera muy ansioso. Mañana temprano los vendré a buscar y visitaremos a l abuelo.
Cuando a la mañana bajaron a la recepción ya estaba Huasi, esperándolos.
-Lleven ropa de abrigo, les advirtió, ya que estaremos muy alto
¿Más todavía?, Dijo Facundo, quien no recibió contestación
Emprendieron el viaje hacia el Norte y pasando la localidad de San Carlos, el camino comenzó a orillar el río Calchaquí. El camino, que ahora era de tierra, sinuoso y pintoresco cruzaba el valle rústico, con fincas minúsculas y aldeas ubicadas junto a él. Frente a ellos, inesperadamente apareció una verdadera maravilla natural. Un bosque de gigantescas pirámides puntiagudas, parecían flechas, apuntando hacia arriba.
-Es la Quebrada de las Flechas, dijo Huasi.
Siguieron por el sinuoso camino y pasaron por un pueblo construido sobre médanos de arenisca blanca, donde cargaron combustible y luego pasaron por la angostura, donde vieron vestigios de un antiguo camino picado, llegaron a Cachi.
-Falta poco dijo Huasi.
Que hablaba poco, como los hombres que tienen sabiduría, pensó Facundo.
Pasaron por una planicie cubierta de negra lava volcánica que otrora expulsaran dos volcanes cercanos y llegaron a La Poma.
-Ahora estamos llegando, pero hay que subir.
-¡Más todavía!, Dijo Aldana, que sentía los efectos de la altura.
Trabajosamente, por el frío y la altura el vehículo comenzó a trepar el abra del Acay y en un momento determinado a indicación del pasajero, detuvieron la marcha. Tomaron por un sendero que salía hacia la derecha y arribaron a una casa construida en piedra y arenisca blanca.
Cuando bajaron del vehículo Facundo se sintió algo mareado. Hacia mucho frío.
-Tomen dijo Huasi mastiquen hojas de coca, les hará bien, estamos a mas de cuatro mil metros.
Entraron a la casa donde había un fuerte olor a incienso y tomillo. Un hombre muy anciano, caminando trabajosamente, los recibió
Dijo algo incomprensible, para Facundo.
--Es quechua, dijo Aldana, dice que somos muy bienvenidos.
El Chamán se sentó en una vieja silla de paja y ofreció un banco a la pareja, el pasajero quedo de pie. Aldana, traduciendo dijo..
-Yo sé quien son ustedes, la Pachamama me lo ha anunciado y hace mucho que los espero. Ella me ha dicho, que un hombre del nuevo mundo y una mujer del mundo viejo, serán los que intentaran acabar con su sufrimiento, el sufrimiento que le ha provocado el ser humano.
Aldana le pregunto algo en quechua.
-Le he preguntado como espera la pachamama que terminemos con su sufrimiento.
Ella siguió traduciendo.
-Es hora que el hombre cambie. No debe seguir dilapidando los recursos que ella les ofrece, deben proteger la tierra, el aire, los animales, los árboles. Debe plantar muchos árboles para que haya mejor aire y se beneficien los pájaros. Los pájaros son mensajeros de la vida, ellos traen y llevan semillas, y como el aire esta envenenado y ya no queda muchos árboles, ni selvas, ni bosques, el hombre, esta condenando a la Pachamama y esta se enojará.
-Yo he visto, cuando era niño, como es cuando la Pachamama se enoja, se sacude, se abre la tierra, se traga todo ser viviente, sus cosas, sus edificios, hay mucha muerte y destrucción. Hace muchos años, acá cerca, la Pachamama se enojó y se tragó todo un pueblo, era cerca de navidad.
Facundo recordó en las cercanías de La Poma, había visto vestigios de un terremoto.
Es la hora, continuo el Chamán, no hay mas tiempo, es hora que la humanidad comprenda que solo esta en este lugar para hacerlo mejor, para que su espíritu se eleve por sobre su egoísmo, y cuando llegue la hora en que tenga que pasar a otra vida, ese espíritu tenga una vida mucho mejor. Si no lo hace, su vida posterior será un retroceso y su espíritu deambulara en las tinieblas por toda la eternidad.
Si el hombre cambia y su espíritu se eleva, en la otra vida, será luz, será energía, estará en un nivel avanzado y cerca del que todo lo sabe y todo lo puede.
-Esto es lo que tenía que decir, ahora ya he transmitido lo que la Pachamama quiere a las personas indicadas, y ahora puedo descansar, mi misión esta cumplida y mi espíritu satisfecho, concluyó.
Volvieron por la recta de Tin, Tin, y enfilaron hacia Salta, el pasajero, nieto del Chaman, se había quedado con éste. Pasaron por el parque nacional Los Cardones y luego la cuesta del Obispo, deteniéndose en un puesto a observar tejidos artesanales, y compraron pimentón puro y queso de cabra. Ya era la noche, cuando arribaron a Salta.





Texto agregado el 26-09-2003, y leído por 329 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
26-09-2003 Buenisimo relato, etereo y lleno de interes, me atrapo de principio a fin, lo reelere de nuevo, sin dudas. Besitos de chaman. ;-) Aire
 
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