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Inicio / Cuenteros Locales / pilardelmar / Bellatrix (04)

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En el plano del pequeño cañón, el jefe habla con sus hombre y les reprime por no haber encontrado todavía el refugio de las jóvenes. Con mayor energía, les ordena ahora iniciar una nueva búsqueda diciéndoles :

- Id tras esas mujeres, no debéis herir a la mujer de cabellos rubios y ojos verdes pues es la que haré mi esposa, mas si lo deseáis, podéis matar a la guerrera que la defiende, Id en guardia.

En esta segunda ocasión, aunque siempre descuidados y ebrios aún, los hombres se dividen en pequeños grupos para buscar nuevamente a las jóvenes ocultas.
- Ya vienen por nosotras - dice la joven guerrera a su defendida - tomad vuestra posición y vigilad lo mejor posible. Tendré listo mi arco si alguien se expone lo suficiente.

La valiente joven tiene poca visión del posible ataque y presta atención a los diversos lugares desde donde podrían atentar contra ella. En un momento en que la guerrera se encuentra vigilando cierto espacio, un bárbaro la descubre y recordando las palabras de su jefe que les ha permitido matarla, carga su arco para atacarla. En el último instante, casi al lanzar la flecha, Afrodita advierte su presencia y el peligro para su joven y protectora amiga. Entonces grita con desesperación:

- ¡Atención ¡ ... ¡detrás de ti ¡

La joven guerrera desplaza rápidamente su cuerpo en el momento preciso en que la flecha enemiga buscaba su cuerpo. La saeta se estrella inútilmente contra una roca y se quiebra. La guerrera se reincorpora y ve cómo el hombre se dispone a cargar nuevamente su arco para un segundo lanzamiento. Velozmente, la joven extrae su daga desde su funda y como la distancia le es favorable, lanza la pequeña arma de acero contra el hombre. Esta alcanza al bárbaro en su hombro izquierdo y le hace soltar el arco para llevar su mano derecha a la profunda herida que le ha provocado la joven. Al ver dominada la situación, la guerrera desenfunda su espada y va hacia él con clara intención de dar muerte al hombre herido. Al ver lo que acontecerá, Afrodita le dice en un ruego :

- Por Zeus, no le mateis.
- En nuestro enemigo y debo darle muerte, ¿ cómo puedo defenderos si no elimino a nuestros enemigos?
- Os lo ruego, perdonadle la vida, ya no nos puede atacar.
- Extraño es vuestro pensamiento diosa del Olimpo.

Sin embargo, la joven guerrera se acerca al herido y tomando con energía la daga ensartada en su carne, la extrae. Luego levantando su espada exclama al bárbaro:

- Zeus y su hija os han perdonado, pero nunca más tensareis un arco.

El hombre levanta su brazo derecho y clama piedad, es entonces cuando la joven guerrera con un certero y enérgico trazo de su espada, cercena la mano del herido la cual cae al suelo. El hombre se desploma e inmediatamente, la guerrera lo levanta y le incita a que vuelva donde su jefe, no sin antes extraerle todas las flechas de su carcaj.

- Bien, ahora tenemos un enemigo menos y algunas flechas más- piensa para sí la joven -. Sin embargo, sé que no podremos resistir por mucho tiempo, debo pensar en algo más efectivo que nos libere y salve de esta situación.

Pone las flechas en el carcaj, enfunda su espada y su daga y se dispone a regresar junto a su amiga, la diosa Afrodita que le espera en su cada vez más débil refugio. Sin embargo, en el breve espacio que le separa de su amiga, un bárbaro le aguarda agazapado sobre una roca. Al pasar por aquel mismo sitio donde le espera para atacarle el hombre, éste se lanza sobre ella tomándole del cuello, mas en su intento no logra arrastrarla en su caída. Ambos ruedan por el suelo e intentan incorporarse lo más rápido posible. El hombre es mas lento por el peso de su cuerpo pero lo hace y se dispone, espada en mano, acabar con la joven guerrera. Esta permanece en el suelo más ha logrado desenfundar su espada... espera el ataque del hombre y cuando ya le ve casi encima de ella, espada en alto para herirla, interpone el arma de acero la cual detiene el ataque del bárbaro al hundirse en su vientre desgarrando sus entrañas. El atacante queda paralizado ante la terrible herida del acero que ha mordido mortalmente su cuerpo. Con su mano aún en la empuñadura de la espada, la joven guerrera se levanta lentamente hasta quedar frente al hombre herido. El bárbaro todavía mantiene su espada en alto con su mano derecha, mas las fuerzas le abandonan lentamente y en sus ojos se refleja la muerte que se apodera de él y a la cual, prontamente se entregará. En breves instantes, ya sin fuerzas. suelta la espada que va camino al suelo, mas en un rápido reflejo, la joven guerrera toma la espada del hombre evitando que ésta llegue a tierra. El bárbaro desfallece y su cuerpo se va hacia atrás casi guiado por el arma que le ha desgarrado... En el momento de caer y a la distancia precisa, la joven guerrera, utilizando la propia espada del hombre moribundo que había capturado en su camino al suelo, describe con ésta un enérgico arco que cercena la mitad del cuello del hombre, provocando el escape de su sangre a gran presión.
La joven diosa que presencia la acción se horroriza y dice desesperadamente a su protectora:

- Qué crueldad, ¿por qué le habéis cercenado el cuello ? , ya no podía atacaros.
- ¿Qué sabéis de la guerra hija de Zeus?, si he de protegeros debo matarles completamente y lograr que comprendan con quien están luchando. Además, aún no terminado con él.
- Espera, sois originaria de Tracia... decidme vuestro nombre, os lo demando! Decidlo ahora!
- ¿Mi nombre? Pues bien diosa de la curiosidad, mi nombre es Talestris...ya sabéis todo de mí.
- ¡ Entonces...entonces sois una amazona ¡
- Sí, soy una amazona. ¿Habéis escuchado algo de nosotras?
- Sí, por cierto os digo que mi padre me ha hablado de vosotras, sois mujeres crueles y malvadas, cultoras de la guerra y devastadoras de hombres, atacáis sin piedad los pueblos patriarcales cegando la vida de sus habitantes. Cualquier hombre que penetre a vuestro pueblo es asesinado de inmediato. Matáis vuestros hijos si son varones y sólo conserváis a las mujeres.
- He de deciros que no todos los varones nacidos en nuestro pueblo son muertos, algunos son regresados a sus progenitores. Vuestro padre no ha hablado con claridad sobre nosotras.
- Vosotras sois hijas de Ares, dios eterno e inmortal de la guerra, aquel dios cuya única misión es desatar guerras entre los pueblos y derramar sangre sobre la tierra.
- Habláis con la verdad, pues por cierto os digo que somos hijas de Ares y nuestro padre nos ha traído a la tierra de los mortales con objeto de hacer la guerra y cegar la vida de los hombres, los cuales sólo los utilizamos para procreación y eliminamos para expandir el dominio de nuestra raza divina. Pero ahora no puedo hablaros más, debo continuar con mi trabajo.

De esta manera, y abandonando la conversación que mantenía con Afrodita, la joven guerrera, al ver que el bárbaro se ha desangrado lo suficiente, toma su espada y con certeros golpes al filo de su arma, separa definitivamente la cabeza del cuerpo de aquel hombre al cual había derrotado anteriormente
- Escuchadme ahora diosa del Olimpo, nuestra situación es muy delicada ahora, ya saben dónde estamos, saben cuantos hombres hemos matado y de seguro planificarán un asalto a nuestra posición. Mirad, un asalto por parte de aquellos bárbaros, no podríamos contener, sólo tenemos una salida, una oportunidad de salvar con vida. Pues sólo nos queda huir de este lugar, de manera que hablaré con el jefe de los bárbaros para distraerlos mientras tú esperas sobre su corcel para iniciar nuestra fuga. Mi cabalgadura esta lista para que yo pueda montar sin demora. Me seguirás en la huida, iremos a un refugio de amazonas que se encuentra no muy lejos de aquí. Sé que lo lograremos, pues firmes son nuestros caballos, ellos, los bárbaros son seguirán mas tomaremos una buena ventaja al salir sorpresivamente. Si alcanzamos el refugio donde se encuentran mis compañeras, estaremos a salvo, pues le superamos en número si cometen la torpeza de atacarnos.

Texto agregado el 22-08-2005, y leído por 226 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
15-02-2006 estas imagenes que nos dejas son de una claridad que más bien pareciera que estuviera viendo una pelicula. Sigo en esta odisea franlend
23-08-2005 Excelente texto, buen manejo de personajes míticos, me supo mantener atado a la pantalla, por mi parte todas las estrellas... eddy_garcia
23-08-2005 Vaya, es sin duda un imponente texto, tiene buen manejo de la fonética épica de ese tiempo, creatividad impecable, hay detalles en su estructuta pero nada horrendo que no se pueda pulir. Por tu iniciativa y creatividad, mis estrellas . Felicidades. LAPLUMA
23-08-2005 Espero la continuación, pero por favor avisame, ya que el relato viene de maravillas***** espartako
23-08-2005 Me pareció muy entretenido, la verdad a pesar de lo extenso, me mantuvo pegada a la pantalla. 5* Eres una loca muy divertida, amiga, ajajaja. Laemperatriz
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