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Inicio / Cuenteros Locales / La_columna / El hàbito de amar: ¿gritar o callar?, columna de opiniòn. En lunes, por carloel22

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Existen determinadas personas que perturban con un simple gesto, cuando eso sucede pasan infinitos atardeceres lentos junto al mar haciéndonos olvidar de observar la luna.
Esas personas "nos llevan", y uno se deja llevar.
Son una especie de hábito, que evita caminar y cuando llega el momento de abrazar, uno ve consumarse en uno mismo y en el pasado.
Nos acarician con su personalidad y nos hacen llegar a un estado estático, el punto exacto ese, en que sentimos que casi no existimos.

Todos, vos,yo ese y aquél, lo hemos experimentado una y otra vez.

Forman esa extraña categoría de personitas especiales que dejan suavidades en nuestras manos, manos que parecen desprovistas de nuestro propio ser y nuestro cuerpo parece no tener nada que ver con lo que está sucediendo. Simplemente nos quedamos sentados a su lado, en un estado de admiración y desconcierto, embobados y acariciando; todo fluye por si mismo.



Existen determinados seres que logran esto y lograrlo es haber conseguido enamorar.
Flujo, hábito, éxtasis, estado de excelencia como quieran llamarle.
La descripción de este estado es notablemente similar al que muestran cientos de hombres y mujeres diversos: alpinistas, ajedrecistas, cirujanos, ingenieros, músicos, etc. , cuando hablan de una época en que se auto superan ellos mismos y entran en un estado de gracia, un estado especial en que la excelencia no requiere ningún esfuerzo, todo alrededor desaparece, absorbido por el momento "al que llegan", y si llegan es porque alguien "los lleva".-

Un amigo médico que operó en una tienda de campaña durante la triste guerra por Malvinas, me comentaba que le había sucedido algo similar; tan especial es este estado de gracia que al terminar de operar, comenzó a darse cuenta que debía juntar los restos de cascotes y destrozos que habían caído durante un bombardeo y él, operando, ni había advertido.

Amar es similar, una experiencia que casi todo el mundo tiene de vez en cuando, y llega más allá de sus límites iniciales, la fusión de dos seres en uno, donde se queda totalmente absorto, donde la atención queda tan concentrada que solo se es consciente de la estrecha gama de percepción relacionada con la otra persona, y se pierde la noción de tiempo y espacio.
Se anula la conciencia de uno mismo y allí uno abandona las pequeñas preocupaciones (la salud, las cuentas, los problemas de la vida cotidiana), pues aparece la ausencia del yo.
Paradójicamente, la persona que se encuentra en este estado muestra un perfecto control de su cuerpo, alcanza un desempeño óptimo, al amar, tocar música, operar, escribir, etc, motivado por el puro placer del acto mismo.



Un estado de flujo inducido exclusivamente por la concentración intensa, por un sentimiento irresistible y sumamente motivador de suave éxtasis.
Estado de flujo que logra un "estado de excelencia", una forma de sentir que hace que el cerebro esté "fresco", su excitación e inhibición del circuito nervioso está en sintonía con la exigencia del otro cuerpo.



Entonces sucede que pasan las horas entre el ruido y la prisa,
no me percato yo, no te percatas tú.
Vamos recorriendo, bebiendo, suspirando, sin detenernos a escuchar el silencio.
Al principio, esquivos, silenciosos.
Luego,
una voz nos comienza a resultar familiar, aprendemos a convivir con ella.
Serenos por la mañana, le llenamos de caricias, le sorprendemos con un atardecer o un crepúsculo; para que por la noche, la misma voz nos susurre versos bajo la luna.

Hoy la voz ya es un hábito de ella y él.
Aprendieron a arrodillarse y apoyando la oreja en el ombligo, tratar de oír el largo espacio de la vida aprisionado en el vientre.
La misma voz que por las noches se les presenta tan segura, amante y decidida, por las mañanas amanece serena, llenándolos de caricias. Se acurruca insegura, tibia, etérea buscando la protección de los cuerpos.

Desde que aprendieron el hábito de escuchar esa voz, han pasado semanas junto al mar, sin acordarse de mirar la luna.
No saben si realmente este flujo les ha echo pecar de omisión.
Están seguros en cambio que absortos, observan jugar la misma luna sobre sus espaldas desnudas.
Se habituaron a ver su brillo a través de las miradas que se dedican y allí perderse en su cielo.



Ahora bien, hasta aquí he redactado una parte de lo que me ha dejado el amor, pero me gustaría que me ayuden un poco mas sobre este particular y especial habito de amar.
Y aquí viene el aporte de las opiniones que enriquecerá mucho mas el texto:
En una relación y entendemos por relación de amor, no la forma ( es decir la parte externa, amantes, parejas, hombres, mujeres, casados, adolescentes, solteros etc.), sino el fondo, es decir encontrarse uno a otro y decidir vivir sobre un solo corazón:
¿Es invencible el amor?
Y si así lo es:
¿Puede gritarse a los cuatro vientos?
O en su defecto, ¿debemos guardarlo bajo cuatro llaves?.-

Es importante para mí aprender algo mas del comportamiento del amor.
Muchas gracias a todos los que, con su aporte, me ayuden a comprender ese algo mas.









Texto agregado el 29-08-2005, y leído por 275 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
01-09-2005 Excelente contexto. Me encantó. ***** fabiangs
31-08-2005 Excelente columna, me parece que sin dudas la emoción se grita, y el amor es en parte mucha emoción. Mis respetos y estrellas. cristobal
30-08-2005 Han dejado aquí magníficos cometarios a una magnífica columna, pones en un aprieto al preguntar tal cosa, tal vez no sea igual para todos, yo creo que el amor es lo más parecido a ese momento en el que somos niños y estamos llenos de temores pero entonces llega tu madre o tu padre y te abrazan o simplemente te acarician, esa sensación de seguridad, de placidez, de saber que tienes al lado a esa persona que lo va a dar todo por tu felicidad te llena, si a eso sumamos que con una mirada ya sabes lo que te está pidiendo(el conocimiento total), entonces no me extraña que se produzca eso que llamas la excelencia en otros campos de la vida. barrasus
30-08-2005 ¿Quieres que opine?, ¿Qué puedo opinar yo?, Si sabes que lo grito por cada poro, como grito un nacimiento, una emoción, una partida o una llegada, un crepúsculo o un amanecer. Se me escaparía si no lo grito en cada sonrisa, en cada letra que escribo, en cada beso, en cada caricia que doy. Te quiero mucho y te dejo una montaña de besitos. Mai. maira
30-08-2005 El amor es pluma y necesita de aire para sostenerse. aire que suspiran dos, pues si uno solo sopla, la pluma se eleva y avanza hacia una sola dirección. Suspiros al unísono. ¿Gritarlo o callarlo? ¡Gritarlo, gritarlo y que el mundo sepa! pero... quien ha podido vivenciar el amor callado, sabe lo tremenda que puede llegar a ser la emoción. Se sale por los ojos, por la piel... la risa se te escapa, se sueña, se camina en nubes... Magnífica columna, Pedro. Un abrazo fuerte ***** neus_de_juan
30-08-2005 El amor es cambiante como el cielo durante el día y la noche, con tormentas y con sol. Tiene mil formas y momentos para manifestarse. Durante el enamoramiento, hay una transformación casi total del ser, te sublimas en cuerpo y alma y sublimas a quien es objeto de tu amor. Es el estado de fusión. Después el amor se cultiva, se mima y enriquece, se engrandece y fortifica.Hay que gritarlo o protegerlo escondido, que viva es lo importante y también que sea espejo donde se reflejen otros amores futuros. Esbozaste el amor de enamorados con pluma diestra, como nos tienes habituados. Un gran abrazo y estrellas. graju
30-08-2005 Es como el viento que pasa por una casa con las ventanas abiertas. Si intentas cerrarlas para atraparlo, sencillamente lo pierdes. Decía Silvio Rodríguez en su famosa canción “¿Qué se puede hacer con el amor? ¿Qué se puede hacer si es cosa de él?” Disfrutarlo, creo yo, como se disfruta leyéndote. JuanRojo
30-08-2005 Como dice Fatamorgana, cuando afirmas tu propia legitimidad en el universo, entonces colaboras con los demás de forma sencilla y automática, como parte de tu propia naturaleza. Tú siendo tú mismo ayudas a los demás a ser ellos mismos. Sin embargo, interpreto en tu preámbulo del texto más bien el resultado de ese aroma de seducción, que nada tiene que ver con el amor, y mucho que ver con el deseo. Y me traes a la memoria una vieja fábula "Los dos amigos y la bailarina". Dos grandes amigos inseparables conocieron a una hermosa bailarina, una mujer fascinante. Uno de ellos le confesó al otro el miedo a perder a esta mujer. El otro con serenidad le respondió: razona un poco, antes de que ella apareciera, yo me sentía bien. Llegó hasta nosotros como un regalo. Ella ha partido. El destino la trajo y el destino se la llevó. Me siento agradecido por el tiempo que permaneció a mi lado, pero esté ella o no, a quien debo tenerme es a mí mismo. El enamoramiento es un estado pasajero, temporal. De ahí el embelesamiento (casi embobamiento). Algunas personas lo necesitan para sentirse un poco mejor; otras cuando sienten la seguridad de la persona seducida, la abandonan, para iniciar otra conquista. Es una forma más de la inseguridad que les invade. La atracción es una actividad instintiva, y el amor una actividad anímica. Una y otra pueden viajar juntas, pero muchas veces no necesariamente lo hacen. Un abrazo fuerte, Pedro. maravillas
29-08-2005 Desde luego es un estado mental ¿Invencible? Claro que no. Muy vulnerable, tremendamente frágil, aunque cuando el enamoramiento, "ese estado de excelencia", deja sitio al amor, se hace tremendamente fuerte, pero nunca invencible, se tiene que cuidar mucho. ¿Gritarlo a los cuatro vientos? ¿Por qué no? Pero muchos amores se tienen que callar, no por miedo a que te lo roben, sino porque sólo pueden sobrevivir en la clandestinidad... otros no se pueden compartir ni con la persona amada, y sin embargo es amor, y puede ser muy intenso. Lo bueno del amor: renace cuando pensabas que había muerto, lo encuentras donde menos lo esperabas, no tiene porque ser exclusivo, y cualquier persona puede alcanzar el “estado de excelencia”, ….y te deseo que lo vivas muchas veces. Sophie
29-08-2005 El amor es el sentimiento más pleno del alma, entrega más vida, las emociones irradian con más potencia, la creatividad a flor de piel, su presencia ilumina, como también puede destruir, aniquilando la percepción de lo que realmente es la vida. Hay que gritarlo al viento que con la fuerza de su viaje acaricie continentes, aunque el amor haya cambiado de planeta, y desde el infinito permanezca latiendo en un corazón solitario, hay que gritarlo, en presencia y en ausencia, hay que gritarlo. Excelente tema de reflexión, evocación, reconocimiento. Mis cinco estrellas. Ignacia
29-08-2005 Hay que gritar el amor, que se salga por los poros, ´que se diga, que emane desde tu alma y se irradie, que todos vean la transfiguración, el resplandor que sale todo de ti. Un escrito hermoso que invita a sentirse feliz, que invita a quedarse en un estado de contemplación del alma, la propia y la de los demás. Gracias, Pedro, gracias por tan bello tema para abrigar el alma y salir a la calle un poco mejor. Estrellas para tu pluma sensible que sin duda, es tu propio corazón. FaTaMoRgAnA
 
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