Ha caído una noche espesa, tus ojos me han inspirado pensamientos mortales...que me quites el sexo entre sabanas de silencio…
Ayúdame a prescindir de esos fantasmas que amo y destruyo…ayúdame a tocarte ansiadamente con la voracidad de un ciego en la noche…me había olvidado de la noche…me había olvidado de mi cuerpo y su absurda soledad, de mi pecho de mujer…ayúdame a enfrentarme indefensa a tu boca, que el miedo no haga su nido en mi piel relegando el remordimiento a las pasiones amordazadas.

Me había olvidado de algo tan simple y verdadero como levantarse en la sombra de las camas prestadas, dejar correr el tiempo todavía entre sueños para despertar de nuevo con un beso en la memoria, me había olvidado que la vida tan bien esta echa de esos ínfimos, esos heroicos acontecimientos que se cumplen a tientas entre un cuerpo desnudo y otro, entre tus ojos y mi soledad.