Me siento en paz conmigo misma, he lidiado las batallas de la vida de frente, sin trampas ni engaños, sin mentiras. Soy digna guerrera cubierta de honor, no hay en mis embates dobles juegos ni traición. Pero sobre todo no hay traición a mi misma, a mis convicciones, no he prostituído mis ideales, puedo mirarme orgullosa al espejo y bendecir las heridas recibidas, porque ellas son el símbolo de todo cuanto he aprendido, son derrotas que he ganado y victorias que he gozado. Nada por lo que haya pasado ha sido desaprovechado, en el libro de mi historia hay tantas páginas escritas y tantas mas para escribir, renglones llenos de anécdotas, de llanto, de risas, de miradas que con asombro se embeben de todo lo que se puede aprender.He pasado por la vida siendo alumna incansable y agradezco los tropiezos que dejaron enseñanza y los logros que llenaron mi alma de orgullo. Puedo verme desde afuera y la imagen que percibo es agradable a mis sentidos, eso es bueno y es por eso que agradezco por la vida que he vivido.