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Por esa libertad
o
Un domingo del 86 en La Legua
(a propósito de los niños índigo de la Duckfeet)

“Por esta libertad de estar estrechamente atados
a la firme y dulce entraña del pueblo
habrá que darlo todo”
Fayad Jamis

La vida en ese rincón de La legua se inicia temprano aún cuando sea domingo, poco antes de las siete el cura ha hecho sonar las campanas de la iglesia para llamar a la primera misa, al unísono con las campanas llegan a la calle de la iglesia los vehículos cargados de frutas y verduras como los que cargan los pescados, es la feria que se comienza a instalar, mas de algún trasnochado llega a su casa para tratar de dormir algo.
Los dos últimos días ha llovido de manera copiosa, por las calles se podía navegar, por fin ha salido algo de sol, la humedad reina en calles y casas, el día sed inicia con fuerza. Cada hora suena la campana de la iglesia, los católicos están concurriendo a poner su alma en paz con Dios.
A medida que va calentando el sol, grupos de jóvenes y adultos se reúnen a comentar los acontecimientos de los últimos días.

La casa de la Cultura José Manuel Parada se llena de vida, una decena de niños y algunos jóvenes eligen y separan dibujos, poesías, acuarelas, cuentos. Es su creación la que mostrarán a los vecinos,...

-¡Cachay Miguelo!, este dibujo lo pinté yo, dice un pequeño que calza zapatillas que alguna vez fueron blancas con azul, con la lluvia lo que abunda en ella es el barro de las calles.
-¡Y este es mío! -grita la Margarita, la que con algo de resfrío se suena los mocos en la manga de su suéter.
-Este del José Luis, alguien comenta, un poco mayor, debe tener unos doce años, mas serio, antes de llegar al local, se ha lavado la cara y peinado.

– todos hablan mientras van pegando sus dibujos sobre pliegos de cartulinas de colores- Atan cordeles en cada cartulina para luego ser colgados en algún lugar de la plaza, que los vecinos han llamado Salvador Allende.

Uno de los monitores dice a los niños; “La reja de la plaza será el muro de las pinturas, allí colgaremos todos los papelógrafos con los dibujos y las pinturas” “los árboles serán árboles poesía y otros, árboles cuento”, más tarde llevaremos las cartulinas y las colgaremos”

Es año de definiciones importantes, el tirano debiera caer, la población nunca se ha puesto de rodillas frente a la represión, cada cierto tiempo levanta la cabeza y protesta. Se prepara y lucha para lograr la caída de quien les cortase tantos sueños, el camino no ha sido llano y sin obstáculos, muchos son los que han muerto en el intento.

Desde el mismo día del golpe hubo quien combatió con las armas que encontraron, las usaron y luego las guardaron para una mejor oportunidad, ahora son días de mejor oportunidad, pero, lo más importante es que la mayoría de los pobladores participe de alguna manera en esa lucha y mantener vivo la figura de José Manuel es una forma, hace ya un par de años que fue degollado junto al Manuel y a Nattino, restar niños y jóvenes del sino que tiene el sector es una buena cosa, el neopreno mata neuronas.

Es domingo, los niños y jóvenes de la casa de la cultura mostrarán a sus padres y amigos lo que han creado con sus manos.

La feria, tiene cinco o más cuadras de extensión, un grupo de jóvenes la recorre invitando a la exposición de dibujos y poemas que han hecho los niños, piden colaboración, la mayoría de los feriantes y compradores cooperan con lápices, cuadernos, acuarelas o temperas o dinero para comprarlos.

A los costados de la feria hierve otra vida, las tres botillerías están llenas, en ellas se bebe vino y cerveza, también en la vereda se bebe y comparte, sobre cajones manzaneros que son usados como mesa se ven almejas y choritos abiertos, limones partidos que son estrujados sobre las conchas, luego de un par de minutos son tragadas, “hay que componer la caña”

La variedad de hombres es variopinta.
Están los que trabajan y los que viven de quienes lo hacen, obreros y cesantes, no pueden faltar los patos malos que son parte de la población, comparten una armonía que se mantiene por acuerdo tácito. La droga aun no ha cambiado el rostro de los hijos de esos hombres, cada uno de ello carga con sus miserias; se nota la escala de malandras, los mejor mirados son los lanzas que sacan la billetera de un bolsillo o cartera sin hacer daño y si ha hecho escuela en Europa mejor aún; los monreros, que se meten a las casas en las noches y sin hacer daño se llevan lo que pueden cargar, los achorro son menos aceptados, eso de arrancar del cuello una gargantilla o un aro de oro de alguna oreja o un reloj de una muñeca, no es arte, al final de la escala, los domésticos y los cogoteros, uno por que roban lo que encuentran en las casas proletarias y los otros por que golpean a sus víctimas, muchas veces dejando algún muerto en la vereda, ambas cosas hacen que llegue la policía a hacer redadas y eso es malo, por tanto, no bien vistos.

El sol de las once es pesado, desde la tierra húmeda y de los charcos asciende el vapor, en los pasajes cada casa guarda sus secretos, de estas emerge el mismo pero diferente vapor, sube al cielo un vaho espeso y agrio, es la pobreza la que se evapora, cada patio es un laberinto de habitaciones, se han levantado tantas mediaguas como quepan, al centro; un pasillo de casi un metro de ancho. Desde dos y hasta ocho o más familias se amontonan en cada casa, las que luego de las lluvias nadan en humedad, chozas de tres por seis albergan cocina, comedor, dormitorio para el matrimonio y los hijos, una cortina de genero separa los ambientes.

En las noches las parejas esperan a que los hijos se duerman para lograr hacer el amor, o simplemente tirar, ya que se hace difícil compartir ese amor necesario metido en tanta miseria, no solo esperan a que se duerman los hijos, sino que también los hijos del vecino y también el matrimonio del lado. Pasan horas a la espera, pero todos esperan lo mismo.. Al final si no se duermen, se hace el amor con rabia, con dureza y rencor.
Después de la lluvia es ese vapor el que emerge, sudores, cocina, sabanas con amor insatisfecho, en fin, simplemente pobreza extrema que asciende al cielo tal como dicen que lo hizo hace dos mil años. María.


La plaza va llenándose de colores, en los árboles cuelgan las poesías y los cuentos, niños y jóvenes día a día dan alas a su imaginación antes de que le den alas con las bolsas de pegamento que otros usan para evadirse de su triste realidad.

Papeles de diversas calidades, lápices de cera o de colores, acuarelas o temperas, óleos o látex para pintar muros, la temática es diversa. Lo que más abunda el reflejo de lo que se ve a diario: Represión policial, dibujos de las tropas en los allanamientos, civiles cargando metralletas. La escuela, profesores dando clases, el fútbol dominical violencia intrafamiliar y las protestas. Cada 11 La Legua se paraliza.
Nada escapa a los ojos infantiles y lo retratan en sus obras, se ven así mismo lanzando piedras a los pacos, el helicóptero disparando, neumáticos ardiendo, botellas encendidas lanzadas contra los carros de guerra, gente enmascarada con pañuelos rojo y negro y matracas (como dicen los niños a los fusiles), son sus héroes, son los muchachos del FPMR.
Hay más de un dibujo que evidencia la muerte en día de protesta.
La poesía y el cuento son tan variados como las pinturas.
El amor juvenil y el grito de libertad están presentes.

De la iglesia San Cayetano sale y entra gente, después de misa pasan por la feria a llevar sus cosas para la semana. En la plaza hay algarabía, los carteles invitando hace que los vecinos pasen a mirar, sonríen, se rascan la cabeza al ver dibujos de sus querubines, descubren en donde andan cuando no los ven en casa por las tardes, se alegran por ello, también descubren como tiran piedras para las protestas y se asustan.

-Mire vecina, si este lo pintó mi hijo, y el chiquillo está tirándole piedras a los pacos, una patá en él poto se va a llevar más tarde.

Si, pero es mejor que estén pintando antes que anden en la calle aprendiendo a robar –dice la otra, es la charla repetida una y cien veces, son los hijos de cada cual quien va por esos lados.

El día avanza con lentitud, los niños corretean y juegan en la plaza, cuidan sus obras.
En una esquina un grupo de cinco jóvenes mira todo el entorno, de tanto en tanto se acercan a ellos personas de diferentes edades, charlan unos minutos y se van, ellos no se mueven de ese espacio, lo mismo ocurre en tres esquinas, cuando se genera alguna conversa algo acalorada alguno de los tres grupos se acerca quedándose allí hasta que se calma el ambiente.

Desde una calle aparece un tipo con una bolsa, mira, se mete al tráfago de compradores y camina. Alguien se acerca a uno de los grupos, conversa con ellos, se separa una pareja del grupo y se meten a la feria van tomados de la mano, riéndose bromeando con los conocidos, siguen de cerca al hombre de la bolsa, en una pasada el hombre sale y se mete a un negocio, pide el teléfono, habla, se retira compra manzanas en la feria, ahí se pierde. Regresa al grupo la pareja que lo “acompañó” conversa con uno de ellos, este le comenta a otro y al coordinador de la Casa, media hora mas tarde un par de radiopatrullas de carabineros comienzan a rondar por las afueras.
Pasada las dos de la tarde comienza a bajar el trabajo en la feria. Llegan cuatro buses policiales, se ubican en las esquinas, bajan unos cien pacos; cascos, escudos, bombas lacrimógenas, escopetas, fusiles con balas de goma y de guerra, también llegan camionetas con civiles, bajan y tratan de camuflarse entre los pobladores que miran, pero, se nota que no son de allí, cuando termina la feria las fuerzas policiales rodean la plaza y atacan, desde cuatros lugares llueven bombas lacrimógenas, alguno de los civiles dispara al aire, hay dispersión de los que miraban y los que cuidaban, el aire es espeso, de las casas salen las mamas con sus guaguas en brazos o si no se ahogan en el interior, lo único que hay en la plaza son piedras, las usan para tratar de defenderse de lo evidente, el ejército de verde y de civiles que bajaron de las camionetas dispersan a la gente.

Lágrimas por las bombas, miedo por las balas de las metralletas y los perdigones, odio acumulado en los pobladores.
El ejército policial se lanza con todas sus fuerzas contra los dibujos de los niños, destruyen cada poema, cada acuarela o cuento, nada queda, algo se llevan como Botín de Guerra, el resto lo queman, los pobladores se defienden con piedras, así se enfrentan a los valientes soldados que llegaron a combatir la poesía infantil y joven... con armamento de guerra.

La mañana del lunes en la muralla del tipo que entro a la feria y habló por teléfono apareció una leyenda pintada con pintura negra: “Sapo culiao estay funao, ándate”. La noche siguiente en ninguna ventana quedó vidrio bueno, cada noche el techo de la casa es removido por las piedras que caen como lluvia, se oyen discusiones, la mujer le grita “huevón, eso té pasa por meterte con los comunistas, ¿Qué ganaste con llamar a los pacos? Ahora tenís miedo de salir a la calle, tus hijos tampoco pueden andar tranquilos......”
Una noche alguien dispara al aire frente a la ventana, otra noche llega un camión, el hombre saca sus bártulos y se va de La Legua.

Un par de días después, nuevamente se monta la exposición, con otras obras de los mismos niños y jóvenes, en la misma calle y a lo largo de 100 metros, decenas de pequeñuelos, con tiza de colores en las manos pintando y escribiendo, ahora no solo en papel si no en el pavimento, aprendieron la lección, ya nunca mas se permitió fuesen rotas las letras de los niños. Esa pequeña libertad fue defendida con la misma pasión que se defiende una posición en una guerra.

“Por esta libertad
ella como la vida
habrá que darlo todo,
si fuere necesario
hasta la sombra
y nunca será suficiente.
Fayad Jamis

curiche Sept 2005




Texto agregado el 06-09-2005, y leído por 652 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
29-07-2006 En la expresión de tu texto esta viva la memoria protegiendo la libertad! gracias ***** indianala
14-06-2006 Leo el fondo de realidad cruda, algo me lacera y me duele... ***** SorGalim
11-09-2005 Valiente pueblo que te alzas en protesta/Lucha incansable por la ansiada libertad/En los niños brilla la esperanza/En esa esperanza no dejes de luchar.-------Y nosotros nos quejamos por el costo de la gasolina, mientras otros sufren el costo de la represión, de la extrema pobreza..... Mariugenia
10-09-2005 Texto bien narrado y que nos explica parte de lo que pasó entonces en un lugar y una fecha determinada. Un saludo de SOL-O-LUNA
10-09-2005 Me hierve la sangre cuando recordamos todas las atrocidades que han padecido nuestros pueblos en Sudamérica. No podemos culpar a otro pueblo, pues Katrina nos está diciendo que son sus gobernantes los verdaderos monstruos. Un abrazo castillo
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