en caso de que el mar se aburra del aura,
véndame los ojos,
lamina mis brazos hasta convertirlos en alas.
proporcióname de aerodinámica amigo mío, y acércate al oído;
desde el se puede ver la destrucción avasallante.

nunca la nada estuvo tan cerca de mí
se poso
descanso
se hizo notar.

ah, recuérdame que debo volar sobre ellas,
sobre el tal vez que se manifiesta y
sobre la fatalidad,
que no se opone jamás en esta dimensión,
que, obviamente,
no me echará de menos.