20 haiku para el olvido

Unos pocos son haiku, otros son senryu y otros (los más) no son más que bytes entrelazados. Aquí van:

Breve paréntesis
pintado entre las nubes.
Paracaidas.

La tarde expira
y en sílabas de oro
clama tu nombre.

Corazón turbio
que nostálgico late
en el exilio.

Triste deceso,
embriagada de otoño
cayó la hoja.

Trajo su reino
de abrigadas fronteras
el lento invierno.

Juntos pudimos
escandir un Neruda
y sonó un beso.

Al sur de tu alma
anclé mis pretensiones
de amante iluso.

En los maizales
hay sonrisas de oro
y luengas barbas.

Murmuran grillos
y pestañean luciérnagas.
La noche impera.

Llueve que llueve
pero el pez no se entera;
está en el fondo.

¿Dónde la noche
esconde los colores
que hurtó a las cosas?

La luna nueva
tiene limpia la uña
y algo de toro.

Una piedrita
multiplicó en el charco
su escaso diámetro.

El verdor fresco
de estos pastizales
esconde sierpes.

Pequeña vela
en soledad combates
contra las sombras.

El barrilete
se eleva pero pronto
teme ser Ìcaro.

La noche es sucia;
se cubre con un manto
lleno de caspa.

En rebeldía
un faro de la calle
alumbra obscuro.

Tímida asoma
Venus cada mañana
y tiene miedo.

Sobre mi sombra
han derribado un árbol.
Me duele un poco.